Bolívar revalida su gran momento triunfando en la plaza de Manizales

El matador de toros colombiano sale a hombros junto al sevillano Salvador Cortés

Una imagen retrospectiva del torero colombiano Luis Bolívar ante un toro de Cebada Gago en Almería.
Una imagen retrospectiva del torero colombiano Luis Bolívar ante un toro de Cebada Gago en Almería.
Efe / Colombia

09 de enero 2009 - 05:00

Los diestros Salvador Cortés y el colombiano Luis Bolívar salieron en la tarde del miércoles a hombros en la segunda corrida de la Feria de Manizales después de cortar dos y tres orejas, respectivamente.

El cartel fue complementado por el también colombiano Pepe Manrique. La plaza registró dos tercios de entrada en tarde clara en la que fue lidiado ganado de Fuentelapeña, de magnífico desempeño. Buena lámina y de gran labor con los picadores.

Bolívar demostró cabalmente porqué fue el triunfador de la Feria de Cali. A su primero lo toreó en forma armoniosa y muy templada en todos los momentos de la lidia. Limpieza y profundidad en su desempeño sobre ambas manos. Una entera algo tendida, pero suficiente para serle concedida una oreja y palmas al toro en el arrastre.

Lo grande vino en su segundo, recibido con dos largas cambiadas de rodillas, después del cumplimiento en varas. Se lució en quites muy vistosos y le brindo la lidia y muerte al maestro César Rincón que se encontraba en el callejón. Tras ese magnífico concierto de buen torear, dejó una estocada arriba que hizo rodar al cornúpeta. Dos orejas le fueron concedidas y la vuelta al ruedo.

Cortés estuvo afortunado. Causó buena impresión con el primer toro, pero duró más de la cuenta con la espada y sonaron dos avisos. Fue ovacionado.

Lo grandioso vino en el último de la tarde. Un toro de una nobleza y bravura sin iguales, bien entendido por el diestro. Se lució espléndidamente con el capote. Recibió de rodillas la faena de muleta y ligó seis derechazos. De pie, practicó todas las suertes posibles con el engaño rojo. Con la derecha, con la izquierda. Se adornó oportuna y eficazmente. Una faena prolongada pero llena de sabor. Fulminó a su oponente con una estocada entera y le fueron concedidas las dos orejas y vuelta al ruedo a los despojos del noble animal. El matador obtuvo ovaciones y varias vueltas al ruedo junto a Bolívar, con quien salió a hombros.

Manrique anduvo muy afortunado, muy poderoso en el primero de la tarde, con capote y muleta. Mató en forma correcta. Vuelta al ruedo. En su segundo no se acomodó con el astado. Tuvo momentos brillantes pero todo quedó en buena voluntad.

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