Y Cádiz se tornó en Sevilla

Las dos ciudades andaluzas se repartieron el protagonismo de la persecución final de la película 'Noche y Día', que ayer se estrenó en la capital andaluza que, además, se llevó el mérito del rótulo en el filme

El actor Tom Cruise, protagonista de 'Noche y día', ayer en Sevilla.
El actor Tom Cruise, protagonista de 'Noche y día', ayer en Sevilla.
Tamara García / Sevilla

17 de junio 2010 - 05:00

La chica rubia. ¿Se acuerdan? Sí. La que montaba en una espetacular Ducati 1100 Hypermotord dando tiros a diestro y siniestro en plena calle Cánovas del Castillo. La linda de ojos azules que volteaba su cuerpo en plena acción para ponerse cara a cara con el chico guapo que conducía la motocicleta roja pasión. ¿Se acuerdan? Pues en la película Noche y Día (antes Knight and Day/ antes Wichita) es Cameron Diaz. ¿Y el chico? Pues, efectivamente, es Tom Cruise. No descubro nada, claro. Esperable. Al igual que otra crónica de muerte anunciada. Cádiz no es Cádiz. Pero Cádiz tampoco es un lugar indeterminado del Sur de España en la película de James Mangold, que anoche celebró su estreno mundial en el sevillano Lope de Vega. Cádiz es Sevilla. Pero qué bonito es Cádiz...

Cádiz de mantones bordados en sus balcones, con sus chicos vestidos de sanfermin corriendo por las calles perseguidos por los toros... Los toros que dieron un día de gloria a la ciudad... Sí, de eso seguro que se acuerdan... Cádiz hermosa con su luz hermosa a través de las cámaras de la Twenty Century Fox. Hermosa Cádiz. A todo meter y de pasada.

De carrera. La inimaginable e imposible carrera que empieza en la Casa Pilatos y alrededores de la Catedral hispalense para enganchar con la gaditana calle Cánovas (donde las acrobacias de los dobles de los actores y los primeros planos de Cruise y Diaz se entrecruzan con destreza) y una preciosa toma de Ancha (de más duración de la esperada, la verdad). Ancha engalanada con sus toros y con sus corredores. Con su moto de por medio y sus Smart Roadster a la caza. Vamos, con toda su parafernalia que acaba... ¡Tachán!... En la imponente Maestranza de Sevilla. Eso sí, han eliminado la escena difundida en el último trailer donde un diestro toreaba con igual soltura a novillos y automóviles. Menos mal.

Pero otros toreros sí que asistieron a la puesta de largo de Noche y día en una noche excepcional para el coliseo sevillano. Así, el matador Francisco Rivera actuó de maestro de ceremonias de una gala que contó con la pareja protagonista del filme, Cruise y Cameron Diaz, el director de la película, James Mangold, la productora Cathy Konrad y el actor español Jordi Mollá, que en la película encarna al traficante de armas Antonio Quintana.

Todos ellos, traducidos y entravistados con bastante fortuna y gracia por el torero, agradecieron a la capital andaluza su "paciencia" por los cortes en las calles y las incomodidades que pudieron sufrir los sevillanos durante el rodaje de la película, además de expresar su fascinación ante "la belleza" de la ciudad.

Una ciudad que tampoco se salva del pastiche cinematográfico. Una ciudad en la que se corren sanfermines y en la que se celebra una fiesta con gigantes y cabezudos. Un corta y pega de la esencia kitsh española. También esperable, para qué nos vamos a engañar.

Pero, a su favor, Sevilla presume de la hermosura de la Casa Pilatos y unos jardines que bien pudieran ser del no menos hermoso Alcázar. También presumió de coliseo. "Es precioso", dijo el actor neoyorquino a la entrada del Lope de Vega, justo antes de comenzar la proyección.

Un visionado que todos los asistentes esperaban como agua de mayo encerrados en la sala desde algo más de las nueve de la noche. Y hasta las once. Entre alfombra roja, autógrafos y entrevistas los protagonistas de la cinta hicieron acto de presencia en la escena del teatro una hora más tarde de la fijada. Megafonía alentaba: "Estamos sufriendo un retraso por causas ajenas a este teatro". El respetable -entre los que se encontraban representando a Cádiz los concejales de Fomento y Turismo, Ignacio Romaní y Bruno García respectivamente- contestaba el aviso con encendidos aplausos.

Poco después cruzaba la sala Cruise, en traje de chaqueta oscuro y camisa blanca sin corbata, entró con su esposa Katie Holmes y con su compañera Cameron Diaz, con un vestido negro de cuello a la mexicana y un estudiadamente desordenado recogido.

Y subió Fran Rivera. Y los entrevistó. Y los tradujo. Y todo el mundo rió. Y ya no importaba que hubieran tardado. Y comenzó la película. Y salía Boston, con un rótulo que indicaba que era Boston. Y salió Salzburgo, Austria, con su rótulo que indicaba que era Salzburgo, Austria. Y salió Sevilla, España. Y salió el rótulo. Pero no era Sevilla, también era Cádiz. Los gaditanos lo sabemos.

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