Cecilio Chaves exhibe sus 'Variaciones' en la Galería Benot
Exposición
El pintor gaditano expone hasta el 10 de enero una obra que sin perder de vista sus azoteas incluye novedades en formatos y técnicas
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El pintor gaditano Cecilio Chaves explora nuevos caminos en la Galería Benot. Se atreve con nuevas técnicas y formatos, investiga otros cauces en las alturas y también a pie de calle, y se sale de los paisajes de cielos profundamente azules a los que tiene hecho a su público, para introducirse en otros más costumbristas y repletos de personajes. El artista de las azoteas gaditanas realiza sus propias 'Variaciones', una vez más, en ese ímpetu por innovar, no estancarse y avanzar con ese espíritu divertido que forma parte de su esencia.
"Me gusta salir de la monotonía", dice mientras observa el políptico que encuentra el espectador de frente nada más entrar en el espacio expositivo", un montaje que recuerda "a esos que hacíamos en fotografía analógica cuando queríamos captar la panorámica de un paisaje al completo, superponiendo las fotos", explica junto a esta volumétrica perspectiva de la ciudad y sus azoteas, con la Torre Tavira y la Torre de Santiago como grandes referentes.
Muy cerquita se encuentra una de las grandes novedades que trae. A la idea ya consumada de pintar en formato circular evocando esos espejos que avisan de la llegada de algún vehículo desde las esquinas de las estrechas y coquetas calles de Cádiz, le ha añadido un atractivo acabado en resina. Una técnica que brinda "la sensación de cristal" sobre lo que vemos en ojo de pez, bien sea una calle en horario nocturno o diurno, vacía o repleta del bullicio según la hora del día que sea. Algunas de estas piezas se exhiben en el escaparate de Benot.
El resultado final ha llenado bastante al artífice, como ha ocurrido con la otra gran “variación” en sus nuevas obras tridimensionales. “Quería huir de la sensación de diorama, pues se trata de pintura pero con introducción de elementos en 3D como son antenas o tendederos”, ofreciendo así tres escenas de una misma azotea con vistas a la Catedral salpicadas por todos esos objetos tan singulares y propios de estos espacios tan gaditanos.
También sorprende una especie de caja lumínica inédita en su obra, un visión nocturna en la que introduce luces leds que vienen a emular las luces de la noche y "esa especie de resplandor que parece que desprenden las ciudades" cuando ya cae el sol.
Porque de luces, amaneceres y atardeceres sabe mucho Chaves, que ha vivido y pintado en varios puntos de Europa. Conoce perfectamente que la luz de Cádiz es muy distinta a la de Madrid. No es lo mismo la visión de una mañana asomados a un pretil del casco antiguo gaditano, que una vista cenital del madrileño Callao, "y así lo quiero reivindicar, quiero manifestar que es diferente pintar aquí, que en Madrid o París y con esta obra de grandes dimensiones se puede observar", explica visualizando ese azul más apagado y tenue de la capital madrileña.
Composiciones trae dos, un gran mosaico con 20 cuadros en pequeño formato con todo tipo de perspectivas de torres miradores gaditanas, entre las que destacan las que están terminadas también en resina, así como una nueva composición de una misma perspectiva de Cádiz, pero "montada como si lo visualizaras a través de una ventana de palillería", una especia de gran puzzle con 16 piezas de nuevas alturas.
En este recorrido por la exposición 'Variaciones', Cecilio Chaves también baja a la calle y se codea con sus gentes, con pinturas de ajetreadas calles gaditanas, de día y de noche, algunas de las cuáles vienen a desembocar en la Caleta o la plaza de San Juan de Dios, de la serie 'Más típico no lo hay', que "son obras que nunca suelo pintar por eso mismo, porque más típico no lo hay, pero me apetecía mucho", expresa. Porque el pintor de azoteas no se deja llevar por obligaciones, ni corsés comerciales, trabaja al son de sus propias apetencias en cada momento de su vida, asegura. "Muchas veces me preguntan si pinto un cuadro pensando en su venta, y siempre digo que para nada, pinto lo que quiero y porque lo disfruto".
Y esta vez le apetecía cambiar, indagar, pero sin perder de vista sus cielos, pretiles, antenas, ventanas, bidones, tendederos y espacios urbanos tan reconocibles que se observan en la pintura entre figurativa y abstracta del autor. "Y en este proceso lo que más me gusta es la mancha inicial y el remate final, pues a veces lo paso mal en el camino, hasta que habitualmente alcanzo el 70 por ciento del cuadro y ya lo veo claro", confiesa ante una obra bien rematada y repleta de matices y variaciones en la Galería Benot.
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