Chano Domínguez, el "feliz" Premio Nacional de las Músicas Actuales

Galardón

La noticia de la distinción le llega al gaditano en Portugal, preparando su próximo concierto

El pianista y compositor gaditano Chano Domínguez.
El pianista y compositor gaditano Chano Domínguez.

Cádiz/Muy breve, que lo primero es lo primero. La música. El público. El oficio. Antes y después de los tiempos de Covid. "Feliz", "muy feliz" y preparando su inminente actuación en Espinho (Portugal) con el músico brasileño Hamilton de Holanda, el gaditano Chano Domínguez, las más endemoniadas teclas del jazz jondo, celebra el Premio Nacional de Músicas Actuales que este viernes le ha sido concedido por el Ministerio de Cultura y Deportes y que tiene una dotación de 30.000 euros.

"Ahora mismo salgo para la sala a preparar el concierto", se despide fugazmente con la promesa de una conversación más relajada muy pronto el pianista que "interpreta con Cádiz en el alma y con Thelonius Monk en los dedos", como cierta vez lo describiera el musicólogo Faustino Núñez.

Una definición acertada como pocas para este pianista y compositor con más de cuarenta años de trayectoria que ha sido valorada por el jurado del Premio Nacional que lo señala como "pionero en la creación y divulgación del género dentro y fuera de España", como "uno de los más grandes representantes del jazz-flamenco" y como poseedor de "un estilo muy personal", de igual modo que "sus numerosas colaboraciones con otros grandes músicos y proyectos nacionales e internacionales" del que son ejemplo sus trabajos Chano y Colina, junto a Javier Colina, o A Bola de Nieve, junto a MartirioA Bola de Nieve, un disco cuya gira llegará muy pronto, el 27 de noviembre, a Cádiz, al Gran Teatro Falla.

Un esperado regreso a casa -hay que recordar que el concierto del Falla estaba programado para el pasado mes de marzo, aquel marzo que nos robaron- de uno de los mejores y mayores embajadores de Cádiz en el mundo porque es Sebastián Domínguez Lozano un gaditano "del barrio obrero de Astilleros", como a él mismo le gusta recordar, que desde 2014 y hasta hace muy poco que volvió a España, ha vivido en Nueva York.

Dueño de un humor al golpe, de un profundo amor a la música y de un piano al compás, no fue éste el primer instrumento que pasó por sus manos virtuosas, sino una guitarra que le regalaron con 8 años y que se quedaría en un segundo plano cuando cumplió 16 y descubrió los teclados y la música improvisada. “A partir de ahí, todo el bagaje musical que he vivido se ha movido entre esos dos terrenos. Definitivamente, mi manera de tocar es consecuencia de ello”, ha explicado a este periódico en alguna que otra ocasión.

Una manera de tocar que ha conquistado a público, a crítica, a músicos de todo el mundo, condición y pelaje y que ahora reconoce el jurado del Premio Nacional de Músicas Actuales presidido por la directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Amaya de Miguel, y formado por el subdirector general de Música y Danza, Antonio Garde, como vicepresidente y los vocales Dania Dévora Barrera, productora musical y directora del Festival Womad para España y Portugal; Alberto Grandío Valín, presidente de la Asociación Cultural Coordinadora Estatal de Salas privadas de música en directo (ACCES); Almudena Heredero, gestora cultural y directora de PrimaveraPro; Diego Rodríguez de Juan, director y presentador del programa "El sótano" de Radio 3 Julio Ruiz Llorente, director y presentador del programa "Disco Grande" de Radio 3; Carmen Zapata Corbalán, presidenta de la Asociación de Mujeres de la Industria de la Música; y la artista jerezana La Mala Rodríguez, última galardonada con este premio que, recordamos, en 2017 también lo consiguió otro gaditano, uno de El Puerto de Santa María, Javier Ruibal.

Este jurado ha valorado una trayectoria que hunde sus raíces en el rock andaluz, en Cai, su primer grupo, todo un referente de esta corriente pero que se disolvió en 1981. Cerrándose para Chano una etapa y abriéndose otra, la del jazz...

Y ocurrió. En 1992 con su propio trío –con Javier Colina y Guillermo McGill– y muy influenciado por todo lo que venía haciendo el sexteto de Paco de Lucía, editó su primer trabajo en solitario, Chano, en el que se propuso meter a Monk por bulerías, el primero que lo hiciera, y su experimento fue todo un éxito. Y llegaron Hecho a mano (1996), En Directo (1997)... El compositor avanzaba en el asentamiento de su

maridaje entre flamenco y jazz pero también se acercaba a los sones latinoamericanos (la gira Son Cubano & Flamenco con Gonzalo Rubalcaba (1998), Imán (1999), el

concierto con Chucho Valdés en La Habana (2000), y Calle 54, claro, el proyecto de Trueba y la gira, siendo el gaditano el único artista español en el elenco.

Oye cómo viene, Piano Ibérico, Acoplados con Martirio, el espectáculo El café de

Chinitas con el Ballet Nacional, New Flamenco Sound con la NFS, sus más recientes discos con Niño Josele (2015), Over the rainbow (2017), con Hadar Noiberg (2019), entre muchos otros, completan su camino musical.

Una carrera cuajada de música y de reconocimientos: Mejor álbum de jazz en

diferentes ediciones de los Premios de la Música, tres nominaciones a los Grammy Latino, la consecución de uno de ellos, y la nominación en la 55 Edición de los premios Grammy por Flamenco Sketches (2011).

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