Cien años de Ory, un ‘oleaje’ de 365 días
Centenario del nacimiento de Carlos Edmundo de Ory
La Fundación Carlos Edmundo de Ory comienza el próximo jueves, día 27, una programación para recordar la figura del poeta gaditano, relevante en la historia de la literatura del siglo XX
La exposición en la Diputación Provincial
Carlos Edmundo de Ory (Cádiz, 27 de abril de 1923-Thézy-Glimont, 11 de noviembre de 2010) siempre rechazó los homenajes a su persona. Los prohibió en vida y advirtió de ellos en el futuro por si, en su ausencia, se les revestía con el recurrente carácter póstumo con el que se suele recordar a los poetas desaparecidos. Como mago de las palabras que fue, como aventajado y brillante jugador de las letras, Ory acabó por admitir los ‘oleajes’, un término tan marinero como el de su Cádiz natal y que desde el próximo jueves presidirá el conjunto de actos que la Fundación Ory ha preparado para celebrar el centenario de su nacimiento. Será un año completo para reivindicar su obra, profunda y original, y también para combatir los estereotipos que vinculan al poeta con una extraña rareza que en modo alguno, explican quienes lo conocieron bien, lo define ni le corresponde. Un ‘oleaje’ de 365 días, un metafórico maremoto literario que Cádiz no puede desaprovechar y del que debe empaparse por completo.
Laure Lachéroy, viuda del poeta y presidenta de la Fundación, y Salvador García, director de la entidad, desgranan para este periódico una programación que tiene algunas de sus citas completamente confirmadas y otras diseñadas a la espera de datarlas a lo largo del próximo año. Un programa que se sustenta fundamentalmente en tres pilares básicos: la amplia exposición que ya acoge la Diputación Provincial con Juan Manuel Bonet como comisario y que se abrió con motivo del Congreso de la Lengua, la publicación de su poesía reunida bajo la tutela de Jaume Pont y un documental dirigido por José Luis Hernández. A esta cinta se unirá un segundo documental que prepara el Servicio de Vídeo de Diputación y que servirá para rescatar una larga y jugosa entrevista que Juan José Téllez realizó a Carlos Edmundo en su casa francesa de Thézy-Glimont.
El ‘oleaje’ de Ory comenzará el día de su nacimiento, el próximo jueves día 27, con varios actos en los que sus inconfundibles aerolitos cobrarán protagonismo. Una decena de ellos se colgarán tanto en la fachada de la sede de la Fundación Ory, en la calle Ancha, 16, como en otros edificios municipales. Carteles de 160 por 80 centímetros con algunas de las más celebradas sentencias literarias de Ory, textos breves, casi a modo de aforismos, en los que el poeta jugó tan brillantemente con el vocabulario.
También habrá lecturas de su obra a cargo de estudiantes junto a su andante escultura de la Alameda, obra de Luis Quintero, para después celebrar el cumpleaños, ya por la tarde, en la Diputación Provincial. Allí habrá a las seis una visita guiada a esta muestra, bajo la sabia batuta de Juan Manuel Bonet, y luego una fiesta literaria en uno de los patios del palacio provincial con la participación de poetas y amigos que recordarán su obra y leerán sus textos.
Esta exposición, que lleva por título ‘La cabaña central’, está integrada por numerosas piezas propiedad de la Fundación Ory, del legado que el poeta quiso que descansara en su ciudad natal, y que de la mano del Instituto Cervantes, que la incluyó en la programación del pasado Congreso de la Lengua, viajará a París para que Francia, la tierra adoptiva de Ory conozca también las trascendencia literaria del autor gaditano. También en la programación de este centenario figura la exposición de pinturas que Laure Lachéroy tiene abierta en el Colegio de Arquitectos bajo el título ‘Geografías del sueño’.
Para Salvador García, un “paso fundamental” en la celebración de este centenario será la publicación de la poesía reunida de Carlos Edmundo. Será una edición crítica firmada por Jaume Pont y que será publicada por Galaxia Gutenberg, el mismo sello editorial que llevó a las librerías ‘Música de lobo’, quizás la más completa antología del autor. La intención ahora es reunir en un volumen “toda la poesía conocida”, que no es lo mismo que toda la poesía que escribió Ory, un autor que en vida seleccionó aquellos versos que nunca se podrán publicar. El respeto a la voluntad de Ory, a su criterio sobre todo con la poesía de juventud, será “máximo”. La previsión es que este volumen poético vea la luz en el próximo otoño, durante las jornadas de la Fundación que este año, como parece obligado, estarán dedicadas por entero a Ory: “Es un autor poliédrico, muy amplio. Es conocida su poesía, pero sus ‘Diarios’, por ejemplo, son claves para conocer a fondo la literatura del siglo XX. Y su valioso epistolario: más de 3.000 cartas que revelan mucho de su relación con otros literatos y de su amistad con tantas personas. Es un autor muy completo”.
El tercer vértice fundamental de este ‘oleaje’ será un documental dirigido por José Luis Hernández, autor de películas del género sobre Casas Viejas o el pintor Valdés Leal, y que contará con el respaldo de Canal Sur. Será un documental que se acercará a la figura de Carlos Edmundo de Ory a través de los testimonios de amigos, admiradores, literatos...
Un documental al que acompañará una pequeña joya, inédita en su mayor parte, que Salvador García considera “muy valiosa”. Se trata de la larga entrevista que Juan José Téllez realizó a Carlos Edmundo en su casa de Thézy-Glimont y que el Servicio de Vídeo de la Diputación, a quien pertenece la grabación, editará para convertirlo también en un documental que permitirá descubrir a un Ory muy completo.
El poeta gaditano será también protagonista de uno de los próximos cursos de verano de la Universidad de Cádiz, que tratará sobre el postismo y que será coordinado por Ana Sofía Pérez-Bustamante. Y en la próxima Feria del Libro de Cádiz se organizará un ruta sobre Ory a partir de los textos en los que el autor evoca su ciudad natal y que también se quieren reunir en un volumen , titulado ‘Kotinousa’, para dejar constancia de la influencia que Cádiz siempre ejerció en el poeta cuya escultura, escapada de su pedestal, cobija la Alameda.
Los niños serán también destinatarios de este homenaje, pues se pretenden entregar a préstamo a los colegios gaditanos un buen número de ejemplares del libro ‘A veces soy de color’, un jugoso acercamiento a la figura de Ory a través de sus poemas y aerolitos ilustrados por Señorita M y editados por Maclein y Parker.
A finales de año se pretende también organizar un ciclo en torno a Ory, bajo el título ‘Las amistades celestes’, de manera que el ‘oleaje’ salte después hasta 2024 para que sus olas salpiquen también el 101 centenario del poeta, ya el 27 de abril del próximo año, cuando se clausure este centenario.
Pendiente de fecha está la apertura en el Instituto de Cervantes en Madrid del legado que Ory dejó en vida en la llamada Caja de las Letras, que el autor determinó que se abriera en noviembre del año pasado pero que, con buen criterio, la Fundación pidió que se aplazara para que se incluyera entre los actos del centenario.
Laure Lachéroy no esconde que la celebración de este centenario le produce “mucha emoción”, al tiempo que le hace valorar hasta el “asombro” todo lo que la Fundación que lleva el nombre del poeta ha podido lograr desde sus comienzos hasta la fecha: “Todo lo que significa un centenario por todo lo alto y que va a ser internacional porque la exposición de Diputación va a llegar a París. Es una cosa que me sobrepasa y, al mismo tiempo, me doy cuenta de la conciencia que tenía Carlos del valor de su obra. Y no sólo de su obra, sino de su forma de moverse en la vida, de su forma de ser”.
Lachéroy comenta, y Salvador García reafirma, que este centenario será una manera de acercarse a Ory hasta despojarlo de “la fama de raro” que lo persigue y que, de alguna manera, ha condicionado a su juicio el acercamiento de los lectores a su obra: “Se habla del personaje de forma un poco caricaturesca, con una etiqueta de raro, de marginal, que no se ajusta a su figura. Es un autor con una de las poéticas más relevantes de la segunda mitad del siglo XX”.
Y es momento, también, de que Cádiz conozca mucho mejor a Ory: “Es una oportunidad para que la gente haga suya la imagen que él tenía de Cádiz, una ciudad que está en multitud de textos, de cuentos, de poemas, en sus ensayos. Hay una evocación constante”.
Un momento en definitiva de hacer de todos la frase con la que Laure Lachéroy definía hace unos días, en conversación con este periódico, la influencia de Ory en su obra pictórica: “Carlos no está vivo, pero está presente”.
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