El Concurso de Relatos del Café de Levante de Cádiz alcanza su séptima edición con un guiño a su origen

Literatura

El autor que inicia el texto que los aspirantes deberán contemplar es el escritor Jesús Fernández Palacios, uno de los primeros clientes habituales del emblemático rincón de la calle Rosario

El VI Concurso de Relatos Cortos Historias del Café ya tiene ganadores

Tere Torres con el jurado del certamen y el escritor Jesús Fernández Palacios, en El Café de Levante.

Cádiz/Aunque cada edición "siempre es especial" para Tere Torres, la gerente de El Café de Levante no puede negar que este séptimo Concurso de Relatos del emblemático rincón de la calle Rosario tiene un "componente sentimental" muy profundo ya que el autor que da vida al escrito que los participantes deberán completar es "uno de los primeros clientes habituales" de su casa, el poeta Jesús Fernández Palacios.

"Además de ser un poeta fantástico y un escritor maravilloso, Jesús Fernández Palacios, junto con Alejandro Luque, José Manuel García Gil, Quiñones o Ripoll, fue de las primeras personas de la cultura que comenzaron a frecuentar el Café de Levante allá por los años 90 y ha propiciado aquí tertulias estupendas", se congratula Torres que está "muy contenta" por que el literato aceptara al guante sumándose a una privilegiada nómina de colaboradores entre las que se encuentran nombres como Almudena Grandes, Luis García Gil, Felipe Benítez Reyes, Eduardo Mendicutti, Juan José Téllez o Caballero Bonald.

"Jesús ha hecho un relato precioso", alaba la gerente y diseñadora que augura a esta nueva edición "seguro que, al menos, el mismo éxito que las anteriores" de un premio al que, para sorpresa de Torres, cuenta habitualmente con una participación "altísima" de escritores procedentes de Latinoamérica. "No sabemos por qué, serán las llamas de García Márquez y Mutis alumbrándonos, pero el caso es que los manuscritos desde allí llegan en avalancha", reconoce Tere Torres.

Así espera que siga siendo el alma mater del Levante que retoma el certamen con la normalidad de antes de pandemia y con un jurado presidido por el escritor Jesús Maeso de la Torre e integrado también por Malu Juárez, Yayo Gómez, ganadora del penúltimo certamen, Bea Aragón, Salvador Fernández García, con Esther Porquicho como secretaria y con Blanca Flores de jurado suplente.

Un comité que será quien decida qué aspirantes merecen alzarse con el primer y segundo premio del Concurso de Relato Corto dotados, respectivamente, con 500 y 150 euros. "Sólo me queda desear que sean muchas las personas las que se pongan manos a la obra y larga vida a este Concurso", anima.

Las bases

Texto introductorio de Jesús Fernández Palacios

MIRADA ATLÁNTICA GEOMÉTRICA

Esta tarde en el Café oigo las sirenas de los barcos que entran o salen del puerto porque vivo en una ciudad que pertenece al mar desde siempre. Y siempre me gusta recordar que la línea de mi calle se une en su extremo con la perpendicular que cae del cielo, formando un prodigioso ángulo donde reina el mar con sus leyes y caprichos. En esa afortunada e inevitable geometría he vivido desde siempre, y así vivieron mis padres y los padres de mis padres que, si me lo permiten, tal vez fueran los fenicios. Por la línea de mi calle, que es metáfora de la vida y por eso va a dar a la mar, pasaron hace tiempo Homero y Virgilio con sus cantos seductores, y tras ellos una verdadera corte de poetas importantes que hicieron sonar su música y dejaron en mi calle una pasión inmensa por el mar y sus cosas, esas cosas que son fundamentales para la vida de este vecino y para la vida de todos. De ahí que nos causen júbilo esos poetas, los importantes, que le supieron dar al mar su sitio y, de paso, nos cautivaron con sus mágicas confidencias sobre visiones maravillosas que acaso percibimos pero que no atinamos a contar. Uno de esos poetas, que me encontré al alba y en el crepúsculo, y también en las noches estrelladas, en los días de bruma y oleaje y en los días luminosos, ese poeta llamado Eugenio Florit me susurró al oído hermosas experiencias sobre el mar. Y así recuerdo su voz como una nostálgica sonata cuando decía: Encendido/ más por el cielo caído/ en regular geometría; Mar con el oro metido/ por decorar tus arenas; Mar para mí de presencia/ grata en crepúsculo incierto; Aquí están tus colores, tu sereno misterio, aquí tu voz antigua; Porque el destino tuyo, mar, de muerte y de vida, / de cantar y gritar, de estar azul y gris y verde y blanco, ese único destino que va rodando sobre todas las playas del mundo… Esta fue nuestra mirada y también nuestro sueño sobre el mar, y cada tierra con su mar se duerme. Esta tarde en el Café oigo las sirenas de los barcos y sé que mañana volveré a este lugar para seguir soñando.

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