Confidencias de tren y pequeñas miserias se dan cita en el FIT

Josefina y Armenio se encuentran en un largo viaje en un tren. Los dos buscan cosas distintas: la primera, un lugar tranquilo donde dormir, descansar y deshacerse sin dolor de su carga; el segundo, una estación en la que pueda finalmente bajarse para recuperar su dignidad perdida.

Bajo esta premisa, los nicaragüenses Teatro Justo Rufino Garay presentan esta tarde, en la Sala Tía Norica del Baluarte de Candelaria a las 19.00 horas, la obra Ay amor, ya no me quieras tanto: a través de estos dos personajes, carentes de afecto, vamos adentrándonos en sus vidas, sus seres queridos, sus fantasmas, sus sueños... Viaje y paisaje tienen, además, carácter protagonista, como metáforas de universos personales diversos y de ejercicios de la memoria.

"Ay amor, ya no me quieras tanto es una obra que nunca pretendió serlo -comenta la actriz y directora artística, Lucero Millán-. Fue un tiempo de escritura personal que tenía dos propósitos: darme espacio para conjugar en un texto escritos y pensamientos que, a lo largo de varios años, había acumulado a partir de diferentes recuerdos, estados de ánimo, pensamientos e imágenes; el segundo propósito era un homenaje a esos seres insignificantes de la vida cotidiana, con quienes nos encontramos sin mirarlos siquiera".

La jornada de hoy en el FIT continúa en la Sala Central Lechera, a las 20.30 horas, de la mano de Grupo Actoral 90, que pone en escena Acto Cultural. La pieza nos sitúa a mediados de los años 20, entre los miembros de la Sociedad Louis Pasteur para el Fomento de las Artes de San Rafael de Ejido. Para celebrar su medio siglo de existencia, la sociedad pretende escenificar el drama histórico Colón Cristóbal, el genovés alucinado. Durante la representación del acto cultural, los seis miembros de la Junta Directiva se van descubriendo a sí mismos frente a los asistentes, desvelando sus vidas precarias, sus abandonos, sus anhelos y sus miserias en mitad de la pretendida grandeza de Colón y su descubrimiento.