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Sevilla/No todo ha sido coser y cantar en la trayectoria profesional de José Luis Figuereo El Barrio pero el sastre de la banda sonora del día a día, el artista que siempre le saca un pespunte a la rutina, el artesano que enhebra con destreza las cuerdas del flamenco rock y pop con los versos de corte más urbano puede estar orgulloso de tener una legión de seguidores que se cuentan por miles. Para muestra, un botón, aun sin salir a la venta su último disco, Las costuras del alma, que podrán encontrar hoy en las estanterías, plazas como Madrid y Sevilla ya tienen más del 50% de entradas vendidas para sus conciertos del año que viene.
Así lo comentaba ayer el gaditano, sin hilo de petulancia y con tela de agradecimiento, durante el encuentro-presentación de este último trabajo que reunió en Sevilla, en el mismo puente de Triana, a lo más granado de los medios de comunicación de Andalucía. De Carlos Herrera a Jesús Vigorra, de Araceli Limón a Mikel Corral, entre otros periodistas que quisieron compartir con el artista el alumbramiento de este nuevo álbum de estudio que supone el regreso de Selu tres años después de su gran vuelta a la escena musical con Hijo del Levante.
Y en el centro de este taller improvisado en el que se convirtió el restaurante María Trifulca (con máquina Alfa incluida), El Barrio relajado, tranquilo, sin su eterno sombrero (imposible mantenerlo sobre la cabeza cuando son 33 grados los que caen sobre Híspalis) del que sólo se acordaba para alguna fotografía promocional y para mostrarnos, como siempre hace, su rótulo interior. "¿Ves? Otro más, éste es de estreno y es con el que haré la gira", giraba el accesorio (esa suerte de gafas de Clark Kent con efecto a la inversa) exhibiendo las palabras estampadas con rotulador dorado permanente: "Las costuras del alma".
"Ya sabéis que en cada gira estreno uno, tengo una buena colección en casa", reía el artista que no es amigo de las grandes reuniones y que siempre prefiere el contacto más personal del tú a tú. Sin embargo, la de ayer se presentía como una ocasión especial. La puesta de largo de una nueva obra que suena por tangos, como su primer single homónimo (y por tango... no se pierdan El primer amor...), por, y desde hace mucho tiempo, alegrías de Cádiz (Te vas), y por esos aires de pop-rock andaluz que tanto favorecen a los versos del compositor (Al sur de tu cama, Ojalá amiga...) "A mí me gusta coger lo puro del flamenco y lo puro del rock andaluz, con eso hago música andaluza, y hago baladas, paso aquello por el pop, lo otro por el rock... El resultado, en esta ocasión, son estas costuras del alma de las que estoy muy orgulloso".
Costuras porque han habido heridas, aunque se callen y no se quieran contar (¿quien sale ileso de esta maravillosa batalla constante contra la muerte que es la vida?). "Lo importante es coserlas a tiempo... Eso es lo importante", refiere el músico que desde Duermevela continúa hilvanando sus discos en su cuartel general, el estudio que tiene en casa.
¿Coser y cantar? ¿Quién dijo que la escena musical fuera fácil? Con El Barrio (más de 20 años de éxitos lo contemplan) lo parece. Triple Disco de Platino con el compacto que coronó su regreso, récord de más llenos absolutos (van 17) en el Barclaycard Center de Madrid (actual Wizink Center), el 60% de entradas vendidas de sus fechas en el Palacio de los Deportes en Sevilla (12 y 13 de enero), el primer día de Madrid prácticamente agotado y unos miles de tickets despachados del segundo (19 y 20 de enero), el mejor ritmo de venta de su historia en el Palau de la Música (10 de marzo)... "¡Y el disco no ha salido aún!", alaba la proeza la concurrencia. Pero qué se puede esperar del experto sastre que le tiene bien cogida la medida a su público: Componer y cantar. Con eso, lo borda.
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