Localizan el edificio rural romano mejor conservado de la provincia
Patrimonio arqueológico
El equipo de georradar de la UCA liderado por Lázaro Lagóstena ha encontrado en Puerto Real una construcción de dos plantas de época alto imperial de 1000 metros, un patio y dos alfares
La delegación ha establecido una zona de protección arqueológica en esta finca, donde se han proyectado huertos solares
El edificio romano rural más potente, mejor conocido y conservado hasta ahora en la provincia yace bajo el suelo de una finca privada en Miramundo, Puerto Real. Se trata de una construcción de 1.000 metros cuadrados del siglo I d.C, de época alto imperial, que presumiblemente era de dos plantas, con una especie de torre en una equina, un patio central y cuatro grandes naves a su vez subdividida en habitáculos. Muy cerca se encontraban dos grandes alfares romanos, que eran muy típicos en esta tierra y un edificio más amplio con cerramiento en su exterior posiblemente vinculado a otro tipo de actividad ganadera o de agricultura aún por definir.
Éstas son las conclusiones a las que ha llegado el grupo HUM240 Patrimonio Histórico de Andalucía en la Antigüedad de la UCA y su equipo de geodetección, con el que a través de técnicas no invasivas han extraído numerosos datos del que tuvo que ser este imponente edificio rural.
De este modo se han rastreado 12 hectáreas del subsuelo de esta finca de 140 hectáreas, donde se han proyectado huertos solares con los límites espaciales de protección marcados por estos trabajos. Así lo cuenta el profesor responsable del departamento de Historia, Geografía y Filología que está al frente de este equipo, Lázaro Lagóstena, quien explica que estos hallazgos han permitido establecer un perímetro “de reserva arqueológica de cara a su protección, futura excavación y puesta en valor”.
Concretamente, su equipo propuso en el entorno del edificio rural 16.000 metros cuadrados de protección, a lo que se suma 3.000 y 2.300 en los dos alfares. Área de protección “sobre la que la Delegación Provincial de Cultura decidió ampliar el perímetro”, añade.
Para la puesta en marcha de este proyecto de investigación preventivo promovido por la Planta Solar Miramundo con la colaboración del Ayuntamiento de Puerto Real en una zona donde se presentía que podían existir únicamente alfares, han usado georradar, drones, magnetómetros, equipo de mapeo del suelo, un escáner 3D Terrestre, GIS (Geographic Information Siystem) y GPS.
Con esta tecnología “hemos realizado prospecciones superficiales con GPS y microprospecciones más detalladas sobre los yacimientos más importantes”. Es así como sobre la villa han seleccionado las zonas de mayor interés gracias a “todo el material hallado en superficie, con los que hemos podido darle localización centimétrica, de modo que podemos relacionar lo que hay en superficie con cada habitación”.
Y es que, según narra el profesor, en una zona del edificio ha aparecido material asociado a la producción agraria, de aceite, vino y molino de pan, mientras que en otra, que es donde se concentra la sigillata, se asocia a habitaciones, usos de cocina, etc.
Entre dicho material localizado bajo tierra figuran ánforas, cazuelas, elementos de cocina, copas, dolias (vasijas de alfarería), mesas, monedas, piedras de molino, elementos como mortero, opus signinum o terra sigillata, muy típicos en la antigua Roma, y con los que han logrado interpretar funcionalidades del espacio.
“Se trata del edificio rural romano mejor conocido hasta ahora, hasta el punto de que estamos realizando la reconstrucción de su alzado”. Además, se encuentra en muy buen estado de conservación “pues los muros tiene bastante altura, llegando a alcanzar hasta los dos metros”.
Una construcción que “no tiene paralelos, salvo las villas localizadas en Puerto Real pero que nunca hemos podido ver al completo”.
El estudio ha sido posible gracias al cada vez más amplio y potente equipo de geodetección que se está engrosando con la dotación de 750.000 euros procedentes del Ministerio de Ciencia e Innovación y con cargo a los fondos europeos Feder, al que ahora se suma otra subvención procedente de la Junta de Andalucía de 130.00 euros. Para este último proyecto adquirirán un vehículo todoterreno, un equipo completo de sondeos y muestreos con calicatas, una antena de 600 MHZ para el georradar grande “que profundiza menos pero da mayor calidad en la información y que es ideal para estudiar el tema de los enterramientos, sean antiguos o de Memoria Histórica", y para estudiar los restos de las plantaciones agrícolas históricas, así como otros elementos de manejo del territorio (zanjas, pozos, silos, etc.) y un magnetómetro de cinco canales para trabajar entre plantaciones arbóreas agrícolas.
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