Encontradas marcas de sellos fenicios en el solar del Cómico
Los arqueólogos hallan en el interior de un horno del siglo VIII a.C. cinco 'bulas de arcilla' con diversas figuras impresas
Hace aproximadamente 2.800 años que un ciudadano del Gadir fenicio decidió arrojar al fuego del horno que tenía en su vivienda, sita donde actualmente se construye el teatro de títeres de Cádiz -solar del Cómico-, varios papiros con importantes documentos que fueron sellados con las llamadas bulas de arcilla: marcas o improntas donde quedaba impreso el sello personal de las dos partes que acordaban un contrato o un acto administrativo. El fuego cumplió el objetivo de destruir el papiro, pero el calor contribuyó a cocer y petrificar la arcilla con las marcas de los sellos, hasta cinco, que se han conservado así hasta que los arqueólogos que trabajan en el solar los hallaron en el interior del horno fenicio, datado en el siglo VIII a.C.. El primer estudio de las piezas ha permitido saber que las bulas de arcilla no son de Cádiz, sino que proceden de Oriente Próximo.
Los arqueólogos José María Gener, Juan Miguel Pajuelo, María de los Ángeles Navarro y Mariano Torres han elaborado un preciso informe sobre el hallazgo y sobre los primeros datos arrojados por la investigación de las cinco piezas, que fueron presentadas ayer en sociedad a la prensa por los dos arqueólogos en el Ayuntamiento de Cádiz, un acto en el que no faltaron la alcaldesa, Teófila Martínez; el concejal de Cultura, Antonio Castillo, y el director del Museo Histórico, Juan Ramón Ramírez.
Gener y Pajuelo explicaron que las bulas de arcilla halladas en la excavación del solar del Cómico son las más antiguas encontradas hasta ahora en España y en el Mediterráneo Occidental, donde los más vetustos hallados hasta ahora se remontaban al siglo VI a.C.. Los arqueólogos realizaron una presentación muy didáctica que incluyó una simulación de la forma en que se plegaba y lacraba un papiro con las marcas de los sellos sobre dos trozos de arcilla.
Y destacaron que, tras el hallazgo, se ha realizado una primera restauración de las piezas para limpiarlas y se han encargado dos estudios independientes pero complementarios: uno iconográfico y otro analítico. Los estudios, que se intuyen complejos, aún no se han concluido, aunque de sus respectivos avances ha sido posible conocer con cierto detalle, por ejemplo, qué se representa en los sellos o asegurar que los pergaminos no fueron lacrados en Gadir, sino en algún punto de Oriente Próximo, una procedencia que los arqueólogos tratarán de descubrir con el informe analítico y con un posterior e intenso trabajo de cruce de datos que, según reconocieron, puede quedar inconcluso. Intentarlo, desde luego, ya vale.
Los arqueólogos, después de explicar cómo se sellaban los pergaminos, comentaron que las dos partes vinculadas por el documento dejaban constancia de su firma. De las bulas encontradas en el Cómico se deduce que una parte era privada, un particular, y la otra pública, como podría ser un templo. La diferencia está en la firma: mientras que el particular escoge como firma una figura geométrica, la parte administrativa o pública, integrada por personas con más prestigio y conocimientos, opta por un jeroglífico de influencia egipcia.
José María Gener y Juan Miguel Pajuelo valoraron el "interés científico" de las piezas, se mostraron convencidos de que el hallazgo "dará prestigio" a la futura puesta en valor del yacimiento y destacaron la labor de campo de su equipo de trabajo: "Estas clases de piezas, como las bulas de arcilla, son imposible de localizar en una excavación donde se trabaje con prisas. Pero en el Cómico, gracias al trabajo de nuestros compañeros, se está haciendo un trabajo minucioso".
La alcaldesa Teófila Martínez, por su parte, quiso destacar nuevamente el "gran esfuerzo municipal" para permitir que los hallazgos arqueológicos puedan ser visitados sin renunciar al proyecto del teatro estable de títeres: "Se trata de un trabajo importante, complicado y costoso". Y otra vez recordó la alcaldesa que ya se han invertido los cuatro millones de euros previstos en el proyecto inicial con el objetivo de "preservar" los restos arqueológicos. Ya se ha licitado la segunda fase.
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