El FIT arranca desde el callejón del duende de Eduardo Guerrero
El bailaor gaditano inaugura mañana la nueva edición de la cita con un proyecto que comenzó su andadura en 2013 y que se transforma en cada escenario que se exhibe
"Mi madre dice que compre lotería". No le falta razón a la progenitora del bailaor Eduardo Guerrero que en este 2016 no ha parado de "cumplir sueños". Y en Cádiz. Si enero llegaba con el estreno de un nuevo espectáculo, Guerrero, junio le traía la buena nueva de abrir el festival Cádiz en Danza. Su actuación en la primera edición de Aires Sonoros, en el espectáculo Las Minas Puerto Flamenco, las exitosas críticas de su participación en Bosque Ardora de Rocío Molina... Y ahora el FIT. "¡Y el espectáculo inaugural, nada más y nada menos!", se congratulaba el artista que ayer presentó su propuesta para la XXXI edición del Festival Iberoamerico de Teatro junto al director de la cita, Pepe Bablé, en el Gran Teatro Falla.
"Compra lotería, que te toca", le diría la madre aunque, realmente, el artista lleva comprando las papeletas del éxito, esas que se pagan con esfuerzo, trabajo y talento, desde hace ya mucho tiempo. El callejón de los pecados, el espectáculo que abrirá la muestra teatral en el Gran Teatro Falla, es buena prueba de ello y ejemplo de la mirada del artista sobre el arte. Y es que aunque este proyecto comenzó en 2013 con su estreno en la Sala Central Lechera, Guerrero lo mantiene "abierto", "sin esa reja que hoy día tiene el Callejón del Duende" -esa pequeña vía del barrio del Pópulo junto al Teatro Romano que inspira el callejón de este montaje- permitiéndole mostrar quién es en cada momento. "Eduardo Guerrero de 2013 no es el mismo que en 2016. Tampoco este callejón del FIT es el mismo que el de La Lechera ni el mismo que se pudo ver en la Bienal. Y para mí eso es lo mejor de este espectáculo, que va creciendo y transformándome a la vez que yo crezco y me transformo como artista", explicaba el creador.
Diferente a cualquier otro callejón y, si cabe, con una motivación extra. "Yo he estado sentado entre el público en el FIT, he sido un espectador más y muchas veces pensaba cuándo me tocaría estar ahí arriba así que esta cita es muy importante para mí no sólo a nivel profesional, también a nivel personal", se sinceraba el artista que estará acompañado sobre las tablas por las guitarras de Javier Ibáñez y Ramón Amador, el cante de Pepe de Pura y Emilio Florido y la percusión Israel Katumba.
Un conjunto que caminará por este callejón como camina Guerrero, entre la tradición y la innovación. "Yo mantengo la tradición, mi sentir es el más tradicional del mundo, pero mi cuerpo es innovación", resuelve la paradoja el gaditano, uno de los pocos flamencos que han bailado en las tablas del teatro Bolshoi de Moscú, el sancta sanctorum de la danza clásica.
En esta ocasión, El callejón de los pecados, donde se mueven entre la nebulosa y la brillantez una serie de personajes legendarios -bandoleros, soldados franceses, marineros, el propio duende...-, será el escenario donde el público de Cádiz podrá ver los tarantos que a Guerrero le valieron el prestigioso premio El Desplante del Festival de Cante de las Minas de La Unión, o esos tangos tan suyos en los que rinde pleitesía a la figura masculina del baile "que mejor ha bailado por tangos", Antonio Canales, o la soleá con la que concluye el espectáculo con la intención de trazar un paralelismo "entre el nombre del propio palo y la soledad en la que se queda el personaje central al final del espectáculo", adelanta.
El callejón de los pecados, con prácticamente todo vendido, es un espectáculo vivo, que muta y por el que transitan diferentes personas y estados. El callejón de los pecados es el diario artístico de un creador siempre en proceso.
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