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Jorge Pardo: "El afán por superar nuevos retos es lo que mantiene vivo a este trío"

Festival de Música Española de Cádiz | 20 aniversario en el Gran Teatro Falla

El Festival de la Música Española de Cádiz acoge el 20 aniversario del primer disco de ‘El Trío’ por excelencia del flamenco-jazz

Jorge Pardo, Carles Benavent y Tino di Geraldo estarán este viernes en el Gran Teatro Falla

El músico Jorge Pardo, durante un concierto. / Esteban Cobo

Cádiz/La grandeza, curiosamente, al igual que la familiaridad, no necesita apellidos. Por eso Paco de Lucía es Paco; Camarón de la Isla es Camarón y Carles Benavent, Tino di Geraldo y Jorge Pardo son, simplemente, El Trío. El trío por excelencia que, sin ser ninguno de ellos “ni andaluces, ni gitanos, sin tocar la guitarra, sin bailar y sin cantar”, encontraron en el flamenco "una lengua común" que pusieron a conversar con el jazz y con cada una de sus influencias particulares. El Trío, santa trinidad del buen gusto, celebra este 2020 la aparición de su primer disco, El concierto de Sevilla, con una gira de actuaciones que recala en el Gran Teatro Falla a las 16.00 horas, dentro del Festival de Música Española de Cádiz, y con Diego Carrasco y Tomasito como artistas invitados.

Veinte años de un debut discográfico que refleja lo que ocurrió ni un año antes, los días 16 y 17 de diciembre de 1999, en el Teatro Central de Sevilla. Dos directos que quedaron inmortalizados en aquel disco producido por Mario Pacheco de Nuevos Medios a quien los artistas homenajean, “no sólo en este concierto sino en muchas de nuestras actuaciones”, asegura Jorge Pardo que recuerda a este incansable cazador de aires nuevos. “Siempre estaba atento a las novedades que se producían en esa época, a los jóvenes talentos que él se preocupaba por buscar por las salas de las ciudades más que en los despachos de la compañías de discos o de las productoras. En consecuencia, tiene toda nuestra admiración y aunque su cuerpo no está con nosotros, su legado y su espíritu siguen aquí”.

Y es que el flautista, que junto con el bajo de Benavent, formó parte del glorioso sexteto de Paco de Lucía, observa el paso del tiempo como una especie de trampa donde “todo cambia aunque, en realidad, todo permanezca”. Eso es lo que ha ocurrido en 20 años a su música y a la del trío, “todo y nada”.

“No soy gallego pero te diría que las cosas cambian, pero no. La esencia sigue. A mí me pasa con la música, que es mi profesión pero, también, mi forma de vida. De hecho, creo que es una forma de vida antes que una profesión. La música es arte. Tú estás infectado por esa manera de vivir con arte y el arte siempre implica cambio, un encuentro, una búsqueda, pero no lo abandonas nunca. Para mí desde el primer día que cogí un instrumento y empecé a tocar, parece que el sonido me llevó a un estado que, independientemente de cómo te vaya la profesión, te vaya mejor o peor, no puedes abandonar. Es el gusto por hacer música, por el sonido, por tocar con tus compañeros... Eso es permanente. En estos 20 años se ha ido incrementando mi amor por todo eso a pesar de las dificultades”, reflexiona el músico que vive en San Roque “desde hace unos años”.

Dos décadas en las que los caminos de Pardo, Benavent y Di Geraldo han permanecido unidos, sin menoscabo de llevar hacia delante sus proyectos individuales como líderes de sus bandas, porque han compartido “ese mismo amor por evolucionar en tu arte, por aprender más, por comunicar mejor”, dice el músico. Pero, sobre todo, “porque cada vez que nos juntamos a hacer música siempre hay un reto nuevo que hacer, nuevas fronteras a las que acudir, y no nos hemos resignado a que tocar juntos sea hacer un revival de viejas canciones, todo lo contrario; el afán por superar nuevos retos es lo que mantiene vivo a este trío”, decide.

Jorge Pardo, Carles Benavent y Tino di Geraldo, en una actuación reciente.

Flamenco leaks, su tercera entrega discográfica –la segunda llegó en el décimo aniversario de la primera, "el mundo discográfico no nos ha alentado mucho", argumenta–, es el resultado de ese alma de curiosos exploradores. Un trabajo ideado, creado y parido –sin nada premaquetado ni pensado– durante una semana en el estudio asturiano Acme de Miguel Herrero. Un trabajo así “sólo puede ser realizado desde la confianza mutua que tenemos en un lenguaje común que es, curiosamente, el flamenco, como así lo atestigua nuestra trayectoria”. “Sabemos perfectamente que si nos ponemos a tocar, salga lo que salga, será interesante aunque nos siga sorprendiendo, porque eso es parte del alimento que necesitamos “, asevera Pardo que define al bajista, “compañero de toda la vida”, como “todo corazón, tesón y soniquete”, y al batería, “que llegó poco después” a su vida como “inspiración, seguridad, y también soniquete”, ríe.

Soniquete del que también va sobrado Pardo que recuerda la legendaria –atendiendo a que todas las historias legendarias tienen ese místico componente del azar– creación del Trío. “Nosotros tres formábamos parte de un sexteto con otros tres músicos más y teníamos un concierto en Barcelona. Por lo que fuera, los otros tres no aparecieron. Y cuando digo que no aparecieron es que hasta media hora antes del concierto no sabíamos que no iban a venir. Así que teníamos que tomar una decisión, o salir o cancelar. Y nos dijimos, ¿cómo que no?, si aparte de ser nuestra vocación, el tocar música también era nuestro trabajo y llenamos la nevera gracias a que hacemos conciertos. Entonces se impusieron ambos pragmatismos, el artístico y el laboral, y salimos, e hicimos lo que sabíamos hacer, y el concierto fue un éxito y nos dijimos, ¿venga, hacemos más de lo mismo?”.

Y lo hicieron.

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