Manuel de Falla inspira al arte contemporáneo
Exposiciones en la Casa Pinillos | Festival de Música Española de Cádiz
La Casa Pinillos acoge las inauguraciones de la exposición en torno al mural de Herminio Molero y de la muestra '42 intervenciones' del artista Juan Barreto
Cádiz/Recuerda Elena García de Paredes, gerente de la Fundación Archivo Manuel de Falla de Granada, que a escasos metros de la Casa Pinillos, justo en el Museo de Cádiz, durante un concierto frente a dos cuadros de Zurbarán, fue donde arraigó la firme decisión de ser músico en un jovencito Manuel de Falla. Un apunte que de la sobrina nieta del gaditano más universal quiso recordar el mediodía del sábado en Cádiz durante la inauguración de dos exposiciones donde se pone de manifiesto la “íntima relación” que han mantenido en el tiempo, “y todavía hoy funciona muy bien”, los “artistas contemporáneos con la música y con el personaje de Manuel de Falla”, expresó.
De esta forma, y como nueva aportación del Archivo al Festival de Música Española de Cádiz Manuel de Falla, García de Paredes fue la encargada de presentar las dos exposiciones que se pueden visitar en la Casa Pinillos. Por un lado, la muestra en torno al mural, y el propio mural portátil, de Herminio Molero, que este año ha servido para dotar de imagen la XVII edición del festival; y por otro, la exposición 42 intervenciones para Manuel de Falla, de Juan Barreto.
Dos exposiciones que parten y desembocan en la amistad: “...y esta mañana estaba pensando yo que, en el caso de Herminio Molero, este mural portátil, que me parece el mejor nombre que se le puede dar, fue el origen de una amistad y, sin embargo, con Juan Barreto fue al contrario, la exposición es el producto de una amistad de 30 años forjada en una correspondencia que, sin yo saberlo, él se dedicaba a intervenir en secreto haciendo las maravillas que ustedes pueden ver en la exposición”, resuelve García de Paredes.
Y es que 42 intervenciones para Manuel de Falla se trata de un homenaje al músico a través de la intervención de 42 sobres de la correspondencia que el artista ha mantenido en los últimos 20 años con Elena García de Paredes, a la que conoció en una exposición que Barreto realizó con su mujer sobre Federico García Lorca.
“Desde entonces, y como nosotros no tenemos ni ordenador ni esas cosas, pues comenzamos con Elena un intercambio epistolar constante en el que ella nos enviaba cartas, los calendarios y diversa información sobre las actividades del Archivo. Y yo, que siempre había hecho algo de collage, vi una oportunidad en estos sobres para hacer un homenaje cercano a Manuel de Falla que es un músico al que yo había escuchado durante toda mi vida y que, incluso, había influido en los cuadros de mi primera época, Noches en los Jardines de España, por ejemplo, titulé uno de ellos”, explicó ayer Juan Barreto sobre el origen de estas intervenciones realizadas de forma “más espontánea”, “sin bocetos previos”, como algo “emocional y automático”, que también resume “la evolución” de la pintura del artista “en los últimos 20 años”, que ha tendido a “simplificarse”.
Además de Barreto, el artista y músico Herminio Molero también estuvo presente en la puesta de largo de las exposiciones y protagonizó la conferencia Historia de un mural portátil: Manuel de Falla y 12 amigos más, en la que descubrió los secretos de la gran pieza donde reúne a Manuel de Falla, en el centro, con diferentes amigos artistas con los que estuvo relacionado en su vida.
A la izquierda, Leonid Massine “con el traje de molinero”, Arthur Rubinstein, “con la imagen sacada de una foto real que se hizo disfrazado de torero”, Federico García Lorca “con su mono azul de La Barraca”, La Argentina “en el descanso de un ensayo”, Felipe Pedrell “el viejo maestro de Falla” y María del Carmen, “su fiel hermana”, “como dos buenos protectores de Don Manuel”; y a su derecha, Serge Diaghilev, “director de los ballets rusos con traje de etiqueta como un empresario en noche de estreno”, Igor Stravinsky “con sus guantes de cabritilla”, Pablo Picasso, “autor de varios decorados de los ballet rusos como los de El sombrero de tres picos” y, finalmente, Isaac Albeniz, Ricardo Viñes, y Claude Debussy, “amigos que habían ayudado a Falla en París”, detalla el autor de un mural que fue un encargo del Instituto Cervantes de París al artista con motivo de un homenaje al músico gaditano y que rescató la sobrina nieta de Falla para el Archivo en Granada donde montó una exposición prácticamente igual que la que hoy se puede ver en Cádiz, con el mural, la maqueta y los bocetos de cada personaje.
“El encargo me llegó a través de Gonzalo Armero, director de la revista Poesía, pues él conocía una serie de retratos de poetas del 27 que yo había expuesto y pensó en mí para retratar una galería de personajes relacionados de algún modo con Manuel de Falla que, desde una barandilla superior, estuvieran observando al público en la inauguración que, a su vez, los observaría a ellos”, explicó Molero que descubrió que la primera idea que barajaron fue “troquelar cada personaje en madera y luego pintarla”, con lo que se aprovisionó de “gruesos tableros de contrachapado de más de 2 centímetros” en los que se puso a dibujar las siluetas.
Sin embargo, pronto le asaltaron las dudas sobre el peso de la obra y decidió hacer la pieza en lienzos de 1,95 x1,40 con lo que, distribuyendo las siluetas, podía lograr, “gracias a un único fondo para todos”, una visión continua de 8,5 metros de longitud.
La versión que finalmente realizó y que en estos días se puede ver en la Casa Pinillos.
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