El Flamenco o el arte por el arte
Arte
Carmen de la Calle y Paula Llull son las comisarias del programa de videocreaciones puesto en marcha con motivo del Festival de Jerez · Participan Javier Velasco, Ana Mendieta, Marina R. Vargas o Fernando Baena
Con motivo del Festival de Jerez, una de las citas culturales más importantes que existen en la ciudad y donde el flamenco deja, una vez más, constancia de su trascendente posición, este año dentro de la significativa programación se ha introducido una serie de videocreaciones con lo flamenco como mediata o inmediata incidencia significativa. Para ello se ha contado con dos importantes comisarias: Carmen de la Calle y Paula LLull, que ha elegido una serie de trabajos de importantes artistas y que han abierto una nueva vía experimental dentro de los esquemas de un arte -el cante y baile flamenco- con muchos argumentos.
Carmen de la Calle ha realizado una selección con creaciones que van tangentes al propio concepto del flamenco. Así, el linense afincado en Miami, Javier Velasco, acota la actividad artística, centrándola en un discurso operístico, con ello se materializa la propia realidad del espacio donde se presenta, abriéndose con ello las perspectivas de la propia entidad artística.
Impresionante en todos los aspectos son las dos obras de Ana Mendieta, aquella artista cubana compañera del minimalista americano Carl André, con una vida - también una muerte - llena de novelescas referencias. En su primera videocreación, la fuerza visual, el descarnamiento de la imagen femenina -constante en toda su obra-, con su dramática identidad que, aún camuflándose, acentúa el trágico destino en el que se encuentra sumida la realidad de la mujer. En la segunda, lo mínimo adquiere máxima potestad, en la simple representación del sexo femenino. Vídeos que definen el body art con toda crudeza visual y gestual y que entronca con la suprema realidad que tantas veces define el arte flamenco.
La granadina Marina R. Vargas, una de las jóvenes artistas con más esclarecedor futuro, nos muestra también la fortaleza de la mujer que lucha por salir de la mordaza y de la tiranía del entorno y que solo tiene a ella como motor para salir de tanta crueldad reinante. El medio que la rodea es despiadado y, además, su propia condición la llena de impedimentos. No obstante, la mujer es poderosa, tenaz y constante. Al final, ella misma, sabrá superar todas las dificultades y abrirse camino de entre tan hostil escenario. Videocreación donde se pone de manifiesto la soledad, la agonía, la impotencia y la lucha por sobrevivir, aspectos que se desarrollan en los límites infinitos del cante y del baile flamenco.
Por su parte, el cordobés Fernando Baena se deja llevar por la poderosa plasticidad del baile. Un simple papel actúa de medio evocador, de efímero y sempiterno desarrollo danzante al compás de las bulerías de El Zambo. Todo un recital flamenco que hace bien patente las infinitas posibilidades de un ente plástico a contracorriente. En la segunda obra, los patios cordobeses sirven de bellísimo escenario a un montaje lleno de intensidad visual donde unos caracoles sutilmente dorados actúan llevados por el siempre esclarecedor Nocturno de Chopin.
La última videocreación seleccionada por Carmen de la Calle es la realizada por Juan Carlos Bracho, otro artista linense que ya ha conquistado importantes estamentos artísticos y que desde un simple juego visual va obteniendo todo un recital a compás; un juego cuya repetitiva manifestación envuelve al espectador llenándolo de inquietud, de expectación, de incredulidad y de dudas. Formas inesperadas que dejan en suspenso la propia realidad visual y donde múltiples desarrollos automáticos crean desenlaces de suma plasticidad.
Estamos ante los infinitos desenlaces de un arte sin fronteras, donde la realidad artística sobresale en la más absoluta contundencia. Es el arte por el arte en su estado más puro.
Por su parte, Paula Llull ha centrado su actividad selectiva en un estamento eminentemente relacionado con el universo flamenco. La malagueña Laurita Siles investiga sobre el flamenco, incorporándole nuevos instrumentos ajenos a la propia realidad. Utiliza el txistu y hace bailar a unos chinos con un jocoso y particular sentido. Al mismo tiempo pone en práctica un curioso proyecto llevado a cabo en el Banff de Cánada, uno de los centros de arte más prestigiosos, realizando una intervención a base de castañuelas que impacta y hace dudar a los atónitos personajes que intervienen.
Muy interesante es la obra de la cordobesa Beatriz Sánchez, convirtiendo lo flamenco en un juego de imposibles, alejados de toda estereotipación y formulando una genial interpretación del baile en un escenario acuático donde el baile se difumina con el propio movimiento del agua, convirtiendo a la bailaora en una especialísima medusa llena de ritmo.
Kaoru Katayama es una artista japonesa afincada en España donde el lenguaje de la videocreación le ha llevado a obtener muchos reconocimientos en este campo -en ARCO del 2006 obtuvo el premio a la artista joven-. Su trabajo siempre se ha sentido atraído por la identidad de las culturas. En esta obra nos presenta a un matrimonio gitano que se comunica con los compases de una soleá llevando el compás con los nudillos sobre la mesa camilla de su propia casa. Una visión personalísima del flamenco donde se trata de la propia comunicación y la incomunicación, sobre el lenguaje, en definitiva, sobre lo más cotidiano.
La Ribot es una bailaora y coreógrafa madrileña que nos presenta una personal interpretación del baile. Una cámara en el propio cuerpo danzante nos ofrece una visión de la especialidad, de la interacción entre la realidad del que baile y un mundo circundante que, en este caso, adopta una posición menos determinante.
La producción artística de la sevillana Irena Mala se caracteriza por una particular trasgresión de la realidad. En sus diversas manifestaciones se nota una frescura extrema, un ácido y a contracorriente posicionamiento de lo artístico que, en este caso, mantiene, para recrear una jocosa, festiva y gamberra realidad de un arte flamenco que provoca una nueva concepción y una mirada distinta y provocadora.
Proyectos llenos de aplastante artisticidad que marcan rutas imprevistas, donde la realidad del flamenco es acometida desde muy singulares puntos de vista.
Festival de Jerez.
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