NMAC inaugura obra tras una década sin novedad en su parque

Fundación de Arte Contemporáneo en Vejer

Se trata de la pieza ‘Viga Mádre’ realizada por el artista Jacobo Castellano

El jienense crea, en torno al concepto de tránsito, un palomar realizado con antiguas traviesas de tren

'Viga Mádre', la obra de Jacobo Castellano para el parque de esculturas de la Fundación NMAC.
'Viga Mádre', la obra de Jacobo Castellano para el parque de esculturas de la Fundación NMAC.
Redacción

20 de julio 2019 - 06:00

Cádiz/Diez años después de que Second wind 2005, el que fue el primer proyecto permanente en España del artista James Turrell, se inaugurara en la Fundación NMAC, el parque de esculturas de la dehesa de Montenmedio cuenta con un nuevo atractivo.

Y es que los visitantes de este particular museo al aire libre ya pueden disfrutar de Viga mádre, el proyecto de Jacobo Castellano (Jaén, 1976) realizado especialmente para este espacio vejeriego donde el artista ha estado trabajando desde primeros de año.

Los recuerdos, las imágenes y los objetos de la infancia y los enseres que acompañan la vida de las personas son el origen de una parte importante de la obra de Jacobo Castellano. Su trabajo ha evolucionado desde los procesos iniciales de recuperación y ensamblaje de retales y desechos hasta la recontextualización de objetos buscados y con una historia propia.

Siguiendo esta línea, el proyecto concebido para la Fundación NMAC, que ha sido comisariado por la directora de la Fundación, Jimena Blázquez Abascal, gira en torno al concepto del tránsito. Según palabras del artista, Viga Mádre “es un homenaje a las miles de aves que viajan cada temporada desde el Norte de Europa hacia África”.

De esta forma, conjugando lo político y lo poético que tiene el devenir de estos animales de un continente a otro sin necesidad de pasaporte, Castellano construye esta “casa para las aves”, un palomar creado a base de antiguas traviesas de tren, haciendo un guiño al palomar de la Breña, en Barbate, el más grande del mundo.

Uno de los habitáculos que sirven como palomar está construido con baldosas de la mítica empresa granadina Fajalauza, fundada en 1517, y que hoy en día todavía se dedica a suministrar azulejería para la restauración de la Alhambra.

Detalle de la obra de 'Viga Mádre' de Jacobo Castellano.
Detalle de la obra de 'Viga Mádre' de Jacobo Castellano.

Con esta escultura, Castellano vuelve a la idea de “retorno al hogar”, tan significativa en su obra desde sus primeros trabajos. Es en este contexto específico donde se ubica la Fundación NMAC, un pequeño punto geográfico entre los continentes africano y europeo, donde cobran sentido estos aspectos, relacionando el tránsito y la memoria de las aves y de las personas.

La Fundación NMAC se creó en 2001 como un lugar de interacción con su contexto social, cultural y territorial. Concebido como un museo mediador tiene como objetivo apoyar a los creadores contemporáneos, en proyectos específicos que fomenten el diálogo y el entendimiento de la sociedad a través del arte.

La colección de la Fundación NMAC está formada por más de cuarenta proyectos site specific (realizados para y en el lugar) llevados a cabo por artistas de renombre nacional e internacional como Susana Solano, Marina Abramovic, Adel Abdessemed, Pilar Albarracín, Cristina Lucas, Fernando Sánchez Castillo, Maja Bajevic, Maurizio Cattelan, Sol Lewitt o James Turrell entre muchos otros.

Ahora, el jienense, residente en Madrid, Jacobo Castellano se suma a esta nómina de relevantes artistas. En la actualidad, la investigación del artista se centra en aspectos culturales o religiosos de Andalucía, en línea con la vinculación a la tradición que ha marcado su producción, y en búsqueda de su propia identidad.

Concretamente, el artista lleva años enfrascado en el estudio de la “maquinaria” (él mismo denomina a sus esculturas collagísticas como “máquinas para pensar”) en espacios públicos como los complejos sistemas de canalización de agua que son los aljibes, cuya historia se remonta a la época nazarí, u objetos encontrados fruto de la casualidad, también cargados de historia como un Cristo anónimo datado de 1330, pieza protagonista de la exposición Sobre bulas, juegos y brechas (2017) en el Centro José Guerrero de Granada.

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