Javier Ruibal: "Con la cultura se está siendo muy cobarde"

Nuevo disco| Entrevista

El músico portuense pone en escena su 'Ruibal' este 22 de octubre en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid

El nuevo disco, compuesto durante el confinamiento, también incluye el tema ganador del Goya, 'Intemperie'

El músico portuense Javier Ruibal.
El músico portuense Javier Ruibal.

Cádiz/–Después de 40 años de carrera, un disco con título homónimo... Me ha resultado curioso...

–Más que nada ya era por salir de la búsqueda de títulos rimbombantes cuando en realidad lo que hay dentro es yo mismo, en esencia, en un momento muy crucial donde nos han pasado a todos cosas importantes y difíciles, así que en esa catarsis personal ha salido este disco. Lo he compuesto y lo he escrito en un estado de ánimo muy de ser sincero conmigo mismo, de preguntarme ¿qué quieres hacer?, ¿qué es lo que quieres entregar? Y Ruibal es el resultado , un extracto de mí mismo, de lo que ya he avanzado en otras ocasiones pero con la experiencia de los años y de mucha carretera.

–La Covid, el confinamiento... ¿todo esto transforma artísticamente hablando?

–Es que yo creo que debería de transformar todo: lo artístico, lo anímico, lo moral, lo espiritual, lo político... Esto es un aviso. Más allá de todas las teorías que hay sobre el origen del virus, yo creo que nosotros somos la auténtica pandemia, y hemos hecho heridas tan tremendas al planeta, y seguimos haciéndoselas, que en algún momento todo esto debilita nuestro sistema inmunológico por fuerza. Movemos especies de unos lados a otros, hacemos vaciados hiper tóxicos en todas las aguas, contaminamos el aire... En algún momento el planeta se va a rebelar porque el planeta sí va a sobrevivir, nosotros no. Creo que es un aviso y así lo puse en una de las canciones y así lo explico. A ver si el planeta nos perdona la soberbia sin medida con la que nos comportamos.

–A usted el confinamiento le ha sido no sólo muy productivo sino que, a juicio de los temas de este disco, también le ha dado una mirada muy positiva. Hay bastante humor, incluso, en este disco

–Indudablemente. Es que este confinamiento me ha dado un instinto nuevo que me ha enseñado que lo principal era provocar empatía y envolverla en buen humor. Es tan trágico lo que ha sucedido que por fuerza hay que buscar ese terreno a costa de lo que sea. Y, aunque, más o menos logrado, creo que he conseguido ese terreno de humor y de empatía de cara a que cuando volvamos, definitivamente, a la normalidad mis canciones no añadan más tristeza a la que ya había pero sin, por ello, perder la conciencia del drama tan terrible que hemos vivido.

–¿Por qué decide acompañarlas de relatos y acuarelas?

–Pues por una cuestión de orgullo de la profesión. Creo que la digitalización ha ido en menoscabo de la sentimentalidad que los discos tenían para las personas que los compraban. La desfachatez con la que los gobiernos maltratan el hecho cultural en internet, donde no hay leyes que nos protejan, todo está manga por hombro y cualquier puede bajarse a las bravas y sin dar más explicaciones todos los contenidos que le dé la gana, nos dejan muy desamparados. Y, entonces, creo que una manera sana y bonita de estar contra esto era procurar que el disco mereciera la pena contemplarlo. Que las personas que lo compren pueden contemplarlo como contemplábamos aquellos discos que nos costaba tanto esfuerzo comprar y que significaban mucho más que comprar un puñado de canciones, sino que eran señal de una complicidad directa con el grupo o el artista pues se sabía que comprando sus discos dabas la oportunidad de seguir escuchándolos por muchos más años. Bueno, y también que tenía ganas de escribir relatos...

–¿Que son la versión extendida de las canciones?

–No, no, he procurado no contar dos veces el mismo chiste. Son relatos breves que tocan, puntualmente con las canciones, pero no cuentan lo mismo aunque tengan que ver. Pero son bastante breves, ¿eh?, que tampoco obliguen mucho al oyente, ya si alguien me pidiera hacer un libro de relatos ya sería otro el planteamiento...

–Lo que le decía... Que ha estado, y está, muy productivo...

–Pues sí, me he concentrado mucho en el confinamiento. He escrito las canciones y los relatos de este disco, también una canción para la nueva película de Imanol Uribe y otra que me encargaron para una obra de teatro.

–¿Puede contar algo más sobre ese tema para Imanol Uribe?

–Es una película que se está filmando ahora. Es una buena película. Me pasó el guion y me puse a trabajar sobre la escena concreta sobre la que quería que fuera y haciendo énfasis en alguna de las frases dichas por algunos personajes. La he trabajado a conciencia y muy a gusto, y parece que a él le gustó mucho.

–Hablando de cine, ‘Intemperie’, está en este disco. Qué bonito premio el Goya, ¿no?

–Es un premio muy vistoso, tiene una aureola bonita porque todos somos, de alguna forma, hijos de la generación del cine. Yo que he conocido mucho cine en blanco y negro y en tecnicolor formo parte de esa cultura, y que el cine te otorgue un premio como éste es mucho más vistoso que el propio Premio Nacional de las Músicas Actuales (2017), que es más importante, porque te da la consideración de que lo que haces es cultura nacional. Pero un Goya es un Goya.

–¿Hay algún tema de este disco que le haya supuesto más esfuerzo que otros?

–Pues Baile de máscaras, que fue el primero que escribí, fue la menos fácil de hacer por la situación anímica. Ahí estaban mi ánimo, mis sentimientos y el de todos los que estaban viviendo este desconcierto tan tremendo. Pero también la constatación de que era lo mismo lo que nos estaba sucediendo a todos. Daba igual que estuvieras en Japón, donde una amiga me escribió, como en Londres, como en Barcelona, como en Argentina, como en tantos sitios... Escribir esa canción... Era una canción para todos y de todos, era tomar conciencia de que hemos sufrido un azote tremendo y que detrás de nuestras mascarillas y de nuestros guantes también somos capaces de mantener los niveles de búsqueda amorosa imprescindibles. Así que nos fuimos con un teléfono móvil y grabamos un videoclip muy sencillo, nada sofisticado, y grabamos la canción ahí escondidas en casa y burlamos la cuarentena en el sentido de que nos juntamos tres personas para hacerlo pero era necesario. Y después escribí Soy ese que te cantaba, que era la canción del día D, pensando en la salida, cuando ya sabíamos que no tendríamos apenas conciertos, apenas aforos, que íbamos a ser los últimos en volver a la normalidad laboral, digamos, por eso el reclamo es “cómprate una entrada, te invitamos al edén, estamos de nuevo abiertos, emoción y carcajadas por unos euros de nada”.

–Pues eso mismo, y teniendo en cuenta que en el momento más oscuro del confinamiento, los artistas se pusieron al servicio de la ciudadanía haciendo conciertos, teatro, charlas, en sus hogares, ¿estamos los ciudadanos devolviendo el gesto y estamos apoyando las citas culturales?

–Es que todavía la ciudadanía no está en condiciones de responder a nada porque no tiene capacidad de movilidad ni de hacer uso de su voluntad a su gusto. Está todo mediado por una reglamentación que pide que nos mantengamos lo menos mezcladitos posible para evitar que los contagios sean mayores. Ese momento no ha llegado, pero cuando llegue espero que la gente no sólo lo haga por corresponder un poco que, bueno, creo que sí, que un poco de merecimiento hemos tenido, pero que lo hagan sobre todo por saciar su apetito de cultura, de espectáculo, de cine, de música, de algo lúdico que los saque de la esclavitud diaria. Ojalá llegue ese momento.

–Creo que en un reciente estudio sólo se habla sólo de un brote en actividades culturales en todo este tiempo y se destaca la ejemplaridad de los asistentes a este tipo de actos. ¿Nos felicitamos?

–Sí pero no sólo basta con constatar que la cultura es segura sino que es obligación de los ministerios buscar fórmulas en las que los aforos sean un poco más amplios porque cuando nos montamos en medios de transportes no hay distancias, ni números, ni nada. Y cuando llegamos a un teatro el metro o dos metros cuadrados alrededor de cada persona es tan estricto que a veces es desolador. Por parte de los ministerios nos merecemos que tomen cartas en el asunto, están siendo muy cobardes porque la gente está dispuesta a asumir ciertos riesgos e ir a los conciertos y teatros y los ministerios están siendo excesivamente cobardes y estrictos. Con la cultura se está siendo muy cobarde. Nosotros ya hemos probado que nos comportamos, ahora demuéstrennos ustedes que están a la altura de las circunstancias.

–Mañana, 22 de octubre, le toca pisar escena, la del Teatro Nuevo Alcalá en Madrid, ¿cómo es la traslación escénica de ‘Ruibal’?

–Pues es que en un instinto de conservación me planteé hacer el disco de esta manera, tan sucinto, tan escueto, hecho con pocos elementos aunque suene luminoso y grande, con la idea de poder llevarlo al escenario Javi (Ruibal) y yo, y después pensé en Lucía (Ruibal) también. Es como hacer aquello que teníamos de Casa Ruibal pero con las canciones de este disco para revivir una experiencia como de otros tiempos, como aquellos de la película de El viaje a ninguna parte de Fernán Gómez, hacer eso de caminamos juntos, como la familia que somos, llevamos al escenario nuestro arte, vamos a ir a cualquier lugar porque nuestro equipaje tan mínimo nos lo va a permitir y vamos a vivir juntos de lo que quiera que haya, de lo que quiera que surja.

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