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Josefa Vargas, una bailarina gaditana, en la Biblioteca de Nueva YorK

Santos Bueno del Castillo publicó en 1850 en Madrid la biografía de la célebre artista, que nació en Cádiz en 1828 y triunfó con solo seis años

1. Retrato de Josefa Vargas, que aparece en su biografía de 1850. 2. Oleo de Josefa Vargas, pintado por Antonio María Esquivel, en 1840, que figura en la Colección del Duque de Alba.
Juan De La Plata

09 de septiembre 2012 - 05:00

Hacía mucho que andaba yo tras la pista de una famosa artista gaditana, llamada Josefa Vargas, reconocida como una de las mejores bailarinas boleras del siglo XIX, contemporánea de la sílfide francesa Marie Guy Stephan, amante del marqués de Salamanca, con la que llegó a competir en más de un teatro, interpretando bailes andaluces como el Jaleo de Jerez o el Ole, y el polo del Contrabandista; entre otros bailes de la llamada escuela bolera, y también bailes nacionales.

Josefa Vargas había nacido en Cádiz, en 1828, y con seis años ya era popularísima en los más encopetados saraos y tertulias de su tierra. Llegando a escalar muy pronto la fama, en todos los primeros teatros de toda España.

Sabíamos nosotros de la existencia de un folletito de unas treinta páginas, en octavo, con la biografía de esta gran bailarina, pero en la biblioteca de Cádiz no lo pudimos encontrar, consiguiendo finalmente hallarlo, en un lugar bien lejano: nada menos que en la Biblioteca Pública de Nueva York, en la New York Public Library. Lo que nos sorprendió enormemente. ¿Qué podría hacer una bailarina gaditana en la importantísima y monumental Biblioteca neoyorkina? Sin embargo, allí estaba la Biografía de la graciosa y célebre gaditana Dª Josefa Vargas, 1ª bailarina del Teatro de la Comedia, un librito escrito por Santos Bueno del Castillo y publicado, en Madrid, en 1850.

Gracias a la amabilidad del servicio de préstamos por internet de la New York Public Library, hemos conseguido conocer, en todo su contenido la biografía de tan célebre artista gaditana, a la que su biógrafo presenta como "reina de este pensil de bellas flores, y como la rica joya de esta linda presea de las gracias".

Dice este autor que "todo Cádiz recuerda con placer aquella niña de seis años, que entusiasmaba las principales tertulias y saraos con sus graciosos movimientos, en bailetes que, aunque conocidos por ser los nacionales, adquirían novedad al ser ejecutados por aquella niña que parecía el genio del baile español, destinado por el cielo a reconquistar su perdido imperio"…

Pronto Josefa Vargas alcanzaría la fama de otras conocidas figuras andaluzas de los bailes españoles, como La Nena o Petra Cámara, hasta el punto de que se las disputaran las empresas de los principales teatros de dentro y allende nuestras fronteras; conquistando hasta a los públicos más refinados, como los de Londres y de París. Siendo su belleza y gracia natural punto de extraordinaria atención de conocidos pintores, como el sevillano Antonio María Esquivel, que la retrataría en 1840, con un precioso traje bolero, donde aparece en una actitud de baile.

El hecho de que la monumental Biblioteca Pública de Nueva York guarde entre sus muchos tesoros literarios esta pequeña joyita de la biografía de la graciosa y célebre gaditana Josefa Vargas, que llegó a escalar la cumbre de las mejores bailarinas españolas y alcanzar el puesto de primera bailarina del teatro principal de Barcelona y del Teatro de la Comedia, de Madrid -un folleto de apenas treinta hojitas en octavo -, dice mucho de la celebridad de esta extraordinaria bailarina gaditana cuya fama de graciosa dicen que corría pareja con el arte que derrochaba interpretando sus bailes.

Y el librito contiene, además, un desconocido retrato de la ilustre artista, lo que le da mucho más valor a su breve biografía, publicada cuando apenas contaba los 22 años de edad y se encontraba ya en la cima de su gloria artística.

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