Karl Thoennissen: "Empecé a escribir el libro cuando nos quedamos 'atrapados' por la pandemia en Cádiz"
Literatura
El profesor alemán que vive en la ciudad desde que el estado de alarma acaba de publicar ‘La precuela Charlote’, los antecedentes de la que será su saga ‘Los metamorfos de Cádiz’
Cádiz/En el momento en que Karl Thoennissen saca de su discoteca un vinilo del cantaor Juan Silva para corroborar el año en el que él y su mujer, Claudia Franken, llegaron por primera vez a Cádiz no nos queda duda alguna sobre la afirmación que nos hizo al comienzo de nuestro encuentro. “Me gusta hacer las cosas de forma distinta”. Entonces nos hablaba de La precuela Charlotte, la precuela, como su título indica, de una serie de libros, Los metamorfos de Cádiz, que todavía está por escribir. Es decir, que este alemán enamorado del flamenco, del carnaval y de todo lo relacionado con esta ciudad, inaugura su saga justo por la precuela. Es distinto, sí, este escritor de Aquisgrán que ya se ha convertido en un vecino más de Cádiz.
“Los metaformos de Cádiz es un proyecto literario en el que llevo pensando hace unos 8 o 10 años pero fue hace uno cuando me senté seriamente a escribir. De hecho, empecé cuando nos quedamos 'atrapados' en Cádiz por la pandemia. Llegamos en febrero de 2020 y ya no nos pudimos volver y cuando pudimos pues ya habíamos decidido quedarnos aquí definitivamente, estamos ahora en proceso de vender nuestra casa de Alemania”, explica este profesor de Universidad ya jubilado que desde el año 1991 ha pasado temporadas en la ciudad donde hace seis años adquirió un pequeño pero coqueto piso con terraza en el centro de la ciudad.
En esa casa, la misma en la que se propicia nuestro encuentro, escribió La precuela Charlotte, la obra que inaugura su serie literaria y que ya se puede encontrar (tanto en español como en alemán) en las librerías gaditanas. Un libro enmarcado en el género de fantasía urbana donde se narra cómo llegan a Cádiz el trío de jóvenes norteamericanos protagonista de las que serán las “cinco novelas” de Los metamorfos de Cádiz.
“Realmente, los tres primeros capítulos de la primera novela, que no estaban situados en Cádiz, son el origen de La precuela Charlote. Pronto me di cuenta que esos capítulos podían funcionar separados de la historia que comienza en Cádiz, luego se ambiente un poco en Gibraltar para girar por algunas ciudades del sur de España y luego de vuelta a Cádiz. Pero esos primeros capítulos iban a hablar de los antecedentes, de la vida de estos tres niños de 13 años allí en su hogar, en Charlotte, capital de Carolina del Norte,y cómo llegan a Cádiz”, relata el autor que en la que será su saga literaria configura una ficción que propone que en la ciudad de Cádiz viven “desde hace siglos” unos seres cambia-formas (metaformos) que pasan desapercibidos para el resto de la ciudad. “Eran humanos pero ahora viven en formas de animales. Son pájaros, gatos, perros... Y entran en contacto con estos niños americanos porque uno de ellos se mete en problemas por su adicción al móvil con una organización criminal a la que estos metamorfos le siguen la pista desde hace un tiempo”, adelanta Thoennissen sobre la futura trama.
La precuela Charlotte, por su parte, indaga en la relación entre los primos-gemelos, “a los que llaman así todo el mundo porque sus madres, hermanas, los tuvieron el mismo día, a la misma hora, en la misma sala de parto”, y su amiga Ibi con la que viajan a Cádiz, al principio, “en un error pues sus madres piensan que van a una localidad de México que se pronuncia de forma muy parecida”, cuenta el creador que introduce en su ficción “el primer vuelo que hicimos nosotros a Cádiz, el vuelo virtual a través del, entonces, google earth (ahora google maps), para ver exactamente dónde estaba situada”. Y al igual que él y su esposa, cuando desde la pantalla el avión se va acercando a su objetivo los niños se extrañan de ese lugar extraño “que no es una isla pero lo parece”. Entonces, el escritor pone en marcha lo que más le interesa de este libro desde el punto de vista literario, “las formas de narrar”.
Y es que para el autor “la mayoría de los escritores parece que han olvidado cómo narran los niños”, dice. “Los niños están constantemente contándose cosas y se preguntan mucho entre ellos, y se dicen, vuélvemelo a contar... Y todas esas formas, a veces, incluso, narraciones en tres niveles de estilo indirecto, he querido profundizar en el libro”, detalla este hombre –muy interesado también junto a su mujer en recuperar la memoria del artista gaditano Lorenzo Cherbuy– que inserta en su obra la comunicación también como tema.
“Esta novela está situada en el año 2008 y no es casualidad. He querido que sea en ese año porque ahí comienza todo el boom de los móviles y de los social media. En la trama, como te he dicho, la adicción de uno de los chicos al móvil es la que desencadena todos los sucesos pero también en la forma de narrar, en ese sucesión de historias que se cuentan los niños, está la reflexión de que quizás eso se esté perdiendo... Recuerdo cuando llegamos a Cádiz la primera vez que la plaza de Mina, San Francisco, San Antonio, parecían que estaban llenas de miles de niños, haciendo ruido, jugando, era maravilloso... Ahora vemos en un banco cuatro chicas con sus móviles y ni se comunican entre ellas... Y todo eso empezó entonces, en 2008”, recuerda Karl que, en cierta manera, también conserva en la memoria un Cádiz perdido.
El de El Bazar Inglés donde conoció a Juan Silva y al guitarrista irlandés Sean O´Brien, el de los Jueves, el de los concursos por toda la provincia... “Nosotros amamamos el flamenco, fíjate que en nuestra boda, allí en Alemania, tuvimos hasta nuestra misa flamenca”. Lo dicho, Karl Thoennissen no hace las cosas como el resto de la gente. ¡Afortunadamente!
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