Local de ensayos La Merced
A unos meses de cumplir una década, el centro flamenco del Barrio de Santa María no cumple con las expectativas y la actividad brilla por su ausencia
Tuvo inauguración y preinauguración. Ambas, por todo lo alto. Si el Centro Municipal de Arte Flamenco de la Merced fue estrenado por la mismísima Reina Sofía el 24 de octubre de 2006, fue el queridísimo y gran cantaor Chano Lobato quien dio el ayeo de salida a la programación estable del inmueble que se levanta sobre los cimientos del antiguo mercado del barrio Santa María el 3 de febrero de 2007. En el Barrio, en ese barrio que este centro iba a revitalizar con el encuentro entre los jóvenes y veteranos flamencos y que animaría el turismo y la producción flamenca de la ciudad, ahí se asienta desde hace casi una década esta imponente estructura que ha quedado relegada en los últimos años a un mero lugar de ensayos y cursos de verano. Un espacio desaprovechado que ni ha devuelto a Santa María a esos niños que cantaban por alegrías, como reza la leyenda, ni la alegría que aporta la promoción turística que en otras ciudades con menos tradición jonda que Cádiz se explota de categoría.
"Eso está cerrado a cal y canto, hombre, a cal y canto, se lo puedes preguntar a quien quieras del barrio, que más allá de la gente que solicita las aulas para los ensayos, nada", opina José Rodríguez, presidente de la asociación de vecinos Las Tres Torres, del mismo Barrio Santa María. "Tiene muy poco uso, casi está en la inutilidad, y hasta para los ensayos y las clases no tiene todas las condiciones idóneas", confirma el cantaor David Palomar. "Yo creo que ahí, aparte de los ensayos, no se hace nada", declara, en la misma dirección, Antonio Barberán, presidente de la Cátedra de Flamencología de Cádiz.
La impresión de estos gaditanos se ve confirmada en las estadísticas de los últimos tiempos del propio centro facilitadas por el Ayuntamiento de Cádiz, amén de algunos certámenes de Carnaval como el de la cantera, grabación de programas televisivos, escasos recitales y las actuaciones de pastorales y zambombás en la época navideña.
"En la actualidad, como en otras ocasiones, el centro se está utilizando por parte de particulares que lo solicitan para ensayar. Existe un modelo de solicitud que cualquier persona puede pedir allí mismo y hacer uso de las instalaciones según el calendario de ocupación. La Universidad de Cádiz también lo ha solicitado para los cursos que realiza allí", manifiestan fuentes municipales que reconocen que el centro no tiene "un presupuesto estable", por lo tanto, "no se puede presentar una programación estable". De hecho, tanto el pasado año, al igual que en 2014, el centro sólo tuvo programación (y muy exigua) en primavera y navidad.
Si este hecho, al desnudo, ya es una auténtica pena, la situación del Centro Flamenco de la Merced resulta hasta irrisoria si rescatamos los objetivos y expectativas que se anunciaron en sus sendas inauguraciones - "revitalización económica y social del barrio", "una página importante en el flamenco de Cádiz", "impulso para el desarrollo de Santa María", "imán para jóvenes aficionados", "un lugar donde habrá clases magistrales, sala de visionado y zona para los estudiosos del flamenco"...-.
Recordar el coste tanto de la rehabilitación del antiguo Mercado de la Merced -101 millones de pesetas en 2001 aportados a medias entre Ayuntamiento de Cádiz y Unicaja- como de las inversiones para su puesta en marcha como centro de arte flamenco -30.000 euros en 2006 y durante el año 2007, 80.000 euros más para mobiliario y otros 80.000 para la programación, todos aportados desde la delegación municipal de Cultura del Ayuntamiento - tampoco ayudan a mitigar la sensación de impotencia ante el desequilibrio entre inversión pública y rentabilidad social del proyecto.
"Si es que hay turistas que vienen a nuestra pequeña sede -calle Sopranis- preguntando por el centro de la Merced y nosotros mismos vamos con ellos y le hacemos de cicerones del flamenco de Cádiz porque si no se lo explicamos es que allí no hay nada para que vean", ejemplifica el presidente de la Cátedra que también se queja "no sólo de la situación de La Merced, sino de toda la cuestión flamenca en Cádiz, que está abandonada".
Y aunque a Barberán no le falte razón, la situación de La Merced es, quizás, el gran paradigma de esa dejadez que describe y que, también, apoya el presidente de Las Tres Torres -"aquí nadie ha apostado por el flamenco, ni Teófila, ni Carlos, ni nadie"-.
Un centro de ensayos, con recitales ocasionales y que cede sus aulas a actividades que nada tienen que ver con el jondo, quizás, no es el ideal al que debe responder un centro de arte flamenco. Aún así, y en vistas de las estadísticas, es cierto que está muy solicitado para impartir clases y para la preparación de espectáculos en las cuatro aulas con las que cuenta. Las cifras de recitales, exposiciones y conferencias, eso sí, han descendido a pasos agigantados con los años. Un hecho significativo, por ejemplo, fue que permaneció cerrado la noche que el flamenco fue distinguido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2010.
Sin embargo, en su etapa inicial, el Centro de Arte Flamenco de la Merced acogió interesantísimas citas como el Congreso Internacional de Flamenco 2007, fue incluido como espacio para Cádiz en Danza, o la presentación de Las mil y una historias de Pericón, de Ortiz Nuevo, por nombrar algunas actividades. Incluso, desde su inaugración hasta abril del año 2010 se realizó una labor de grabación de todas sus actividades con laintención de que en el futuro formaran parte de un fondo documental de investigación etnológica de primer orden. Sin embargo, debido a problemas presupuestarios, se interrumpieron las grabaciones. "En la actualidad estamos en conversaciones con la delegación provincial de la Junta y el Centro del Flamenco con el fin de digitalizar las existentes", informan desde el Consistorio gaditano.
Compañías como las de Rocío Molina y Sara Baras (que permanece fiel a su cita con La Merced) han dibujado los primeros trazos de algunos espectáculos en sus aulas aunque, cierto es, que desde el principio se evidenciaban problemas en la insonorización y con las corrientes de aire, ya que en el proyecto de Juan Carlos Curado respetaba la estructura metálica original del antiguo Mercado, complicada pero de gran valor patrimonial ya que es una de las pocas muestras que aún existen de la arquitectura gaditana del siglo XIX.
"¿Si funcionó bien al principio? Funcionó bien a su manera pero a mí nunca me pareció eso un centro de verdad de flamenco, que tuviera una continuidad y un contenido fuerte", valora Rodríguez que opina que "si el Ayuntamiento no tiene presupuesto, que es normal porque la cosa está muy mala, deberían de buscar financión privada o dejar que lo explote un privado, porque ahora mismo eso es inútil y esa salida podría ser en beneficio del barrio y de la ciudad".
Esta propuesta no es la única que algunos ciudadanos tienen para el Centro de la Merced. Palomar apuesta por la creación "de una escuela municipal de flamenco por derecho, con profesorado por derecho y apostar, así, por la formación porque incluso los alumnos que salen del Conservatorio de Danza no tienen una preparación en el flamenco-flamenco"; Barberán piensa que se debería combinar "su uso para los ensayos con una programación estable de espectáculos de pequeño y mediano formato", es decir, fortalecer la línea que ha seguido desde su fundación; y, recordemos, que hasta el Partido Socialista en la campaña de las pasadas elecciones municipales propuso su uso "como centro neurálgico de investigación, promoción y defensa del legado flamenco de la ciudad".
Desde el actual gobierno del Ayuntamiento de Cádiz, al ser cuestionados por la proyección del centro, aseguran que "a través del Plan de Promoción del Flamenco se va a trabajar con los actores implicados en los siguientes aspectos: las prioridades del centro, el plan de uso del centro, los recursos humanos, las actividades que se harían fuera y dentro del centro, así como con qué alianzas y con qué recursos se cuenta, además de estrategias para buscar otros recursos para garantizar unos mínimos de estabilidad en la programación. Así, la respuesta a esos aspectos serán la base para construir el trabajo de flamenco e involucrar a todos los actores".
Los nuevos representantes públicos también apuestan por este equipamiento como "motor de dinamización social y cultural, concretamente, del Barrio Santa María". Por ahora, a los actores del flamenco y a la ciudadanía gaditana, estas palabras les suenan. Pero, como se ha demostrado, las palabras se las lleva el viento, y el tiempo.
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