Lorena Benot: "El objetivo del Festival Cádiz en Danza es el de crecer pero mirando al propio territorio”
XXI edición
La cita donde se fraguó la elección de Cádiz como sede para la gala de los Premios Max comienza este sábado su XXI edición con una programación ambiciosa y sus abonos agotados
Programación completa del Festival Cádiz en Danza 2023
Cádiz/Enérgica, inquieta y entregada a un festival que conoció desde sus inicios, la coordinadora de Cádiz en Danza, Lorena Benot, nos ofrece las pistas de esta XXI edición del festival bonito (o más instagrameable, según generación) de la temporada y del futuro de una cita que cada año conquista a más seguidores de dentro y de fuera de nuestra ciudad.
–¿Cómo se enfrenta a esta edición después de la potente apuesta que supuso celebrar los 20 años del Festival Cádiz en Danza?
–Partimos de una edición en la que el festival se planteó crecer, trazar unas líneas un poco más amplias y sumar más actividades con motivo de la celebración del 20 aniversario, pero cuando nos hemos querido dar cuenta estamos en la edición 21 desde la base de la 20. Es decir, tenemos 60 actividades, un país invitado, presencia internacional... Al final nos hemos metido en una edición más grande y con unas miras que van a marcar las futuras ediciones del festival.
–Hábleme de las líneas maestras que dibujan esta edición
–Por un lado, seguir potenciando los espacios no convencionales, seguir saliendo la calle y tomar la ciudad como espacio escénico, que es parte de la esencia de Cádiz en danza. Por otra parte, había interés en retomar las propuestas internacionales, de volver a ser escaparate de lo que se está aconteciendo en creación contemporánea dancística a nivel internacional, y un punto importante en ese foco es lo que hemos creado con Italia. Italia ha puesto atención a nuestro festival y pensamos que era interesante potenciar la colaboración con el Instituto Italiano de Cultura en Madrid y empezamos a trabajar una línea en torno a la creación italiana, denominando a Italia país invitado y al que se suman otras propuestas internacionales realmente interesantes como el caso de Leïla Ka en Francia, la propuesta de Países Bajos que es Premio MasDanza 2022 y también retomamos esa colaboración que teníamos con el Festival SóloDos de Costa Rica, que vamos a volver a tener el primer certamen de ese certamen. Sumo también otra línea muy importante para mí, porque en los últimos años ha marcado el festival, que es el trabajo en torno a la mediación. El Festival no sólo como plataforma de exhibición sino como plataforma de mediación y formación mirando hacia un futuro. Así volvemos a acoger las jornadas profesionales y tenemos proyectos educativos que van más allá del propio festival, porque se están trabajando dentro de las aulas.
–¿Qué figuras relevantes vienen este año a Cádiz en Danza? Háganos alguna recomendación
–Yo creo que la apertura y el cierre del festival en el Teatro Falla son importantes. Vamos a abrir y cerrar con Bach pero la apertura con la Spellbound, el ballet contemporáneo de Italia, y el cierre con la compañía catalana Mal Pelo, que es una carta de presentación por sí sola, y entre medio esa Rocío Molina con El fondo a riela. Es decir, que la presencia de Cádiz en Danza en el Falla es la de apostar por tres grandes compañías, tres grandes pesos pesados de la escena actual. Y de La Lechera te puedo decir que hemos apostado por las nuevas dramaturgias porque para nosotros sigue siendo ese espacio de experimentación y vamos a ver piezas que, quizás, nos cuestionemos el porqué están en Cádiz en Danza y ese factor sorpresa creo que es un punto a favor del festival. Así las propuestas de Noche cañón o la italiana de Marco D´Agostin o la de Alessandra García pues van a sacudir... Y luego no quiero olvidarme de Alberto Cortés que vuelve a Cádiz pero en un formato muy diferente que es dentro de los coles y con una pieza con Luz Prados creada en colaboración con Dansa València, Escalante Centre Teatral de Valencia, Teatre L’Artesà del Prat de Llobregat y Cádiz en Danza. El trabajo se llama La panda y va sobre el folklore a través de las verdiales.
–¿Irá a varios colegios?
–Sí, a cinco y, además, es muy chulo porque está pensado para niños muy peques, para primero y segundo de Primaria y, como te decía, lo más bonito es que esto es formato laboratorio porque se ha trabajado con los niños en los coles previamente. Y luego para un público que veo necesario recoger, un público también escolar pero más mayor, hemos introducido las matinales en el Gran Teatro Falla con el proyecto de Transmissions. Para nosotros es la primera vez que nos sumamos a las matinales con los centros educativos, que se hacen en otros festivales de la ciudad y funcionan muy bien, y lo hacemos con una pieza que creo que puede conectar bien porque les hace ver que lo que ellos ahora mismo están escuchando o desarrollando en Tik Tok tiene una base. Así le vamos a poner desde un Bruno Mars a un James Brown pasando por el origen de toda la danza urbana. Como ves, hemos buscado proyectos muy específicos dirigidos a ellos.
–¿Con qué lugares nuevos nos sorprenden este año?
–Es que los espacios los marcan mucho los trabajos que vamos seleccionando para que el diálogo sea certero. Así, mantendremos escenarios que son clave dentro del festival, pero si no me equivoco retornamos a la plaza de San Antonio, que la usamos en las primeras ediciones; la Casa de Iberoamérica será foco importante; tendremos el Parque Genovés, la Alameda, la zona de Santa Bárbara que va a cobrar presencia... Y la verdad que te confieso que para futuras ediciones me gustaría trabajar cómo podemos tirar para la parte de Puertatierra... Y por nombrarte algunas piezas, me parecen muy reseñables las del Castillo de Santa Catalina, de La Chachi con su Taranto, y en el Baluarte de la Candelaria, la danza tradicional vasca en Ur de Haatik. Y te las relaciono porque son propuestas donde se ve el peso de la tradición y el folklore en la danza tradicional y cómo se contemporaniza. También se puede sumar en esa reflexión lo que va a ocurrir con Polka chinata, la recuperación de una danza tradicional por parte de un número uno de la danza como Alessandro Sciarroni, que recibió el León de Oro de la Bienal de Venecia 2019. Él no estará pero la ha ideado y coreografiado para Gianmaria Borzillo e Giovanfrancesco Giannini. También quisiera destacar en este aspecto de los espectáculos de calle, la colaboración que tenemos con A Cielo Abierto, que es una red de colaboración entre diferentes festivales que trabajamos en espacios no convencionales y potenciamos las creaciones del tejido que está emergiendo. Gracias a esas redes que tejemos tenemos aquí proyectos muy fructíferos.
–Cádiz es una ciudad de festivales con mucha historia y tradición, de Alcances al FIT pasando por el Títere. Pero Cádiz en Danza desde sus comienzos se situó como uno de los que despierta mayor acogida. ¿Cuál es el secreto?
–Yo creo que ha sido no perder de vista en estos años su objetivo y su misión real que es la de crecer mirando a su propio territorio. Se ha trabajado siempre pensando en el contexto en el que estamos, eso lo recoge la ciudadanía, y creo que ese ha sido el secreto del éxito en cuanto a participación activa de la gente. Yo recuerdo que el año después de la pandemia, fue una edición emocionante, la gente deseando bailar, diciéndote que echaban de menos Cádiz en Danza... Y los profesionales que vienen de otros festivales se quedan asombrados de la capacidad del festival de tomar peso entre la gente. La gente se vuelca, te dice, te propone, te escribe... De hecho en las últimas ediciones, en el primer día en Entrecatedrales, me he encontrado en dos ocasiones a personas de fuera que venían expresamente al festival y preguntándome las fechas del año siguiente para cogerlas. Eso me parece súper bonito... Algo muy de festival, festival.
–De festival, que no de ciclo de actuaciones o actividades.
–Festival entendido como ocho días de programación con varios espectáculos diarios pensados para que te dé tiempo y para que la gente vaya comiéndose el programa en procesión, como nosotros decimos. A mí me encanta la procesión, que aunque sea el caos nuestro, es lo genial para la gente. Vamos todo el mundo de un lado para otro, y ahora nos da tiempo para pararnos en este bache, o salir deprisa hacia la próxima actuación, todos en el mismo itinerario, eso es lo que crea comunidad.
–¿Los espectáculos de sala también están funcionando bien en las últimas ediciones?
–Pues te puedo decir que ya se han agotado los súperabonos. Lechera casi se ha agotado, prácticamente, y, bueno, el Falla cuesta llenarlo siempre y la danza es una disciplina que no es del todo mayoritaria todavía pero poco a poco está tomando cuerpo. Cada vez tienen más aceptación y además que nos sirve para la creación de nuevos públicos.
–Cádiz en Danza fue el culpable de la idea de que los Premios Max se entregaran en Cádiz. ¿Cómo se sintió cuando se materializó?
–Cuando ya se materializó la gala con el lujazo, además, de que también fueran dos grandes amigos como Jose y Ana los que la dirigieran pues fue un cúmulo de emociones difíciles de explicar. Yo sentía que se le había dado el sitio a Cádiz en las artes escénicas y ver a gente del sector celebrando, felices, a una por un momento sin ninguna historia, con una gala tan bonita, con una humildad escénica brutal y sincera, y que Cádiz en Danza hubiera tenido algo que ver... Pues nos sentimos muy orgullosos y muy felices todo el equipo porque nosotros hemos recogido el legado de la gente que ha trabajado en los festivales de la ciudad desde hace mucho tiempo, en el caso de Cádiz en Danza, Pepe Vélez, que lo puso en marcha. Y, luego, fue muy bonito que, cuando terminó la gala, el periodista Daniel Galindo, que es quien nos hizo aquella entrevista a Pepe Bedoya y a mí donde comenzó todo, pues nos volvió a hacer otra diciendo, pues vamos a retomar donde lo dejamos, ¿y ahora qué queréis?
–Dígame, ¿qué le pidieron ?, para ir preparándonos...
–(Ríe) Pues como nos daba miedo ya hablar por si se cumplía, le dijimos que sólo deseábamos que se volviera a repetir en Cádiz un evento así donde se le dé el sitio a la ciudad.
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