Manuel Pacheco indaga en los jesuitas expulsados desde El Puerto
El investigador portuense presenta hoy 'Jesuitas expulsos de ultramar arribados a El Puerto de Santa María (1767-1774)', un libro editado por la Universidad de Cádiz
Hace más de dos siglos que los religiosos de la Compañía de Jesús fueron expulsados de España por orden del entonces rey Borbón, Carlos III. La ciudad de El Puerto de Santa María fue por aquellos años, entre 1767 y 1774, un enclave fundamental para la deportación de aquellos jesuitas que parecían tener más poder e influencia del debido y a los que se les atribuyó, en parte, haber instigado el motín de Esquilache. De las vicisitudes de aquella histórica expulsión habla el libro que hoy se presenta, ironías del destino, en el patio de la iglesia de San Francisco de la Compañía de Jesús en El Puerto, donde el investigador Manuel Pacheco Albalate hablará sobre su obra Jesuitas expulsos de ultramar arribados a El Puerto de Santa María (1767-1774), editada por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz (UCA) con la colaboración del CEI Patrimonio Cultural y Natural.
El papel que jugó la localidad portuense en aquellos acontecimientos ya fue estudiado por el investigador portuense Manuel Pacheco Albalate en un libro publicado hace ya algunos años: El Puerto, ciudad clave en la expulsión de los jesuitas por Carlos III. Pero Pacheco ha dado en sus investigaciones un paso más. En verdad, podría decirse que ha dado 2.268 pasos más, hasta el punto de que éste es el número de religiosos de la Compañía de Jesús que fueron expulsados desde El Puerto. Su último trabajo es tan pormenorizado que ofrece una biografía de cada uno de ellos.
Manuel Pacheco, que es miembro del Grupo de Estudios Históricos Esteban Boutelou de la UCA, indaga desde 1997 en el periodo de la Ilustración española y, más concretamente, en su desarrollo en El Puerto. Sus dos últimos trabajos han estado centrados en la expulsión de los jesuitas. De hecho, la ciudad portuense fue uno de los puntos de embarque hacia el exilio, junto a Cartagena y El Ferrol. Desde aquí partieron los jesuitas que se encontraban en Andalucía y en Canarias pero también, y en este punto se detiene el libro que se presenta hoy, los religiosos de la Compañía que estaban en las colonias españolas de ultramar, a quienes también afectaba la pragmática sanción del rey ilustrado y que fueron llegando a El Puerto para viajar hacia Italia, su obligado destino.
El investigador portuense ha logrado identificar a todos los jesuitas que llegaron a El Puerto desde tierras americanas y desde Filipinas, un total de 2.268 que a los largo de los siete años que duró la expulsión fueron llegando paulatinamente a la localidad gaditana. Manuel Pacheco ha sido capaz de reconstruir las biografías de todos estos jesuitas y localizar su lugar de procedencia, hasta el punto de que todos estos datos se ofrecen en un CD que se adjunta en el libro: "Publicar en papel todas las biografías implicaría la edición de varios volúmenes, y eso era imposible. Se ha optado por publicar en el libro el índice completo de religiosos expulsados, junto a otros datos fundamentales de aquel periodo histórico, y ofrecer una base datos en el compacto con todas las biografías".
El investigador destaca el impacto que aquel éxodo tuvo en la ciudad portuense, que por entonces contaba con una población de 16.000 habitantes y que tenía dos casas regentadas por los jesuitas: un colegio en construcción, pero que ya funcionaba, en la calle Luna y el Hospicio de Indias, uno de los lugares en el que vivieron los religiosos antes de ser embarcados a Italia, junto a los conventos de otras órdenes y los hospitales de la Caridad y de San Juan de Dios, donde muchos de ellos tuvieron que ser tratados de sus enfermedades. Algunos, incluso, llegaron a morir en El Puerto antes de que pudieran ser expulsados de España.
Todos estos detalles aparecen en el libro de Pacheco, o en el CD para ser más exactos, después de que el investigador haya dedicado entre cuatro y cinco años a sumergirse en los archivos de Simancas, en el de Indias, en el Histórico Nacional, el provincial o el municipal, donde encontró los documentos que le han permitido poner en pie este acontecimiento histórico, del que dentro de poco se cumplirán 250 años y que, según Pacheco, aún daría para más investigaciones.
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