“A Martínez el Facha, en el fondo, le tengo cierto cariño”
Joaquim Albert, Kim | Dibujante
El dibujante catalán y el guionista Antonio Altarriba participan hoy en Tarde de Cómic, a las seis y media en la Casa de la Juventud de Cádiz
El ciclo Tarde de Cómic programa para hoy en la Casa de la Juventud de Cádiz, a las 18.30 horas, una charla con Antonio Altarriba y Kim, ambos ganadores del Premio Nacional de Cómic con El arte de volar. El dibujante catalán, autor de Martínez el Facha en El Jueves, tiene nueva novela gráfica, Nieve en los bolsillos, su primera en solitario.
–¿De qué charlan dos amigos tan unidos por el cómic?
–Bueno, Antonio Altarriba es el que me metió en esto de la novela gráfica porque yo hacía humor. Le estoy muy agradecido porque la verdad es que he descubierto un mundo nuevo. El humor está muy bien y lo hemos pasado muy bien en El Jueves todos estos años, pero la novela gráfica es algo que puede ser mucho más tuyo. Yo hice dos novelas con él, El arte de volar y El ala rota, y luego cuando él hizo otras cosas, se me ocurrió hacer una historia mía. Yo había estado en Alemania cuando tenía 18 años conviviendo con los emigrantes, y entonces me di cuenta de que no había nada escrito de esta época, no se sabe nada de estos emigrantes.
–¿Nos quedamos en la película de Alfredo Landa?
–Sí, exacto, queda la película esa, Vente para Alemania, Pepe, que no está mal, no está mal, pero hay esta película y poco más. Pero es de los 70, y yo estoy hablando de los años 60 que era esa España negra aún, sobre todo lo que encontré ahí.
–Así surge 'Nieve en los bolsillos'.
–Sí, empecé a hacerla casi sin darme cuenta, busqué dibujos que tenía antiguos, de cuando estuve allí, tenía unos blocs de dibujos, y entonces empecé a acordarme de las cosas, de las gentes, porque es una cosa que yo tenía totalmente olvidada.
–Ganaron el Premio Nacional de Cómic con 'El arte de volar'.
–Sí, fue una sorpresa. Era un libro dramático, muy negro, sobre el suicidio de su padre. Cuando salió, tanto Antonio Altarriba como yo creíamos que se venderían los 1.500 ejemplares de la primera tirada y ya está, que sería un libro de minorías. Y curiosamente empezó a hablarse del libro y fue premio nacional. Fue todo bastante increíble.
–Y aquello fue un giro, ¿le abrió otras posibilidades?
–Sí, yo me encontré dibujando cómic clásico, dramático..., yo me había dedicado al humor.Yo pintaba y empecé a dibujar de casualidad, por un amigo que me pidió una historieta para Vibraciones, una revista de música, y me gustó mucho el rollo, el ambiente, y ahí me he quedado.
–Daba a entender antes que la novela gráfica le había obligado a abandonar el humor.
–Sabes qué pasa, que en este país sobrevivir del cómic es difícil, y entonces tienes que pillar todo lo que puedas. Porque antes en los periódicos había trabajo, las revistas tenían ilustraciones, y todo esto se ha acabado. No te llaman nunca para nada.
–En la semblanza que hacen de usted en El Jueves dicen que Kim no es sólo Martínez el Facha, pero claro, desde 1977 dibujándolo...
–Claro, este personaje me cayó... no sé, nadie quiso el personaje y me lo guardaron para mí: “Mira, tienes el mejor personaje, un facha y tal...”, me dijeron. No me hizo mucha gracia porque acababan de poner un bomba en el Papus. Pero bueno, empecé a hacer este facha pero como un tío que se lo cree, que va de buena fe; no quise hacer un facha que va por ahí poniendo bombas. Hice el personaje, estuvo muchos años aguantando, estuvo unos años sin salir y ahora vuelve a salir.
–¿Tocó techo el personaje cuando dejó de salir en 2015?
–Sí y no. Llega un momento en el que hacer esto cada semana es un poco duro, cuando te vas fuera, tienes que adelantar... Pero no, en el fondo le tengo cierto cariño porque, claro, qué remedio, tantos años dibujándolo...
–¿Le habla cuando lo dibuja, hay diálogo del autor con su personaje?
–Sí, un poco tienes que dialogar contigo mismo, si tiene gracia o no tiene gracia...
–Y volvió con él.
–Con todo lo de Cataluña, con todo lo de Vox, ganó en actualidad. Lo estoy haciendo como que los tíos quieren entrar en el Gobierno, quieren meterse, pero nadie les dice nada.
–¿Ese personaje tan histriónico se hace ahora más real?
–Bueno, al aparecer Vox te das cuenta que esto no habían desaparecido. Lo que pasa es que no tenían voz, y ahora se han encontrado que pueden hablar, que vuelven a estar crecidos. Como en Andalucía, que están en el gobierno; y muy bien, si la gente lo quiere...
–¿Usted lo ve con preocupación?
–No, no creo. Yo creo que esto se deshinchará.Está pasando en Europa, pero esto lo que hace es que salga a votar mucha gente que no votaba. En Francia verás que como ha ganado Le Pen en las europeas, seguramente en las próximas elecciones saldrá a votar todo el mundo para bajar esto.
–¿Tiene usted la percepción de que el tratamiento a los partidos de extrema derecha es distinto en España que en el resto de Europa?
–Pues no lo sé, creo que sí, supongo que sí, pero no sabría qué decir. Hay que tener en cuenta que aquí la extrema derecha, como en Italia, estaba en el gobierno hasta no hace mucho, y en Portugal también. Y supongo que, quieras o no, queda un residuo, queda gente que sigue soñando con esto.
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