Muere el poeta José Ignacio Montoto, director literario de Cosmopoética 2016
El escritor cordobés que pasó su infancia en Cádiz fallece en Sevilla a los 37 años a causa de un infarto
Entre sus obras figura 'La cuerda rota', premio Andalucía Joven en 2013
Córdoba/ Cádiz/A veces la perplejidad y el dolor confluyen en un sentimiento para el que aún no se ha encontrado nombre. Un sentimiento que a lo largo del día de ayer fue invadiendo a los que conocían a José Ignacio Montoto, escritor, columnista, crítico, gestor, director literario de la última edición de Cosmopoética. Nacho Montoto murió en su domicilio de Sevilla a primera hora de la mañana a causa de lo que, a falta del resultado de la autopsia, tiene el perfil de un infarto fulminante. Los servicios sanitarios intentaron reanimarlo pero fue imposible. Tenía 37 años y había nacido en Córdoba, si bien pasó su infancia en Cádiz, donde llegó sólo con un año y vivió hasta los once y con la que mantuvo siempre fuertes vínculos sentimentales.
"Los años de Cádiz los asocio con los años de vida junto a mi madre -que murió tres meses después de mudarse de Cádiz a Córdoba-, de ahí que tenga un peso muy importante en mi vida, más allá del carnaval", dijo Montoto hace unos años en una entrevista donde también revelaba, medio en broma, medio en serio que "seguramente de haberme quedado a vivir en Cádiz, me hubiese hecho autor de Carnaval, sin lugar a dudas".
Diplomado en Relaciones Laborales (tras realizar tres años de Derecho), redactor de contenidos en Xul Comunicación en Sevilla y creador del blog Pajaritas de papel, como poeta publicó los cuadernos La ciudad de los espejos y Las últimas lluvias y los libros Espacios insostenibles, Superávit,Tras la luz y La cuerda rota, con el que obtuvo el Premio de Poesía Andalucía Joven 2013. Su obra narrativa abarca Diario del fin del mundo, Binarios y Estamos todos, aquí no hay nadie. Desde 2008 aparecieron textos suyos en revistas como El coloquio de los perros, Elefante rosa, Nayagua, Quimera y Boronía, y su obra está presente en las antologías El monte de la novia, Arden versos en el mar de Viana, Terreno fértil. Un ámbito poético y Nocturnos, entre otras. Coordinó las antologías Entre el puente y el río y, junto a Diego Vaya, La femme en verso: doce autoras en Sevilla, y participó en el ensayo Perfopoesía: sobre la poesía escénica y sus redes.
Montoto formó parte de las programaciones de los festivales internacionales de poesía de Sevilla y Granada, Eutopía, Etnosur y Cosmopoética, de cuya última edición fue el director literario y al que quiso otorgar, afirmó en la presentación, un "nuevo espíritu" con "nuevos formatos y actividades innovadoras", en busca de una mayor "proyección exterior". Montoto trabajó estrechamente con Joaquín Dobladez, cuya voz ayer delataba esa mezcla entre el dolor y la incredulidad: "Durante el último año para mí ha sido como un hermano menor. Hemos compartido proyectos muy bonitos, y si la última edición de Cosmopoética había sido inolvidable, ahora ya imagínate... El destrozo es enorme".
La consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Aguilar, se sumó a las muestras de pesar con un comunicado: "La cultura andaluza, y más concretamente la literatura y la poesía, están hoy de luto. La de José Ignacio Montoto es una triste e irreparable pérdida. Se nos va demasiado pronto un escritor al que aún le quedaban muchas cosas por decir. Siempre nos quedará su recuerdo y su palabra, que vivirán para siempre en su legado literario".
Entre sus amistades del mundo literario figura Salvador Gutiérrez Solís, que ayer no daba crédito a la noticia: "Era una persona amante de la vida, muy amigo de sus amigos. Yo tuve la suerte de que fuera amigo mío desde hace muchos años porque lo conocí muy jovencito. Tenía una voz absolutamente original, no se parecía a nadie".
"Apenas somos / un haz de luz centrífuga / pero qué luz", escribió Montoto, poeta que ayer se fue sin haber agotado la juventud, con mucho aún por hacer, en uno de esos latigazos con que la vida nos deja temblando: "Me dijo que escribiera sobre la muerte mientras caminábamos hacia ella. Y no hacía falta, no hacía falta. Pues ella llevaba tiempo escribiendo sobre nosotros".
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