La 'fotografía pura' de Pablo Padira se verá en Revela´T
Flamenco
Los retratos de flamencos gaditanos del autor se podrán ver en uno de los festivales europeos más importantes de fotografía analógica
Cádiz/Lo de Pablo Padira es puro. Carrete, cuarto con luz roja, bandejas, líquidos... Fotografía a la vieja usanza. Fotografía pura. Por ello, no es de extrañar que, a pesar de no ser aficionado, el gaditano se fijara en un arte tan arraigado como el flamenco para uno de sus trabajos más personales, Soniquete, una muestra en la que retrata a algunos artistas flamencos de la ciudad que se podrá ver en Revela´T, uno de los festivales de fotografía analógica más importantes de Europa.
“El tipo de fotografía que yo hago, hechas con el proceso antiguo y positivadas también por mí, creo que pega mucho con lo jondo, con lo puro del flamenco. Es como lo clásico de la fotografía y la pureza del flamenco, en uno”, valora el artista cuya obra se podrá ver durante todo el festival que se desarrolla entre el 25 de septiembre y el 4 de octubre en Vilassar de Dalt, una población situada a pocos kilómetros de Barcelona.
Una localidad que “se vuelca” con esta cita y donde este año se exhibirán las hechuras de 17 artistas flamencos gaditanos en lo que es el particular homenaje de Padira a su tierra y al arte. “A veces, sólo te enteras en qué andan metidos los artistas a través de sus redes sociales y yo tenía ganas de, a mi manera, poder apoyar a los flamencos de nuestra ciudad dándoles también visibilidad, haciéndoles unos retratos pero alejados de los escenarios y centrándonos en quiénes son, en ir al interior de sus casas o en sus azoteas”, explica el fotógrafo.
Así, los bailaores María Moreno, Pilar Ogalla, Edu Guerrero, Rosario Toledo, Juan José Jaén El Junco, Jesús Guerrero y Jesús Helmo; los cantaores David Palomar, Samara Montañez, José Anillo, Miguel Rosendo, Emilio Florido, Anabel Rivera y Encarna Anillo; y los músicos Riki Rivera, Óscar Lago y Roberto Jaén se ponen delante del objetivo de la Hasselblad (una cámara totalmente manual) de Padira para protagonizar una serie de retratos en blanco y negro, captados “sobre las doce del mediodía”, a pesar de que no es una hora muy apropiada por la potencia de la luz de Cádiz.
“Justo por eso, para que la luz también fuera protagonista”, argumenta el autor de Soniquete, que no se vale de ningún método artificial de iluminación (“sólo he utilizado la luz natural que me ofrecía cada escenario”, dice) para unas sesiones “con una duración de hora y media, más o menos, cada una y en las que he tirado por artista dos carretes de 12 fotografías cada uno”, relata.
“El mayor reto que me ha propuesto este trabajo, además de cuadrar con las agendas de los artistas (ríe), ha sido el hecho de ir a hacer las sesiones a sus casas sin yo tener ni idea de antemano de cómo eran. Buscar la ubicación dentro de la casa o la azotea en el momento, junto con las características del trabajo analógico, en el sentido de que no ves el resultado hasta que el trabajo está revelado, pues me llevaron a hacer 24 fotografías para sacar la definitiva”, se sincera el fotógrafo al que le ha gustado “mucho” la experiencia de “salir” de la zona de confort que le proporciona el estudio. El suyo, Pablo Padira Fotografía, está dedicado al mundo infantil y abrió hace dos años en San Fernando, en la calle Luis Milena, 6 .
Y es que unos pocos calendarios aún más atrás, Pablo Padira se reencontró con la fotografía. “De pequeño me gustaba bastante hacer fotografías, pero se quedó ahí la cosa y hace unos años empecé a viajar bastante y volvió a picarme el gusanillo de la fotografía. Así que en Cádiz comencé a buscar un lugar donde formarme y no me convencía nada hasta que encontré a Manuel Esteves, llevaría él un año o así con la escuela y me apunté”, rememora el autor de Soniquete que en la escuela del fotógrafo portugués no sólo descifró los secretos del funcionamiento de la cámara sino que, “durante un módulo del curso” conoció el mundo del analógico, “y empecé a flipar”, sentencia.
“Me di cuenta que esa era la parte que más me gustaba de la fotografía, todo lo que tiene de proceso artesanal y, aunque en mi estudio hago fotografía digital, en mis proyectos personal sólo trabajo el analógico”, confiesa el fotógrafo que cuenta con el apoyo del fotógrafo Julián Ochoa en esta disciplina. “Digamos que me sigo formando con él en el sentido de que cualquier duda, cualquier cosa que me surge pues se la consulto a él porque Julián lleva trabajando con el analógico toda su vida, yo lo considero como un mentor”, asegura.
El resultado de todo este proceso formativo y de su amor por la fotografía es Soniquete que aunque se estrena en el festival de la localidad catalana podremos verlo en la ciudad, presumiblemente, antes de que termine el año. “Sí, la idea es que se pueda exponer en los lienzos exteriores de la plaza de Abastos, en un formato grande que yo creo que puede quedar súper bonito”, valora Padira que con este trabajo, además de la propia satisfacción del magnífico resultado y de la participación del importante festival de fotografía analógica, se lleva “una conexión muy especial con los artistas que se han puesto delante de la cámara”. “En las sesiones hemos hablado muchísimo, contándome sobre sus trayectorias, cómo gestionan sus carreras, sus vidas... Me ha parecido apasionante”, se congratula el artista que considera a Soniquete “un proyecto abierto”, en el que irá sumando nuevas presencias flamencas, y que le gustaría rematar con un libro-catálogo que reuniera a todos.
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