Papeles empapados de Historia de Cádiz
Patrimonio
La Adip pone en valor el gran legado documental de La Palma. El archivo más antiguo está fechado en 1695
Ni mucho menos son unos papeles mojados aunque el abandono impermeable al tiempo o el simple desconocimiento los haya sepultado bajo un gran tsunami de misterio. La Asociación para la Difusión e Investigación del Patrimonio de la Provincia de Cádiz (Adip) lleva desde 2014 sumergiéndose en las entrañas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Palma, en el corazón gaditano del barrio de La Viña, para sacar a flote buena parte de la Historia no sólo de ese emblemático lugar, sino de la ciudad de Cádiz.
Abandonados en aproximadamente 40 cajas que han dormido en un trastero del barrio, en una cocina y hasta hace poco cerca de la torre del templo viñero, cientos de legajos –algunos difícilmente legibles por el ácido que destilan– esperaban a ser desempolvados y convertirse en cronistas privilegiados de nuestro pasado contemporáneo.
Así, de todo este caudal histórico la Adip ha hecho una catalogación en dos áreas temáticas: la historia de la archicofradía de La Palma y la iglesia y el maremoto del uno de noviembre de 1755. Aunque hay más tesoros escondidos en las profundidades del templo: bulas papales, documentos acerca de la construcción de la Catedral de Cádiz, edictos sobre la libertad de reunión, itinerarios procesionales, permisos de la cofradía de La Palma para procesionar concedidos por la alcaldía o bocetos para cambiar las imágenes que presiden los pasos, por citar sólo algunos.
El más antiguo encontrado data del año 1695 y el futuro más inmediato de todos ellos, tras su pertinente clasificación, pasa por montar una exposición permanente que visibilice este material en la propia parroquia, además de editar un libro, en formato facsímil, que coincidirá, según las previsiones, con el 260 aniversario del maremoto.
Dicha publicación contendrá sólo “una parte de los documentos porque no queremos que el libro sea una simple transcripción de los escritos sino una selección de diferentes partes con mayor relevancia para entender la historia de Cádiz y algunas de sus zonas más conocidas como La Viña, San Lorenzo o La Pastora”, explica Antonio de la Cruz, historiador, máster en textos y documentos y miembro de Adip.
Él es en buena parte el culpable de rescatar del olvido el interés por la historia local a través de este conjunto de joyas. Entre las más destacables se encuentra precisamente una crónica sobre el terrible suceso que asoló la ciudad de Cádiz, el maremoto, como consecuencia del terremoto de Lisboa, y cuyos efectos se notaron en varias poblaciones de Andalucía y España.
La Tacita de Plata fue uno de los lugares en los que con más fuerza se notaron sus efectos tal y como testifica este documento: “... alborotando todo el Barrio con ésta novedad, no se oían más que lamentos; todos los vecinos abandonaban sus casas dejando abiertas; unos tiraban a los Barrios más lejos de la Ciudad y otros movidos de la devoción a Mª Sma. Se acogían a la citada Capilla de la Palma a valerse de la protección de la Sma. Virgen”, reza parte del testimonio textual de la catástrofe.
Fue la imagen de la virgen de La Palma, precisamente, la que con su fuerza divina hizo retroceder las aguas del maremoto, según ha transmitido el imaginario popular a generaciones posteriores. Pero la devastación fue total:“Las olas tiran entera la puerta de La Caleta y se llevan una cruz de mármol del tamaño de un buque”, ilustra Moisés Camacho, presidente de la asociación.
Un mar terriblemente enfurecido que marcó Cádiz para la Historia y esta crónica de tal manera que ha desvelado hasta el origen del papel a través, precisamente, de sus marcas de agua. “El material pertenece al maestro papelero catalán Romaní”, asegura De la cruz.
“Hasta aquí, madre mía”, exhortó según el texto hallado al enfurecido océano el Padre Capellán Macías. Ese será también el título posiblemente de la publicación prevista: documentos empapados de la vida de Cádiz que reflejan “su historia social y cultural ”, comenta Camacho. La intención de la asociación, en palabras de De la cruz, es “explicar Cádiz desde el patrimonio local y que en este trabajo esté presente el método científico, que sea una ciencia entendible”.
Otro de los documentos interesantes que pueden encontrarse entre el material hallado en La Palma es el único contrato, fechado el 28 de agosto de 1695, que se conserva de la construcción de los triunfos de Cádiz, en concreto el que pertenece a la imagen de la Inmaculada Concepción, fabricada en mármol genovés, situada hoy cerca de las Murallas de San Carlos y en su origen en Capuchinos. El resto se identifican con las imágenes de los dos patronos, San Servando y San Germán, que presiden la entrada de las Puertas de Tierra; el del Rosario en el Paseo de Canalejas; y el de San Francisco Javier, en la plaza de Argüelles.
Dicho monumento, la Inmaculada Concepción, y su correspondiente documento responden a un contrato de Fray Pablo de Cádiz con un maestro del mármol genovés:Andrea Andreoli, que entre otros méritos tiene en su haber “la realización de la portada de la Catedral Vieja, Santa Cruz, el retablo de Santo Domingo -el más grande de Europa-, y se le atribuye también el de la Casa del Almirante. Estos maestros firman aquí los contratos de las obras pero tienen sus canteras de mármol en Génova”, comenta De la Cruz.
Es curioso el relato de este triunfo gaditano que terminó hasta en litigio con la Santa Sede de por medio. Según explica el historiador, “se cree que este triunfo, que aparece en el contrato, viene a sustituir a una de las cruces del via crucis ideado por Ponzanelli, que se extendía desde Santa Cruz hasta Capuchinos, del que La Viña era una especie de arrabal”. También “existe una obra titulada El emporio de el orbe que asegura que dentro de aquella escultura existen reliquias”.
Pero el quid de la cuestión, decíamos, se encuentra dentro de un expediente de un libro que narra “la disputa que mantuvieron la iglesia de La Palma con Capuchinos. El triunfo se hace cuando Fray Pablo de Cádiz está vivo, él lo encarga, pero muere pocos años después de que tanto él como Andreoli firmen el contrato. Entonces La Palma y Capuchinos piden limosna y esto genera un litigio que adquiere tanta relevancia que tiene que ser llevado a Roma, que falla a a favor de los capuchinos”, orden a la que pertenece Fray Pablo de Cádiz. “Una de las pruebas determinantes para resolver este pleito es el contrato, el único que se conserva porque el resto o no existen, o están en los archivos del Obispado”, explica De la Cruz.
Yaún hay más. Dentro del archivo de La Palma también se conservan documentos que revelan la existencia de los “sorteos de dotes entre mujeres pobres de solemnidad, 18 féminas mayores de 16 y menores de 30 años, que organiza la parroquia para que estas personas tuvieran opción de casarse”, relata De la Cruz.
O el testamento de la familia Peñalva, dueños de las tierras de La Viña donde entonces tenían su casa, en la que había una capilla, y ahora se levanta la iglesia”.
En paralelo a estos trabajos, los miembros de la Adip continúan esforzándose en su labor de poner en valor el patrimonio cultural que nos rodea. Una próxima fecha a tener en cuenta será el 27 de agosto –20.00 horas–, cuando tendrá lugar la ruta por el patrimonio abandonado de Cádiz, un paseo histórico donde mostrarán enclaves históricos locales en situación de abandono.
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