San Sebastián se rinde a la figura de Meryl Streep

Eduardo Noriega le entrega el Premio Donostia, que recibe "orgullosa de ser actriz"

Agencias / San Sebastián

27 de septiembre 2008 - 05:00

Meryl Streep recibió anoche el Premio Donostia del Festival San Sebastián como homenaje a su carrera cuando se siente "orgullosa de ser actriz en un momento crucial para el arte, elemento necesario para acercar culturas", aseguró en su discurso de agradecimiento.

Este Premio Donostia, que también ha recaído en Antonio Banderas en esta edición, llega ahora tras varios intentos de honrar a una actriz cuya carrera "nunca ha estado guiada por razones estratégicas", dijo ayer Streep horas antes de recoger un galardón que le entregaron el actor español Eduardo Noriega y el director Jonathan Demme, presidente del jurado de la Sección Oficial del certamen donostiarra en esta edición. Al ser madre de cuatro hijos, la protagonista de Memorias de África no ha podido aceptar antes la invitación del festival al no poder conciliar esta cita con su agenda personal y profesional.

Noriega introdujo a Streep como "un fenómeno artístico de los que suceden de tarde en tarde, un referente para todos por su dúctil, camaleónica y talentosa forma de actuar acompañada de su exquisita sensibilidad".

"En su enorme presencia, mente brillante, imaginación, valentía y un gran corazón reside su magia», apuntó Jonathan Demme, amigo personal de la homenajeada, con la ayuda de Noriega, quien ha servido de traductor a sus palabras.

Ayer, por otra parte, acabó la Sección oficial del Festival, donde el argentino Daniel Burman da un salto generacional en El nido vacío, un retrato de la crisis de mediana edad de un literato de éxito, y el coreano Kim Ki-duk, con Bi Mong, se sumerge en un personal relato ambientado en el mundo de los sueños. Hoy se conocerán los premios.

El nido vacío hace referencia al conocido síndrome que sufren los padres cuando sus hijos abandonan el hogar en esta cinta que sirve a Daniel Burman para trasladar la crisis de los 30, hilo conductor de sus películas, a la de los 50.

Esta coproducción hispano-argentina, "una muestra de la extraña y compleja relación de inversión de amor entre padres e hijos", apuntó su director, está protagonizada por Óscar Martínez y Cecilia Roth y abrió la jornada final de esta 56 edición con un claro deje al cine de Woody Allen.

Siempre inéditas son las conexiones con las que el coreano Kim Ki-duk ata a sus personajes. En su nueva película, Bi Mong, impide a sus dos protagonistas escapar de un destino inexorable. Dos desconocidos descubren estar relacionados entre sí. Cada vez que él duerme, ella ejecuta inconscientemente sus sueños, que además están relacionados con el pasado sentimental de ambos.

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