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'Sfumato' gana el Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones

Jordi Bonells obtiene el galardón con la historia de un ajedrecista en los años más conflictivos del siglo XX · La catedrática María José Rivera, finalista del certamen con su primera novela, 'Harmattan'

De izq. a dcha., el escritor Mariano Antolín; Nadia Consolani; Felipe Faraguna, director de la Obra Social de Unicaja; Valeria Ciompi, de Alianza Editorial, y Amalia Vilches.
Pilar Vera / Cádiz

18 de noviembre 2008 - 05:00

El fallo del X Premio Unicaja de Novela se alargó durante tres horas y fue, según Valeria Ciompi, directora editorial de Alianza, un "debate estimulante" entre personas de "gran carácter personal y literario". Parte de lo que se debió discutir la noche del domingo entre los miembros del jurado se vio reflejado en la comunicación oficial del premio, donde Camilo J. Cela Conde, Mariano Antolín Rato, Manuel Amaya Zulueta, Miguel Naveros, Juana Salabert, Pérez Azaústre y Nadia Consolani, viuda de Fernando Quiñones, analizaron las obras premiadas.

El ganador de este año, Jordi Bonells (Barcelona, 1951), se ha hecho con los 30.000 euros del premio con Sfumato, una novela que narra las aventuras de un ajedrecista en los años más convulsos del siglo XX. Tanto Mariano Antolín Rato como Valeria Ciompi y Juana Salabert destacaron la "gran calidad" de la escritura en una historia que se va reconstruyendo "a través de fantasmas", comentó Ciompi: "Bonells establece un constante diálogo con el pasado en los momentos más oscuros de nuestra historia reciente, en un entramado de historias que van revelando el hilo principal. En ese mundo, los personajes se mueven como en una partida de ajedrez. El mensaje de la novela, realmente, viene a ser que uno nunca sabe a quién le puede estar dando la mano".

El jurado destacó, además, que este fallo se concede "a la calidad literaria más allá de los cauces habituales del mercado". El hecho de haber premiado a una novela "muy intelectual" es reseñable "en un momento como el actual -añadió Miguel Naveros-, cuando se supone que las editoriales andan buscando escritores que no sean escritores para captar lectores que no sean lectores".

"Es curioso que casi estemos pidiendo disculpas porque haya ganado un libro que sea un libro hecho para lectores", comentó también Juana Salabert, que indicó que Sfumato no es un título para expertos ajedrecistas ni una obra de estructura complicada, sino una historia de referencias y juegos con el pasado.

Por otra parte, María José Rivera Ortún, catedrática de Matemáticas en la Universidad Politécnica de Valencia, fue designada finalista con la obra Harmattan. Rivera Ortún firma con ésta su primera novela -anteriormente, sólo había escrito artículos de investigación y relatos-. "Es muy hermoso que se trate de una primera obra -declaró Joaquín Pérez Azaústre, ganador de la última edición del Premio-. Yo definiría Harmattan como una historia de personajes, con un erotismo fuera de lo acostumbrado entre dos mujeres y en el que se relata, precisamente, todo lo que sucede en esos lugares donde nunca pasa nada".

Para Camilo José Cela Conde, la finalista presenta "un lenguaje impropio para una primera novela" y comparte muchas de las claves de excelencia literaria que se buscan en el premio. "Aunque si habláramos de la trama, con el escenario exótico del Sáhara, pudiera pasar por una novela de aeropuerto".

Al Unicaja-Fernando Quiñones de Novela se presentaron este año 205 novelas procedentes de España, Argentina, Uruguay, Chile, Bélgica, Cuba, México, Francia, Costa Rica, Colombia y Portugal. En este décimo aniversario, el que hace la década sin Quiñones, Nadia Consolani confesó preguntarse, a veces, por qué se metía "en estos berenjenales de escritores. Y es muy fácil -resolvió-. Es una forma más de estar con Fernando".

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