Teatro Romano de Cádiz, entre el olvido y la mala suerte

Patrimonio

Repasamos la 'historia reciente' de cierres y aperturas del yacimiento que ya tiene aprobado el proyecto de ejecución definitivo que inaugurará su nueva etapa

Vista de una de las galerías del Teatro Romano de Cádiz. / Jesús Marín

Cádiz/Lo fácil sería asirse a la excusa de los tiempos. Tras una pandemia y la emergencia social sin precedentes en la contemporaneidad que ha llevado aparejada, bien podría decirse que no son tiempos para invertir en el pasado. Pero ni el Teatro Romano de Cádiz lo es (es futuro como potente recurso turístico y cultural para una ciudad en los huesos), ni sus carencias son fruto de dos días, sino de años y años de luchar contra la desidida y, por qué no decirlo, contra la mala suerte.

Así, el yacimiento, a la espera de que se ejecuten las esperadas obras en la Posada del Mesón, clausuraba un capítulo de cierta prestancia social en la ciudad cuando a finales de 2009, año en el que se alcanzaron unas cifras nunca conseguidas hasta entonces, 103.000 visitas, cerraba sus puertas durante 6 largos años por unas obras de consolidación de terrenos de las fincas colindantes con el objetivo de seguir excavando hasta la orchestra y la escena.

Hablamos del proyecto firmado por el arquitecto Emilio Yanes y aprobado por la Junta de Andalucía que, a

través de un sistema de micropilotes, consolidarían las fachadas fachadas de los edificios. Se hizo, pues sí, pero se comió gran parte del presupuesto que tenía asignado el Teatro Romano hecho que, al parecer, afectó a las pretensiones del, entonces, proyecto del centro de interpretación.

Dicho centro, el actual Theatrum Balbi, también se ha visto afectado por los vaivenes económicos y mala bají que persigue al centro ya que si en 2010 se hablaba de una propuesta de musealización con tecnología punta e interactiva, que acercaba el pasado glorioso de Gades al siglo XXI de una forma muy atractiva, finalmente, en 2015 se inauguró un espacio con una bonita pero sencilla apuesta museográfica que poco tenía que ver con las ambiciones iniciales.

Una inauguración, hay que recordar, también un tanto curiosa puesto que se realizó en dos partes. Y es que en febrero de 2010, se abrían las puertas del equipamiento ¡vacío! para mostrar el resultado de la adquisición de las plantas bajas de varios de los edificios vecinos al yacimiento, incluida la Posada del

Mesón, de la que entonces se decía que iba a estar destinada a acoger un pequeño museo sobre la relación de Cádiz con Roma.

"El contenido, que sorprenderá a más de uno según el plan ideado por los arquitectos Tomás Carranza y Francisco Javier Montero, aún tardará unos meses en estar preparado, debido a su dificultad técnica y lo avanzado de los sistemas audiovisuales que se van a utilizar", se explicaba entonces a la prensa sobre una segunda parte de la inauguración, la del centro completo, que ya llegaría en mayo de 2015 con, como hemos dicho, una musealización resultona pero alejada de la visión moderna que se pregonaba cinco años antes.

Hemos dicho una inauguración en dos partes. Incorrecto. Habría que sumar una más puesto que en mayo de 2015 se abrían las puertas del centro de interpretación pero el Teatro Romano, el yacimiento, el gran atractivo de la visita sólo se podía ver a través de un cristal, puesto que continuaba cerrado al público. Hubo que esperar hasta finales de junio de 2016 para, entonces sí, poder hacer la visita completa. La respuesta del público fue inmediata, en ese primer año de apertura real fueron 107.220 las personas que visitaron el Teatro Romano de Cádiz, rompiendo así su propia marca.

Pero en todo ese periodo anterior, repetimos, desde 2009, el Teatro Romano estuvo cerrado al público. Incluso desde la sociedad civil, a través de una petición de change.org impulsada por ADIP (Asociación para la Difusión e Interpretación del Patrimonio de la Provincia de Cádiz), se presionó durante el año 2015 tras un rosario de fechas y plazos incumplidos para la reapertura de una de las grandes joyas culturales de la capital.

Visitantes al Teatro Romano de Cádiz en este 25 de abril de 2022. / Jesús Marín

A partir de ahí, y hasta llegar la pandemia, prácticamente las instalaciones de centro y yacimiento han permanecido abiertas a las visitas aunque su siguiente gran proyecto de puesta en valor no lograra igual suerte en todos sus aspectos. Nos referimos al gran anuncio que se realizó en 2017 sobre la inversión de una partida millonaria –5 millones- procedentes de los fondos ITI.

Bajo su manto, tuvieron lugar jugosas campañas de excavación arqueológicas con muy buenos resultados, así conocimos una nueva parte del graderío (las primeras filas de la cavea), el frons pulpiti, el aditus, en las más recientes actuaciones en la Posada del Mesón. Sin embargo, el gran proyecto de las obras de reordenación urbana, adecuación de accesos y conservación, restauración y puesta en valor que se realizaría con más de 400.000 euros de estos fondos ITI, es decir, la visión de futuro del Teatro Romano de Cádiz que incluye, en una primera fase, la integración de la Posada del Mesón en el centro, ha estado paralizada desde esas fechas.

Concretamente, en julio de 2018 la adjudicación de la redacción de este proyecto se vio paralizada cuando una de las cinco empresas que concurrieron al proceso presentó un recurso tras ser descartada en una primera criba. Ahí comenzó el erial que llega hasta nuestros días, confinamiento y nueva reapertura del yacimiento, mediante.

Ante esta situación, en el Tribunal Administrativo de Recursos de la Junta de Andalucía se decidió suspender temporalmente el proceso de adjudicación del proyecto de redacción de Teatro Romano de Cádiz, como elemento de garantía y protección de la propia administración, que consideró tener en cuenta lo que la empresa demandó.

Toda vez que el recurso se desestimó, la Consejería volvió a abrir el procedimiento y sacó de nuevo a licitación el proyecto básico que ya se adjudicó y del que ha salido el proyecto de ejecución que definitivamente se ha aprobado el pasado 28 de marzo tras unas modificaciones en el periodo de subsanación. Eso sí, esta primera parte del proyecto, al estar sujeto a los fondos ITI, deberá estar lista antes de diciembre de 2023.

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