Treinta y ocho cuerdas en clave jonda abren el Estival Flamenco

La Casa Pemán acogió anoche el inicio de la cita con la original propuesta de Ana Crismán

Pilar Vera

29 de agosto 2018 - 08:39

Cádiz/"La primera vez que escuché en directo un arpa -asegura Ana Crismán-, sentí que era flamenca". Tan segura estaba la intérprete jerezana de su intuición que se dispuso a aprender a tocar un instrumento que no es, digamos, común por estos lares -y aun cuando su dedicación profesional y musical venía determinada, desde su infancia, por el piano-. El esfuerzo, que realizó además de forma autodidacta, no fue pequeño. Pero su convicción de que el arpa y los palos flamencos podían forjar una feliz alianza terminó eclosionando en un proyecto, Arpa jonda, que Crismán ha ido desarrollando en los últimos años. Una iniciativa a la que se han sumado también la cantaora Concha Medina y la bailaora jiennense Vanesa Aibar. Todas ellas llenaron anoche la azotea de la Casa Pemán (Fundación Cajasol), en la primera cita de esta edición del Estival Flamenco.

Arpa jondaofreció a los asistentes un repertorio que demostró la enorme versatilidad que, en efecto, llega a presentar el arpa aplicada al compás flamenco. Crismán abrió la noche con sus dos palos favoritos, soleás y seguiriyas, pero el repertorio incluyó tientos, granaínas, tangos, rondeñas, alegrías, guajiras y fandangos... adaptados todos por la propia artista. Pasando por las 38 cuerdas, los aires flamencos adquieren un deje acuático, mientras que el arpa nos descubre una asombrosa capacidad para llegar a los registros más hondos.

Asociamos el arpa de pie con una ejecución algo estática. En las manos de Ana Crismán, el arpa pasa a ser una criatura maleable, manejable, hecha para ser balanceada y para saltar de un registro a otro, de lo cristalino a los rincones roncos y umbríos.

Vanesa Aibar, por su parte, utilizó una rondeña como tarjeta de presentación de un baile elástico, que cerraría el encuentro junto al al cante y el toque de Concha y Ana, en dos actuaciones finales con forma de guajira y bulería.

Mientras, ambas artistas ofrecieron un completísimo muestrario en el que se recurrió a la creación de clásicos de más allá del mundo del flamenco, como la rima becqueriana de El arpa olvidada -que, rescatada en requiebro de tiento, no resulta cursi ni manida sino tremenda-; pero en el que también se llamó a Camarón por alegrías (A dibujar esta rosa), y se trajeron temas de la tradición antigua: Fui piedra y perdí mi centro -la voz de Concha Medina reinando en las soleás- o Se fue perdiendo la Alhambra, siendo precisamente granaínas y alegrías las composiciones en las que las escalas del arpa parecían encontrar su lecho natural.

Días y 'trasnoches' dentro y fuera de los tablaos

David Palomar continuará esta noche, en el castillo de Santa Catalina, la segunda edición del Estival Flamenco. Un encuentro que contará, hasta el sábado, con artistas como Paco Montalvo, El Pele y el bailaor Manuel Liñán. Además, este año se cuenta con la colaboración de El Faro Catering, que se encarga de habilitar un espacio único, con vistas al Atlántico, con distintas ofertas gastronómicas. Las reservas pueden realizarse en el 956 211 068 o en la web cateringelfaro.com, con servicio hasta las 01.30 horas. Para completar la propuesta, se ofrecerá la posibilidad de terminar la velada junto a reconocidas personalidades del mundo flamenco, que compartirán su conocimiento del sector en el plano musical, cultural y periodístico. Son los Trasnoches, a los que hoy acudirá como primer invitado Manuel Curao, director y presentador de Portal Flamenco y FlamencoRadio.com; eljueves será el turno de Fermín Lobatón, crítico de El País; mientras que el viernes intervendrá David Fernández, director de Diario de Cádiz, y el sábado cerrará el cartel José María Castaño, director de Los caminos del Cante y del Aula Universitaria del Arte Flamenco.

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