Vuelve el concurso de relatos cortos del Café de Levante

Certamen literario

La apertura del texto de esta edición fue escrita por el desaparecido José Manuel Caballero Bonald

José Ramón Ripoll, Ana Rodríguez-Tenorio, Jesús Fernández Palacios, Alejandro Caballero y Tere Torres, en la presentación del certamen. / Lourdes De Vicente
Redacción

22 de octubre 2021 - 13:58

Cádiz/Tras el parón obligado por la pandemia y con la cada vez más cercana normalidad, el Café de Levante retoma su certamende relatos cortos Historias del Café. El establecimiento de la calle Rosario ha acogido esta mañana la presentación de la sexta edición del concurso, que en esta ocasión se inicia con un texto póstumo, escrito por el autor jerezano José Manuel Caballero Bonald.

Por esa razón, en la presentación del certamen ha estado presente Alejandro Caballero, hijo del desaparecido escritor, que ha leído el texto escrito por su padre y que servirá de preámbulo a todos los autores que quieran participar en el certamen con su propio relato.

El estilo de los textos concursantes será narrativa, tipo relato corto con una extensión, a partir del texto ofrecido por la organización (es decir, sin contar el texto introductorio de José Manuel Caballero Bonald), que oscile entre 5.500 y 6.000 caracteres con espacios en Word. La temática girará en torno a un café y su relación con la cultura.

El envío del relato, a la dirección de correo historiasdelcafe@gmail.com, se realizará bajo un seudónimo, que se utilizará para nombrar el documento Word del relato. Los datos del autor deben ir en el cuerpo del propio correo. El plazo de presentación de los relatos acabará el 31 de enero de 2022.

Historias del Café pretende reabrir un espacio a la expresión literaria en una ciudad como Cádiz en la que estos establecimientos cumplieron un importante papel en la vida social y cultural, a lo largo de su historia, y que en este momento se hacen tan necesarios, según explica la organización del certamen.

Relato inicial de Caballero Bonald

La mujer se detuvo poco antes de llegar a la puerta. Fue como si la hubiese inmovilizado una sensación repentina de recelo o de alarma. Apenas la separaban unos pasos del Café de Levante, abierto aún a aquellas horas. La mujer parecía observar la disposición de las sombras en la acera. Titubeó todavía un momento antes de acercarse finalmente a la puerta.

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