'El amor de Andrea', el "tributo a Cádiz" de Martín Cuenca, regresó a casa
Cine
La película, que tras su estreno oficial en la Seminci de Valladolid llega a los cines el 24 de noviembre, se preestrenó este martes en la ciudad donde se ha gestado y rodado
Lupe Mateo Barredo: "Estoy muy agradecida a Manuel Martín Cuenca por haberme dejado jugar a su juego"
Martín Cuenca: "Creo firmemente en el reparto de 'El amor de Andrea"
Cádiz/Dice Manuel Martín Cuenca (El Ejido, Almería, 1964) que “el final de rodaje más hermoso” que ha vivido “nunca” ha sido el de El amor de Andrea, la película grabada íntegramente en Cádiz que este 24 de noviembre verá la luz en los cines y que este martes 14 de noviembre se preestrenó en la ciudad. “Fue en la playa de La Caleta, todas las familias de todos los actores, la última secuencia que rodamos, trajeron regalos, trajeron bebidas, fue tremendamente hermoso, fue al atardecer... Siempre voy a recordar ese momento”, rememora el director y productor de películas que siempre son “una aventura, un viaje, una exploración”, el director de películas arraigadas en un proceso artesanal que logra sublimar en este último trabajo donde convierte a sus actores “en una familia” y a Cádiz “en el gran protagonista”. “Sólo quiero y deseo haberle rendido tributo con esta película a este lugar tan hermoso y lleno de gente tan hermosa”, agradece.
Gente tan hermosa como Lupe Mateo Barredo, como Fidel Sierra, como Cayetano Rodríguez Anglada, como Agustín Domínguez, como Irka Lugo y como Jesús Ortiz –que es malagueño pero que ya tiene en Cádiz su “segundo hogar”–, gente tan hermosa como los actores, la mayoría de ellos noveles, que dan forma a este “sueño” que Martín Cuenca y Lola Mayo compartieron en esas caminatas eternas “por la Alameda, por los colegios, por las calles” de la ciudad en aquel 2021, el año en el que imaginaron la historia de Andrea, una “heroína” de un drama sin lágrimas, que busca la respuesta a una pregunta, ¿por qué su padre la dejó de querer?
Porque Martín Cuenca, con su productora La Loma Blanca, no son “paracaidistas”, que llegan a un lugar “porque nos parece bonito, rodamos tres días y nos vamos”. No. Martín Cuenca vivió en Cádiz “durante un año” completo y se vino y se fue de forma intermitente otro anterior y generó un proceso de casting por el que pasaron casi 5.000 personas en un año para encontrar entre los gaditanos a sus protagonistas, a Andrea y a su familia, la que nació (no tan ideal) y la que escogió (la que la apoyará durante todo el filme).
Una y otra, además de las familias reales de los actores, no han faltado al preestreno antes de su llegada a salas –el estreno oficial tuvo lugar en Valladolid con su participación en la sección oficial de la pasada Seminci– en la ciudad que la gestó dando muestras de respeto y amor mutuo en cada palabra, en cada gesto cómplice, que se cruzaban entre unos y otros artífices del filme. En el centro, la joven Lupe Mateo Barredo, la Andrea de Martín Cuenca, que durante las semanas de rodaje se fundía de tal manera con su personaje “que si Andrea estaba triste, yo llegaba a casa triste; y si ella estaba contenta, yo llegaba a casa igual”. Sin embargo, de esa tristeza insondable que Andrea nos devuelve en la gran pantalla, no hay rastro cuando Lupe ha tomado el micrófono para enaltecer el trabajo de su director que, dice, ha puesto “todo su corazón” en esta película.
Un corazón en el que aterrizaron, desde un salto al vacío, tanto los actores debutantes como los que ya contaban con cierta trayectoria. Era el caso de Jesús Ortiz y el de Irka Lugo. “El primer día que llegué a Cádiz no pude dormir, llegué a Navantia y le dije a Manuel, “no sé qué hacer, dime tú”, él me contestó “¿confías en mí 100% porque yo confío en ti al 2.000%”, recordaba el malagueño que se enfrentaba por primera vez, al igual que todos sus compañeros, al rodaje de una película con un guion que no conocían al completo y que se iba construyendo casi día a día.
Así, ciegos al destino de sus personajes e imbuidos en un proceso de “encarnación” de los personajes, como le gusta calificar a Martín Cuenca a este proceso tan “puro” suyo, se entregaron a la búsqueda de El amor de Andrea. Pureza que llega en fondo y forma, pues tampoco es casual, reconoce el realizador, la elección de grabar en 4:3 que no sólo se adapta a las hechuras verticales de Cádiz (“podíamos ver las calles sin perder las torres miradores en las fugas”) y a la intención del cineasta de “desaparecer como director y centrarme en los personajes”, sino que remite a la propia “fundación del cine” y a la voluntad del realizador “de trabajar con las herramientas más rudimentarias del cine, más primitivas y, por tanto, más puras” consiguiendo “la transparencia como discurso cinematográfico”.
Trabajar también con el paisaje, con “la naturaleza”. Martín Cuenca siempre se mantiene a la escucha –“ese es el trabajo de un director, de hecho”, precisa– hasta de los ambientes y la climatología. Se “adapta” a ella, no la intenta transformar, sino que toma, agradecido, lo que le ofrece. Por eso fueron las temperaturas impredecibles de un mes de octubre de Cádiz las que buscó el almeriense para tener “el viento, el mar, la luz”, los elementos “físicos” que construyen su película que igual se revuelven con la aparición del padre que se tornan luminosos y apacibles cuando Andrea pasea con su amigo Abel (Agustín) o juega con sus hermanos (Fidel y Cayetano).
¿Los Goya? –16 candidaturas (que no nominaciones, todavía) lo contemplan– son unos “juegos olímpicos” que Martín Cuenca no tiene como meta pero no desdeña. Ahora toca hoy. Toca ayer. El día del agradecimiento “al pueblo de Cádiz”, que ha ayudado a El amor de Andrea “de forma extraordinaria”. Ahora toca hoy. Toca el día 24. Y toca ayer. El día en que Manuel Martín Cuenca bajó del tren, paseó de nuevo por Cádiz y reconoció en sus calles “parte de mi historia emocional”. “Si antes amaba esta ciudad, ahora la amo mucho más”, se declara.
Preestreno en los cines de El Corte Inglés
Autoridades, colaboradores y equipo de la película y familiares pudieron disfrutar este 14 de noviembre en Mk2 Cinesur Bahía de Cádiz (los cines de El corte Inglés) del preestreno en la ciudad de El amor de Andrea, la película de Manuel Martín Cuenca rodada íntegramente en Cádiz y con actores gaditanos como protagonistas, que podrá verse en todas las salas de cine a partir del 24 de noviembre.
Unas horas antes, director y principales intérpretes presentaron a los medios de comunicación la cinta en el patio cubierto de la Diputación Provincial, institución patrocinadora del filme.
De esta forma, el vicepresidente de Diputación, Juancho Ortiz, la diputada de Cultura, Vanesa Beltrán, y el alcalde de Cádiz, Bruno García, quisieron acompañar a los protagonistas de El amor de Andrea destacando que es “la película más gaditana de cuantas se han rodado en Cádiz, porque está grabada íntegramente en la provincia”, como dijo Beltrán y agradeciendo a Martín Cuenca su trabajo “por la difusión de la imagen de la ciudad y porque se va a trasladar a través de la gran pantalla la visión “de muchas personas que la aman”.
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