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"Tenemos que tener bien presentes los mitos porque nos revelan muchas cosas"

ana rossetti | escritora

La autora publica con Siruela ‘El libro de las ciudades’, una recreación de distintas leyendas fundacionales con las que explica algunas de las claves de nuestro mundo

La escritora isleña Ana Rossetti. / D.C:

–¿Cómo ha sido sumergirse en mitos e historias que nos son familiares?

–Pues, en un principio, ni siquiera lo tenía pensando como un todo, sino que fui reuniendo historias que pensé podían conformar algo interesante... Quizá la chispa estuvo en un texto que tuve que hacer para los libros de lectura de Santillana, donde surgió la fundación de Madrid, aunque era muy corta. Luego llegó la leyenda de la sirena de Varsovia, con su casco y su espada, y tenía que hacer un poema que tratase del mar, y lo hice sobre esto... Gustó mucho y, dándole vueltas,comencé a recopilar más historias.

–Comenta los manuales de Santillana... ‘El libro de las ciudades’ aparece en una línea de Siruela, Las tres edades, que precisamente rompe el concepto de lecturas según años.

–Sí, muchas veces me preguntan que en qué palo me siento más cómoda escribiendo. Pues yo me siento más cómoda así, cuando no tengo ningún tipo de prejuicio sobre quién va a leer lo que hago.

–Vemos aquí que mitología es destino. Si un lugar no tenía un aliento divino o maravilloso en su origen, no era nada ni nadie.

–Ahí tenemos la leyenda de la fundación de Madrid, que de repente se vio ascendida a capital del reino siendo una villa. Igual pasó con La Eneida, que contribuyó a darle realce a Roma... En la leyenda de Madrid, Magerit, la madre de todos... Madrid ha sido siempre la ciudad del gran abrazo, aunque ahora no sea así, cada vez con más brotes de xenofobia y esos centros sociales que son sólo para españoles... Me interesaba volver a insistir en los valores de Madrid, y en por qué la nutricia Cibeles es la diosa madrileña. Digamos que he ido escogiendo las cosas que me convenían, porque más mitos que hay en Cádiz, los toros de Gerión, Erytheia, Argantonio... no hay en ningún sitio:pero no me daba juego para contar lo que yo quería. Lo mismo un día salta la chispa.

"Con Clitemnestra, se decide que las mujeres son vasijas, como ocurre ahora con los vientres de alquiler"

–’El libro de las ciudades’ podría ser, también, el libro de las fundaciones. Y lo fundacional pasaba, en no pocos casos, por la anulación de las mujeres.

–Por ejemplo, la leyenda de por qué a las mujeres se les prohibió el voto en Atenas, porque votaron a favor de Atenea y despertaron la furia de Posidón... Pero es cierto que, antiguamente, la mujer tenía un cierto estatus y, de repente, lo pierde. No se pueden creer los mitos al pie de la letra, pero sí son muy útiles como pistas... Fíjate lo que ocurre con Clitemnestra, la última vez que una madre se pone de parte de su hija, y la venga. No sólo termina mal, sino que Orestes, su hijo y asesino, no es castigado:en el juicio, gracias a la intervención de Atenea, se decide que como madre, Clitemnestra no tiene ningún vínculo con sus hijos:es sólo una vasija. ¿Qué si no nos dicen ahora que son las madres quienes defienden los vientres de alquiler?

–Con el mito de Dido, cede a la justicia poética.

–Es que me da rabia. ¿Quién y cuándo cuenta esa historia? Los vencedores, cuando Cartago está destruida. Así que la reina Dido tiene que ser alguien débil. Pasa a la historia como una enajenada, fuera de sí por amor. Y todo, nuevamente, por un juego de diosas. En el juicio de Paris, Eneas se puso de parte de Venus y Juno decidió vengarse: “Juno, implacable, a tan grandes planes quiso poner estorbo”.

–Porque aunque sean diosas, mujeres son, envidiosas son.

–Otro tema igual es Fedra, víctima de los enfados entre Venus y Diana. Que es además muy interesante porque se mete el tema del incesto, y el primero que se prohíbe es el de la madre con sus hijos (aunque Fedra no lo era). Y el último que se ha permitido, como vemos aún en cuentos de hadas como Piel de Asno, es el del padre con las hijas.

"El último incesto permitido, como vemos en cuentos como 'Piel de Asno', es el del padre con las hijas"

–La triste y tremenda historia de Medusa encierra una enseñanza terrible: lo peligroso que es significarse.

–Mira, nos han culpado por todo, por ser guapas, por ser feas. A Gómez de Avellaneda no la dejaron entrar en la RAE porque era muy guapa y podía distraer a los señores académicos; pero es que a Pardo Bazán, entre los motivos que le dijeron que no, y está en las actas, es porque era muy fea.

–Para ser lo que hemos venido a considerar simples fábulas, las tramas de los mitos están atadas y bien atadas.

–A los mitos los tenemos que tener bien presentes, porque nos revelan muchas cosas. El tema de la historia de la diosa Atenea con Medusa, a la que parece culpar de su propia violación, lo seguimos teniendo presente hoy día. Fíjate que Atenea nace de la cabeza, es pura intelectualidad, por eso es especialmente cruel con las mujeres, porque es una creación masculina.

–Cierra el libro con la leyenda de los almendros como imitación de la nieve, que no se sabe si se atribuye a Al Mutamid o a Abderramán III.

–Me han contado la historia de las dos maneras, y he tirado por la vía de en medio. Lo importante es que tanto el rey de Sevilla como el califa de Córdoba eran poetas los dos. Lo de los almendros no se sabe si será verdad, pero el formar nieve a partir de flores es una gran imagen de la creación poética... Si luego ves los poemas que escribían ambos a sus respectivas amadas, son una preciosidad. Podían tener un harén, pero renunciaron por ellas. Siempre me acuerdo de Beni de Cádiz, que decía que, en la antigüedad, preferiría haber sido romano a moro, porque los musulmanes eran unos sentimentales;y los romanos, mucho más viciosos.

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