50 años de la alternativa de Quiñones

Fernando quiñones en buenos aires 50 aniversario del I Premio de 'La Nación'

Se cumple medio siglo desde que 'Siete historias de toros y hombres' saltase al ruedo haciéndose con el primer certamen literario del periódico argentino 'La Nación'

50 años de la alternativa de Quiñones
Julia Alarcón Y Miguel Guillén

07 de noviembre 2010 - 05:00

"Compláceme comunicarle jurado otorgóle premio concurso literario. Felicítolo muy cordialmente. Bartolomé Mitre. Director de La Nación" (15-10-60).

Hace cincuenta años estas palabras cruzaron el océano Atlántico en forma de telegrama para anunciar al escritor Fernando Quiñones que su obra, Siete historias de toros y hombres, había sido elegida ganadora en el primer certamen literario que convocaba el diario argentino La Nación entre más de 5.000 relatos de 590 autores de diversos países del mundo.

El gaditano declararía más tarde que no recordaba donde había sabido de aquella nueva convocatoria y que envió la recopilación de relatos con gran escepticismo. Lo cierto es que aquellos siete cuentos remitidos desde la otra orilla convencieron de inmediato a un jurado compuesto por grandes figuras como Eduardo Mallea, Carmen Gándara, Adolfo Bioy Casares, Leonidas de Vedia y Jorge Luis Borges, presidente del mismo. Tan sólo tres sesiones bastaron para que los miembros de la comisión decidieran por unanimidad al vencedor que se escondía bajo el seudónimo de Daniel de Ucbar.

El propio Borges, uno de los maestros de la literatura del siglo XX, llegó a decir que le sugestionó "aquella prosa fluida, clara y jocunda", al mismo tiempo que confesó que "nosotros, los argentinos, tenemos afinidad con los andaluces". Desde un primer momento descubrió "un talento nada común. Simpaticé con él". El autor bonaerense encontró en Quiñones lo que él definía como "el encanto".

Estas palabras no hicieron más que incrementar la devoción (quizás veneración) de Fernando por "el mejor escritor castellano de nuestra época".

El gaditano, que contaba con tan sólo treinta años, recibió 70.000 pesos argentinos, sin embargo, su verdadero triunfo no se podía medir en términos cuantitativos. El respaldo, e incluso la admiración, de un grande como Borges superaba con creces las aspiraciones del chiclanero: "Aquello supuso para mí lo que para un joven y desconocido pintor de Chile o de Finlandia, devoto de Picasso, hubiera supuesto ser galardonado y luego elogiado por su lejanísimo y fabuloso maestro malagueño".

Se estrecha así una relación que sorprendentemente ya había echado a andar tres décadas atrás, cuando Fernando Quiñones adquirió un polvoriento ejemplar de la primera edición de Ficciones en el mercadillo de la Plaza de Abastos de la capital gaditana.

Al más puro estilo borgiano, el laberinto que a veces conforma la vida dispuso que la visita de Quiñones a la patria del escritor argentino no tuviese lugar hasta cinco años después.

Si bien a raíz del galardón las colaboraciones literarias de Fernando con el diario La Nación son constantes, hay que esperar hasta el 25 de junio de 1965 para que el gaditano pise tierras porteñas con motivo de unas conferencias. Gracias a este viaje tiene por fin la oportunidad de acudir a la sede del periódico que publicó mes a mes los relatos de la serie ganadora Siete historias de toros y hombres compuesta por Los toros del Puerto, Después, El desencajonamiento, El Sanador, Una oreja fácil, Las Bodas, Muy cerca del final y El Manso.

En la redacción lo espera el secretario de la dirección, Nicolás Cócaro, el director del suplemento literario, Leonidas de Vedia, y, por supuesto, Borges, al que se dirige simplemente como "Jorge Luis", lo que da fe de la amistad que ya se había forjado en el primer quinquenio de la década de los sesenta.

Ese 25 de junio, día en el que se cumplían 30 años de la muerte de Gardel -Fernando llegó a afirmar que el tango y el flamenco coinciden en última instancia, ya que el destino de ambos es el de llegar a lo más hondo de la sangre- el andaluz de mirada inquieta habló de la calidad literaria argentina, del buen hacer de sus cuentistas y de lo esperado que fue este viaje, que además de Argentina incluía Brasil y Paraguay. Aprovechó también la ocasión para declarar que los españoles conocen mejor la actividad literaria argentina que a la inversa. No obstante, el gaditano siempre consideró al lector argentino como "todo un catedrático".

Durante su estancia en la capital porteña, donde no faltó siquiera un paseo en motocicleta por el centro, afirmó que Buenos Aires no era del todo nueva para él. En el puerto de Cádiz, donde vivió su adolescencia, tuvo permanentes contactos con esta ciudad, los fandangos y tangos se intercambiaban y los gaditanos alternaban con la marinería de los barcos argentinos.

Por aquel entonces Fernando Quiñones anuncia la publicación de La guerra, el mar y otros excesos por la editorial Emecé y otro proyecto de cuentos inéditos llamados La información del lunes, obra que nunca verá la luz.

En este viaje Quiñones siente que "verdaderamente, aunque tal vez no únicamente, la hispanidad consiste en la lengua".

Años después del fallo de La Nación, Jorge Luis Borges, con quien Quiñones había seguido manteniendo un vínculo de admiración literaria mutua, escribe de forma voluntaria una nota para el libro de relatos El viejo país (1978) que el gaditano publicó para Montes Ávila Editores. En ella recuerda la sorpresa que le produjo encontrar entre centenares de manuscritos una obra que más allá de la tauromaquia y el vino, trataba sobre "el hombre, su índole y su destino". Paradójico, teniendo en cuenta que Borges, al igual que Quevedo, se había declarado partidario del toro y no de los toreros.

En el final de la nota, el maestro argentino advierte al lector de que Quiñones es "un gran escritor de la literatura hispánica de nuestro tiempo, o, simplemente, de la literatura".

Estos halagos borgianos, sin embargo, fueron utilizados hasta el desgaste por los diferentes editores que publicaron libros de Fernando Quiñones.

Desde aquellos premiados cuentos hasta prácticamente finales de los ochenta, la prensa argentina informa sobre todas las novedades literarias de la trayectoria del escritor gaditano. Buenas críticas en mayo del 72 para Sexteto de Amor Ibérico y sendos artículos para las novelas finalistas del Premio Planeta Las mil noches de Hortensia Romero (1979) y La canción del Pirata (1983).

El 50 aniversario del I Premio de La Nación, es, sin duda, una buena ocasión para leer o releer aquellos relatos que cautivaron no sólo a Borges, sino a otros grandes del mundo literario. Un escritor tan gaditano y tan universal como su obra, capaz de deleitar a lectores a un lado y otro del océano Atlántico. Alguien no tan recordado como lo merecían sus méritos. No obstante, nunca dejarán de aparecer en ambas orillas ejemplares del gaditano marcados con su estampa indiscutible en forma de mojarra caletera.

El próximo martes 9 de noviembre, por fin, tendrá lugar la presentación oficial de la Fundación Fernando Quiñones en el Museo Casa Briones de Chiclana de la Frontera, la tierra natal del escritor. Desde las 19.00 hasta las 21:00 horas tendrá lugar la presentación de dos proyectos novedosos: la línea editorial, que anuncia la publicación de Encierro y fuga de San Juan de Aquitania, Vueltas sin fechas y La canción del pirata. Vida y embarque del bribón Cantueso, y la página web (www.fundacionfq.es). El acto se cerrará con un recital poético y musical de tintes quiñonianos.

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