Calle Real
Enrique Montiel
Lo que se dice un éxito
Jesús Fernández. Bailaor y coreógrafo
No es lo que se dice un bailaor concursero. Pero llegó y besó el santo. Jesús Fernández llegó a la Unión, al Festival de las Minas, con ilusión y con mucho trabajo a sus espaldas. Y se fue con el Desplante. El máximo galardón en la modalidad de baile del reputado certamen que este año cumplía sus bodas de oro. Ahora el gaditano mira hacia delante. Apunta nuevos retos, proyectos. Taconeando sus pies. Su cabeza, sobre los hombros.
-Supongo que habrá sido especial ganar este premio en la 50 edición del certamen.
-Conseguir este premio es algo muy importante para mi trayectoria y, sobre todo, como dices, en una edición tan importante como ésta. Supone dar un paso del anonimato a que me conozca más la gente porque yo creo que ésa es la función de un premio de estas características, la de trampolín. Pero también es una forma de motivarte, de la posibilidad ahora de hacer otras cosas diferentes.
-¿Cómo se ha sentido durante el certamen?
-Yo me he visto bastante tranquilo. Me lo he tomado como un concurso más, ya venía, además, de ser finalista en el Premio Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, y eso da mucha fuerza. Ya te digo, estaba tranquilo, bueno, tenía un poco de presión porque este festival te da mucho respeto porque está la cátedra del cante, muchos y buenos aficionados, críticos y mucha prensa, creo que había acreditados casi 200 periodistas. Así que imagínate. Bueno, y ya no sólo por la prensa ni por los aficionados, sino porque ese escenario impone. Así que el desarrollo del concurso, muy positivo. Y el resultado, inesperado.
-Prácticamente baila desde que era un niño. Ha trabajado mucha gente. ¿Qué personas le han marcado más?
-Cada persona que se ha cruzado en mi trayectoria me ha marcado de manera diferente. Pero a raíz de que uno va madurando y creciendo, uno se centra en la búsqueda personal de uno mismo, encontrar tu personalidad. Eso es lo interesante. Obviamente sí que existe gente que te sirve de inspiración o de guía. Yo tengo la suerte de que esa gente la tengo a mi alrededor porque son compañeros de trabajo y amigos personales como Marco Flores y Manuel Liñán. Sobre todo en estos últimos años ellos me han aportado mayor crecimiento personal. De todas formas creo que es muy importante estar trabajando porque, sin darnos cuenta e inconscientemente, vamos adquiriendo un mayor conocimiento y una mayor percepción de todo lo que nos rodea y llega un momento que te paras, piensas y dices: joder, pues sí que en este último año he crecido como artista y he desarrollado facetas que quizás en un momento determinado creía que no iba a poder hacer.
-Habla de búsqueda personal, ¿sobre qué cimientos construye su personalidad artística?
-Pues en primer lugar, muchísima constancia, mucha confianza en ti mismo y mucha seguridad, en el sentido de confiar en lo que haces, dejando a un lado si gustas o no gustas. Creo que es mucho más interesante el trabajar contigo mismo y gustarte a ti mismo porque cuando uno se gusta la energía que transmites es diferente. Y es que, a veces, dependiendo de la madurez que tengas en el escenario y de la forma de ser de cada uno, nos ponemos muchas trampas, nos frustramos… Pero bueno todo eso creo que tiene que ocurrir para seguir avanzando, para crecer. También es importante buscar motivaciones para desarrollar tu crecimiento artístico. Porque un día no te levantas y eres bailaor sino que te tienes que ir haciendo poco a poco. Para ser bailaor también hay que rebelarse con uno mismo, y un día decir no bailo más y luego volver a retomarlo. Es decir, bajadas y subidas de moral y artísticas que tienes que pasarla. Yo siempre digo que no me siento ningún obrero de mi profesión, en el sentido de que no sólo me pongo los tacones para ir a trabajar, me pongo los tacones para estar ensayando yo solo cuatro horas frente a un espejo, me pongo las zapatillas de ballet para hacer una hora diaria clásico español… Y así… Creo que hay que nutrirse de muchos estilos de danza y a partir de ese abanico tan amplio ir formando tu personalidad y tu sello particular.
-En últimos años, estamos viviendo una eclosión en la danza flamenca. Los jóvenes bailan mucho y bien. Pero, ¿es difícil abrirse camino y despuntar ante tanta oferta?
-Es difícil porque los jóvenes que apostamos por este camino tenemos el impedimento de que la gran mayoría de todos nosotros nos tenemos que financiar todo, pedir créditos al banco para hacer nuestras propias propuestas y de hecho, como somos tan exigente con nuestro trabajo y con nosotros mismos, suelen ser proyectos caros porque queremos llevar a cabo una idea muy completa. Así que, en cierta manera, me quejo un poco de que las instituciones tanto a nivel nacional, como andaluz, dan pocas ayudas a la cultura en general, no sólo en flamenco, sino para danza, teatro… A diferencia de otros países con los que yo suelo trabajar. Yo trabajo mucho en Holanda, ya que pertenezco a una compañía de allí y no te puedes imaginar las subvenciones que tiene, el nivel económico, todo es una disposición sin ningún tipo de problema y la verdad es que es un gusto trabajar a ese nivel que sabes que la gente está ahí para apoyarte. Aquí en España eso no existe. Por eso me quejo y en parte también de ahí sale lo de presentarte a los concursos, para que te conozcan, para que las instituciones se puedan fijar en ti, presten más atención a las propuestas tuyas y a partir de ahí para que te puedan ayudar un poco, tanto productoras privadas como las instituciones.
-Ha cumplido muchas metas pero, ¿cuáles tiene en mente para el futuro?
- Tampoco tengo unas metas altas. Yo deseo trabajar mucho, poder realizar diferentes espectáculos con artistas invitados de danza, cantaores… Y trabajar mucho, mucho, mucho y no verme como me vi al principio de llegar a Madrid, de estar poniendo copas y trabajando en cosas que no son lo tuyo. Eso te frustra aunque luego, con el tiempo, todo sirve y todo ayuda a crecer y se refleja bailando. Pero lo que más deseo es trabajar mucho y a un nivel bueno y con buenas propuestas y dejarme dirigir por buenos directores de escena y hacer cosas interesantes, ya no sólo bailando flamenco, también me interesa hacer otro tipo de cosas más alternativas y de otros conceptos. Yo tengo la raíz flamenca, y la respeto y la valoro y la controlo pero también me gusta tirarme a la piscina y hacer cosas diferentes, fusionar cosillas con concepto actual, aunque en Andalucía esas cosas se ven poquito, quizás donde se ve es en Barcelona, en Madrid tampoco, y en el extranjero, por supuesto.
-¿Proyectos a corto plazo?
-Ahora voy a empezar con una nueva propuesta porque ya han pasado un par de años de la anterior, Ataduras. Así que toca tirarse al ruedo y hacer una propuesta más diferente y alternativa aprovechando lo del premio. También tengo cosillas por el extranjero, ahora voy para Italia. También seguiré en El Corral de la Morería. Bueno, y en Holanda que tengo seguro otra producción, pues el año pasado hicimos Medea y nos dieron el premio a las Artes Escénicas del país. Todo esto compaginándolo con los cursos que imparto también en el extranjero. Y bueno, me están saliendo cositas muy guays pero no las quiero decir no se vayan a gafar.
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