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Sí cantan, sí bailan... No se las pierdan

Crítica de Teatro

La actriz Alejandra López Segovia interpreta a uno de sus personajes en la obra 'Juanita Calamidad' de Chirigóticas.
M. Ángeles Robles

18 de octubre 2015 - 05:00

JUANITA CALAMIDAD (TODO EL MUNDO TIENE UN PASADO). Compañía: Chirigóticas. Texto y dirección: Antonio Álamo. Reparto: Ana López Segovia, Teresa Quintero, Alejandra López Segovia. Letras: Ana López Segovia. Dirección musical: Marc Álvarez. Música: Ana López Segovia, Marc Álvarez y la colaboración especial de Más Madera. Coreografía y ayudante de dirección: Paloma Díaz. Espacio escénico: Curt Allen Wilmer. Iluminación: Miguel Ángel Camacho.

Cádiz en la inauguración de la treinta edición del Festival Iberoamericano de Teatro. Chirigóticas con su nueva obra, Juanita Calamidad (Todo el mundo tiene un pasado) rodada en unas pocas funciones anteriores. Puesta de largo ante un público que abarrotaba la sala, entregado, pero no complaciente. Dispuesto a divertirse, pero exigente con un grupo que lo tiene acostumbrado a dar lo mejor de sí.

Ana López Segovia, Teresa Quintero y Alejandra López Segovia ponen en pie el texto de Antonio Álamo. Qué poco frecuente una obra sólo para actrices, qué poco habitual encontrarse con un texto inteligente, divertido, lleno de gags bien construidos, que mantiene el interés del público, pese a que la obra pierde algo de fuelle hacia el final, antes de retomar con fuerza el deslumbrante número musical de cierre.

Cádiz en esencia, reconstruido y reconvertido. Da gusto saber que es posible. Que desde la inteligencia, desde la ironía, desde la distancia y desde la autocrítica se puede dar forma a la expresión popular del carnaval, en algunos casos bastante degradada, para convertirla en materia dramática que trasciende más allá de nuestras fronteras. El espectador de aquí la reconoce y la disfruta, el espectador de fuera simplemente la disfruta.

Juanita Calamidad: trasunto canalla y barriobajero de Calamity Jane. Espejo deformado en el que se mira la Yerma lorquiana. Un personaje de una pieza, una mujer que no se resigna, aunque se conforma ante las evidentes imposiciones de la biología, pero no al modo tradicional, no asumiendo el dulcísimo rol que la sociedad bien pensante le ha destinado, sino desde el miedo, el furor y el desconcierto. Sin redención posible. Una mujer que no renuncia, que no se reconoce. Un personaje que permite ser interpretado a distintos niveles.

Ana López Segovia da vida a Juanita Calamidad: pasión sobre las tablas. Teresa Quintero en conexión. Alejandra López Segovia cerrando el trío de ases que defiende la obra con el tibio apoyo de una escenografía que no entorpece, que da protagonismo a las actrices. Ellas son el centro y saben perfectamente qué se traen entre manos. Profesionales como las de antes, capaces de cantar, de bailar, de interpretar. Capaces de controlar los tiempos para dar la oportunidad al público de reírse a sus anchas: nada fácil. Actrices a las que se les entiende: no, no tan obvio.

Chirigóticas cumplía un sueño inaugurando el FIT de Cádiz y se entregó en una función comprometida. El público les respondió de pie.

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