Cinco piezas de huella gaditana se cuelan en el inventario de bienes incautados

Cinco objetos de referencia gaditana forman parte del lote de incautaciones que tuvieron lugar durante la Guerra Civil y la posguerra y que, desde la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, se está intentando visibilizar. 

Un trabajo de “enorme magnitud”, apuntan en su web el Ministerio de Cultura, tanto por “el volumen de bienes y documentación como por la dispersión de la información”. En una primera auditoria, se han identificado más de 5.000 piezas procedentes de incautaciones realizadas principalmente por la Junta del Tesoro Artístico para su protección durante los años de la Guerra Civil. 

Su correcta catalogación ha sido posible gracias el trabajo de cotejo de documentación procedente de distintos archivos estatales, los archivos de los propios museos y el archivo de la guerra custodiado en el Instituto del Patrimonio Cultural de España. Estos objetos no serían devueltos durante la dictadura franquista, y acabarían depositados en los actuales museos estatales.

“En muy pocas ocasiones –detallan– la documentación existente ha permitido identificar la procedencia de los bienes”, aunque entre ellos se sitúan nombres de coleccionistas como José Weissberger o Carlos Heiss, o el alcalde republicano de Madrid, Pedro Rico. 

LA MODA, CLAVE EN LA DATACIÓN

De entre todas ellas, las cinco piezas con huella gaditana forman parte de un mismo lote, entregado en calidad de depósito por la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional, el 18 de junio de 1943, según consta en el recibo 1815. Excepto una medalla de plata con el reverso de San Pedro conservada en el Museo del Traje y datada en 1920 –guardada en los almacenes de la Comisaría del Patrimonio Artístico desde 197–, los demás objetos son retratos de miniatura fechados en el siglo XIX.

Dos de ellos, pertenecen a una pareja pintada por el pintor gaditano Manuel Gutiérrez y Montano (Cádiz 1789-1865), y forman parte actualmente de la colección del Museo Nacional del Romanticismo. En el primero de ellos, reseña la descripción, “se observa a una dama ataviada con un vestido negro de manga corta, con amplio escote bordeado por puntilla negra y talle alto de estilo Imperio. Lleva también un cinturón de cuatro vueltas de cuentas rojas, probablemente de coral, a juegos con distintas piezas de joyería, como los pendientes en forma de lágrima. Lleva el cabello oscuro peinado con raya en medio, dejando caer varios niveles de rizos sobre las sienes, y recogido en la coronilla: un modelo de peinado que estuvo de moda en los años centrales de 1810”. Como detalle curioso, en su mano derecha porta un objeto cuadrado con marco metálico y la inicial R, que parece realizada en cabello una costumbre propia del cortejo de la época. 

El retrato podría haber formado pareja con otro de similar factura pero de caballero, donde el modelo viste “levita negra y chaleco, camisa y pañuelo anudado al cuello, todo ello en color blanco. Luce el cabello oscuro corto y rizado, cayéndole sobre frente y sienes”, un estilo también de moda a finales de la primera década del XIX. Técnicamente, se combina la técnica del punteado con la del rayado.

ANTEPASADA DE LOS OSBORNE

Otra de las miniaturas del lote, también en el Museo Nacional del Romanticismo, es un retrato de Rosario Bobadilla (Cádiz 1790-Madrid 1855). En ella, la retratada mira directamente al espectador, y aparece “ataviada completamente de blanco, con un vestido de mangas abullonadas en su parte superior y entallado bajo el pecho con una cinta y una lazada en el centro”, siguiendo las modas del estilo Imperio. “El cuello del vestido, también blanco, es plisado, levantado hacia la nuca a modo de gola; este continúa bordeando el pecho en el lateral derecho del traje”. La modelo luce “el cabello oscuro partido en dos por una raya central y recogido en la parte posterior de la cabeza, con rizos cayendo sobre las sienes y enmarcando su rostro”. Tanto el estilo de peinado como la ropa vuelven a situar a la retratada a mediados de la década de 1810. La miniatura está firmada por Daros, autor que no se ha podido identificar.

Rosario Bobadilla de Eslava y Pery fue una figura notoria de la época. Casó tres veces y, de su primer matrimonio, nacería Tomás Fidel de Cólogan-Franchi –apellido que se emparenta con los Osborne–;entre los hijos del segundo matrimonio, estaría Juan Bautista de Antequera, almirante de la Real Armada. 

Rosario Bobabilla aparece también en una fotografía de camafero, que parece tomada directamente de la miniatura. En la trasera del broche, figura una etiqueta donde se identifica a la retratada. La fotografía a la albúmina puede datar de la década de 1860. 

El apenas puñado de piezas con relación gaditana en este primer listado contrasta con las cuarenta que tienen su origen en Sevilla –entre ellas, numerosos mantones de Manila, pero también una escultura de la Virgen y el Niño atribuida a Manuel de Nava y fechada en 1728–, pero es similar, por ejemplo, al número que arrojan los objetos con trazo malagueño sobre todo, esculturas. En las obras de origen andaluz destaca, por ejemplo, un Cristo de Pedro de Mena realizado en Granada.