"Para conmoverse hay que estar en el mundo con los pies en el suelo"
La artista pone el punto y final al festival con la puesta en escena de '¡Ay!' en el Gran Teatro Falla
Tras su segunda maternidad, Eva Yerbabuena alumbró ¡Ay! Y lo quiso contar sola. "Y no tan sola", precisa cuando habla de su compañero sentimental, el guitarrista Paco Jarana, de los cantaores Enrique El Extremeño, Segundo Falcón y Jeromo Segura, del percusionista Antonio Coronel, del violinista Vladimir Dmitrienco , de cada técnico, diseñador y regidor que están detrás de este espectáculo con el que hoy concluye la XXVIII edición del FIT. "¿Sola? Cuando eres pequeña estás loca por cumplir 18 para independizarte, lo que no sabes es que cuanto más mayor eres más gente a tu alrededor tienes. Mi padre decía: Yo tengo tres hijos, cuando uno se va de casa entran tres más", bromea la bailaora y coreógrafa granadina.
-¿'¡Ay!' es un lamento o un grito de vida?
-Ambas cosas. ¡Ay! es una reflexión de lo que sentí durante 13 meses totalmente desconectada de lo que ha sido para mí mi trabajo, mi medio de lenguaje, que es el flamenco. Es un espectáculo que aunque se llame ¡Ay!, que suena como algo trágico, no lo es del todo. Se llama así porque fue la primera palabra que dijo mi segunda hija, Marieta. Ella la dijo de forma cariñosa, cuando Marieta decía ay es porque va a darte un abrazo, aunque ahora ya va ubicando la palabra en más sitios, hasta se dice ella misma "¡ay dios mío que ha hecho esta niña!".
-¿Por qué sin cuerpo de baile?, ¿por qué a solas?
-Creo que por necesidad. Es muy difícil tratar de meter a la gente cuando tienes algo tan íntimo que contar, es difícil explicarles... Es que en este espectáculo hay cosas muy íntimas que han sucedido durante esos 13 meses, así que tomé esta decisión de no llevar cuerpo de baile porque nadie mejor que yo, en este caso, para poder contar unos sentimientos tan personales.
-Después del parón, ¿que sintió en el estreno en Londres?
-Fue un reto enorme para mí, ¡imagínate!. No solamente es Londres, el teatro Sadlers Wells que le llaman templo de la danza, también es un público que lleva esperándote bastante tiempo, la responsabilidad de que es la inauguración del festival, en fin, y todas esas incertidumbres que conllevan el decir que he estado 13 meses prácticamente desconectada. Antes sí que fuimos probando. Estuvimos antes en la India, en Bogotá, pero el estreno era en Londres y era un espectáculo con el que teníamos pensamiento de seguir trabajando, así que expectantes a ver qué decía la crítica y cómo lo iba a acoger la gente. En fin, todos esos nervios que vienen bien porque eso es lo que te da ese subidón para seguir para adelante.
-Y luego la explosión de alegría ante las críticas...
-Pues sí. La verdad es que fueron dos noches muy especiales porque vas viendo que el espectáculo va saliendo y que la gente, que está harta de verte un año tras otro, se sigue sorprendiendo. Y eso que es un espectáculo muy minimalista, muy íntimo, donde el color realmente lo ponen las luces, la música, el cante y la coreografía. Y ha gustado mucho. Después de tantas incertidumbres, llegó la paz.
-'Ay' se compone de seis escenas, como seis monólogos, ¿qué nos cuentan?
-No te pones a pensar cuantas coreografías hay porque en este espectáculo, precisamente, no he pensado ni en el tiempo, ni qué coreografías, ni nada. Se ha ido hilvalando y ha ido evolucionando por sí solo. Sí que hay momentos muy especiales, cada momento tiene su situación vivida: Cuando careces de la presencia del alguien, la ausencia de alguien que has querido en tu vida, el miedo de la vida de un bebé que acaba de comenzar, el miedo de qué va a pasar cuando vuelvas por una edad, por ciertas cosas... En fin son muchísimas situaciones las que están ahí, todo es un por qué, qué pasará y que será... Hay un poco de todo eso en este espectáculo.
-¿Qué palos encontraremos? Sí que hay una nana, ¿verdad?
-Hay una nana que le dediqué en su momento a Pina (Bausch), que yo quería que estuviera por motivos muy personales. Hay una liviana al comienzo del espectáculo muy especial porque no aparece la guitarra sino que la presencia del violín es muy importante. Hay rasgos de soleá, tango, soleá por bulerías, taranta, seguiriya...
-¿Qué papel juega el violín?
-Yo llevo muchos años, muchísimos, queriendo trabajar con un violín, uno porque es uno de los instrumentos que más me gustan, es un sonido que me provoca muchísimos estados de ánimo, felicidad, melancolía, miedo, dudas, estabilidad, inestabilidad... Lo creí imprescindible. Decidimos llamar a Vladimir Dmitrienco que es un pedazo de violinista, si bueno es como persona, como artista es impresionante, él es primer violinista de la Orquesta Sinfónica de Sevilla. Y, bueno, fue una experiencia muy bonita porque yo no quería una melodía conocida, ni algo ya escuchado, yo quería el sonido que provocara ciertas cosas en mí, que él me mirara y conforme yo me iba moviendo pues él fuera tocando lo que sentía... Fue muy bonito... El violín en el espectáculo es muchas cosas al mismo tiempo, lo primero que recrea ese violín en ¡Ay! es el latido de un corazón.
-¿Qué lugar ocupa el recuerdo de Pina Bausch?
-Pina está. Hay varios momentos... Pina conoció a mi hija Manuela pero no conoció a Marieta, bueno la conocerá, realmente estoy segura de que ya la conoce... Pero bueno necesitaba que estuviera y está, y está en un momento muy centro, centro, del espectáculo.
-Ella decía que más que cómo se mueve la gente, le interesaba qué la conmueve. ¿Qué le conmueve a usted?
-A mí muchos comportamientos del ser humano. Me conmueve el día a día, mirar alrededor, y lo mismo me conmueve una muy buena noticia y una alegría, que una noticia mala y una desgracia. Para conmoverse sólo hay que estar en el mundo con los pies en el suelo y mirar alrededor. No hace falta más.
-¿Podremos ver en Cádiz 'Persuasión y devoción' algún día?
-Pues no lo sé, la verdad es que es complicado porque este espectáculo se hizo para el convento de Santa Clara (Sevilla) y sacarlo no es fácil, está muy hecho para ese lugar, además está relacionado con la exposición, con el tema de los diseñadores... Es difícil.
-¿Tiene algún proyecto entre manos?
-Llevo casi más de 6 meses dándole vueltas a un proyecto nuevo y siempre da la casualidad que la idea que tengo coincide con algo de referencia dentro del cine, con Almodóvar me ha ocurrido alguna vez. Pero bueno, sí que estoy ahí dándole vueltas a algo... No me gusta contar nada hasta que no lo tenga seguro.
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