Más de cuarenta años preservando el espíritu del creador gaditano

Si Emilse Andreu, empleada del Chalet Los Espinillos Museo Manuel de Falla, no ocultó su emoción al conocer la huella del compositor gaditano en su Cádiz natal, tampoco rebajó su pasión al hablar del centro cultural de Alta Gracia donde habita el espíritu del creador desde hace más de cuarenta años.

"El Chalet Los Espinillos fue el primer museo de Alta Gracia y está situado en un lugar de ensueño, hermoso, que deja al visitante maravillado", explicaba la administrativa y recepcionista de visitantes de la casa situada en la localidad cordobesa, la Córdoba de Argentina, que se convirtió en museo el 14 de noviembre de 1970. Una casa donde Manuel de Falla pasó los últimos cuatro años de su vida, de la que se hizo cargo el Gobierno de Córdoba en 1954 y que pasó a manos de la municipalidad de Alta Gracia, que a día de hoy la financia, en 1998.

"En la visita explicamos la mayor parte de la historia de la vida de Manuel de Falla, un genio musical inigualable, y aún hoy al público le causa mucha emoción contemplar el lugar donde pasó los últimos años de su vida. Su muerte en Argentina causó mucha conmoción, de hecho, sus funerales en la catedral de Córdoba son muy recordados y su cuerpo fue embalsamado nada más y nada menos que por el doctor Pedro Aras quien también embalsamó a Eva Perón", detalla Andreu que con su visita ayer a Cádiz se ha convertido en la primera representante del museo argentino que conoce la ciudad natal del compositor.

Una ciudad, Cádiz, que cuenta con una sala en el Chalet Los Espinillos. Una habitación importante, la comprendida por el dormitorio con la cama de hierro donde en la madrugada del 14 de noviembre de 1946 la muerte encontró a Manuel de Falla. Además, en la sala Cádiz se exhiben las fotografías de la casa natal del músico y de su tumba situada en la cripta de la Catedral de Cádiz, imágenes de su infancia, el certificado de estudios en el Conservatorio de Música y la Declamación de Madrid, ciudad a la que Falla se trasladó con su familia a la edad de 20 años. También se pueden ver en este dormitorio una vitrina con algunos objetos personales, muchos de ellos religiosos, y otra que preserva la chalina de vicuña (tejido típico argentino), que el maestro usaba para resguardarse de las corrientes de aire frío, un gorro blanco, el ventilador de mesa y la pantalla de paja con las que luchaba contra el calor.

En el Museo Manuel de Falla de Alta Gracia también se puede pasear por otras estancias como la sala España, habitación principal del centro, dedicada a destacar la llegada de Manuel de Falla a Argentina, su periplo por Buenos Aires y por las sierras de Córdoba; y la sala María del Carmen, brindada a la hermana del compositor que se dedicó a su exclusivo cuidado desde la muerte de sus padres en 1919. En esta sala se exponen fotografías de María del Carmen de Falla en distintas etapas de su vida, objetos religiosos, la pequeña máquina de armar cigarrilllos que la hermana utilizaba para Manuel, fumador desde los 11 años y "quien le agregaba unos cristales de mentol para hacerlos más medicinales", se cuenta.

La sala Juan José Castro, la Sala Alta Gracia, el Baño y el Balcón Terraza completan el museo rodeado de unos cuidados jardines.