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Diez poemas elegidos por diez gaditanos para celebrar el Día Mundial de la Poesía

Efemérides

'Diario de Cádiz' se suma a la efemérides que se celebra este 21 de marzo recogiendo las recomendaciones de diferentes personas pertenecientes al sector cultural de la ciudad

Cuando en los autobuses urbanos de Cádiz se leía poesía. / Joaquín Hernández Kiki

Cádiz/En una primavera que no florece todo lo que quisiéramos –aunque, afortunadamente, lejos de la marchita estación del pasado año– la poesía toma la palabra un año más desde 1999 cuando la Unesco adoptó al 21 de marzo como día para homenajearla y celebrarla.

Desde Diario de Cádiz nos hemos querido sumar al Día Mundial de la Poesía pidiéndole a diez representantes de diversos sectores del mundo de la cultura de la ciudad su poema favorito, como apoyo a esta parcela de la creación que no siempre tiene el lugar que se merece en los medios de comunicación.

Para remediar esta circunstancia, la actriz Ana López Segovia se encomienda “a San Juan de la Cruz de mi alma, el santo patrón de los poetas”, tilda, del que la intérprete destaca su Cántico Espiritual, “pero quizás es demasiado largo” con lo que, piadosa con las limitaciones del papel, donde originalmente se ha publicado este reportaje, opta por Noche oscura del alma.

El carnavalero José Antonio Vera Luque quiere celebrar el Día de la Poesía con “una buena combinación: fútbol y Rafael Alberti”, apuesta. Así, el chirigotero quiere recordar los versos que el portuense dedicó al portero húngaro del Barcelona, “que fue el héroe de la final de Copa de 1928”, señala.

Ni el mar, ni el viento, Platko,

rubio Platko de sangre,

guardameta en el polvo,

pararrayos.

No nadie, nadie, nadie.

Camisetas azules y blancas, sobre el aire.

Camisetas reales,

contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.

Platko, Platko lejano,

rubio Platko tronchado,

tigre ardiente en la yerba de otro país.

¡ Tú, llave, Platko, tu llave rota,

llave áurea caída ante el pórtico áureo!

No nadie, nadie, nadie,

nadie se olvida, Platko.

Volvió su espalda al cielo.

Camisetas azules y granas flamearon,

apagadas sin viento.

El mar, vueltos los ojos,

se tumbó y nada dijo.

Sangrando en los ojales,

sangrando por ti, Platko,

por ti, sangre de Hungría,

sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto

temieron las insignias.

No nadie, Platko, nadie,

nadie se olvida.

Fue la vuelta del mar.

Fueron diez rápidas banderas

incendiadas sin freno.

Fue la vuelta del viento.

La vuelta al corazón de la esperanza.

Fue tu vuelta.

Azul heróico y grana,

mando el aire en las venas.

Alas, alas celestes y blancas,

rotas alas, combatidas, sin plumas,

escalaron la yerba.

Y el aire tuvo piernas,

tronco, brazos, cabeza.

¡ Y todo por ti, Platko,

rubio Platko de Hungría !

Y en tu honor, por tu vuelta,

porque volviste el pulso perdido a la pelea,

en el arco contrario al viento abrió una brecha.

Nadie, nadie se olvida.

El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.

Las insignias.

Las doradas insignias, flores de los ojales,

cerradas, por ti abiertas.

No nadie, nadie, nadie,

nadie se olvida, Platko.

Ni el final: tu salida,

oso rubio de sangre,

desmayada bandera en hombros por el campo.

¡ Oh, Platko, Platko, Platko

tú, tan lejos de Hungría !

¿ Qué mar hubiera sido capaz de no llorarte ?

Nadie, nadie se olvida,

no, nadie, nadie, nadie.

Con Alberti también se queda la bailaora María Moreno que ya utilizó un fragmento de una obra del poeta en su primer espectáculo Alas del recuerdo . “Para mí, en ocasiones, la pena es dulce y bailarla es placentera porque está construida de recuerdos preciosos. Me encanta como él la describe. Ya no hay más tristeza que la alegría...”, revela.

Ya se ha encontrado con el caballo al toro que lo ha matado

Ya se ha encontrado

Y quién diría

Que ya no hay más tristeza que la alegría...

Ilustración de Miguel Guillén.

El escritor David Monthiel no puede decidirse entre dos poemas, así que explicamos ambos aunque vamos a reproducir el primero, por respetar el espíritu del reportaje (un poema por entrevistado). De los Placeres Brecht le enamora “su sencillez y profundidad”. “Me gusta por su política comprometida en la vida cotidiana, porque en cada gesto, por simple que sea, hay una praxis, una forma, una raíz, y esa forma de terminar aludiendo al otro y la otra, ese ser amable, que no es otra cosa que un yo soy si tú eres, comunitario y amable”. Y el Yo denuncio de Paco Urondo lo elige por “la capacidad de hacer lirismo de la historia, por lo terrible y bello de la situación, por la respuesta de un poeta en una situación de emergencia y terror, por sus palabras irónicas y certeras, por citar a Quiñones y a Pepe de la Matrona”.

La primera mirada al levantarse por la ventana.

El viejo libro recobrado

Rostros llenos de entusiasmos

Nieve, el cambio de las estaciones

El periódico

el perro

la dialéctica

Ducharse, nadar

Música antigua

Zapatos cómodos

Comprender

Música nueva

Escribir, plantar

Viajar

Cantar

Ser amable

De nuevo regresamos al portuense universal al que trae de vuelta el pintor Cecilio Chaves con Retornos del amor en una azotea que “resume de una manera bastante cercana lo que ha sido mi vida”, confiesa. “He pasado mi niñez entres sábanas blancas como velas que parecen que van a hacer despegar el suelo hacia el mar, jugando en ellas, fiestas, celebraciones… Una etapa de la vida donde no existían las preocupaciones, cuando la mayor de ellas era llegar tarde a casa o con alguna rodilla ensangrentada. Como dice el poema, retorna distante, pero al contrario que en él, aún espero que haya mucho camino por recorrer”, desea el artista.

La gerente del café teatro Pay Pay, Paloma García, también celebra la efemérides con poesía gaditana, en este caso, con una obra de Carmen Moreno con reminiscencias a Joan Manuel Serrat “en una manera de unir dos admiraciones muy mías”, resuelve.

La diseñadora Tere Torres opta por referenciar la obra de una persona muy cercana para la creadora, la del Premio Cervantes José Manuel Caballero Bonald. “Tengo el inmenso placer y orgullo de ser su amiga y de haber estado con él muchas veces, con él y con Pepa, su mujer, la otra mitad del genio. Desde que lo conocí me llamó la atención su finísimo acento andaluz, su exactitud y profundidad en dejar escrito su pensamiento y su poesía. Este poema en concreto lo elijo porque tiene mucho de su gran afición marinera y de ese trozo de mar q defiende y q ha hecho de él su pasión, tan cercano a su paraíso secreto de Argónida, Doñana”, revela Torres.

Todos aquellos que han sobrevivido

a tres naufragios, tienen asegurada

la inmortalidad.

Así se afirma al menos

en los nunca escritos códices

de Argónida.

Mi suerte ya está echada:

un naufragio me queda para atajar la muerte

Federico García Lorca es el autor escogido por la cantaora Anabel Rivera “a riesgo de caer en el tópico por la unión de este poeta con el flamenco”, ríe. Y es que, sin embargo, el motivo que esgrime la intérprete es “la capacidad que tienen los versos de Lorca de parecer siempre actuales, de que es una poesía que no muere nunca”.

No de Lorca pero sí a Lorca es el poema escogido por Moisés Camacho, presidente de ADIP, la Asociación para la Defensa e Investigación del Patrimonio de la Provincia de Cádiz. El historiador escoge la obra que Miguel Hernández dedicó al granadino tras su asesinato “porque denuncia la muerte de su amigo, y me recuerda a todos los represaliados en la Guerra Civil, tema en el que me he especializado como historiador. Ya me cautivó hace años, cuando empezaba a investigar y, aún hoy día, me sigue pareciendo fantástico”, cuenta.

Cierra el reportaje la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz, Lola Cazalilla, que se suma a la iniciativa con Alma muerta de Alfonsina Storni. “En un primer momento pensé en escoger un poema de E. E. Cummings, pero la intervención de Íñigo Errejón y la ridiculización de un político del PP provocó que me acordara de Alfonsina, alguien que siempre estuvo marcada por el estigma de la enfermedad mental. Una artista que cargó con ella en una poesía que remueve, que duele y que es, a la vez, enormemente bella”, confiesa la edil que advierte que “si amas este poema, lo recuerdas cada vez que observas un atardecer”. “A veces tu mente vuelve a él solo unos segundos de manera sutil y casi imperceptible. Otras veces, sin embargo, sus frases se repiten en tu interior como si de un mantra se tratara. “El alma tienes para nunca muerta”. ¿Puede existir afirmación más esperanzadora para acompañar un crepúsculo?”, se pregunta antes de ofrecer su interpretación de esta obra: “Porque cada día toca cerrar los ojos y aceptar la oscuridad. La que nos rodea y la propia. Rendirnos durante unas horas a lo que es y a lo que somos, sabiendo que nuestra alma continúa latiendo y que, más pronto que tarde, volverá a hallar el mundo como cosa nueva. Siempre lo hace. Y estamos a salvo”.

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