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¿Quién canta hoy miércoles 5 de febrero en el Teatro Falla? Orden de actuación de la decimocuarta sesión

"En el flamenco, como en el periodismo, vende la tragedia"

Juan Valderrama. Cantante

El artista viene por primera vez a Cádiz con su último disco, 'Sonidos blancos', una reivindicación de la cara más dulce del jondo, una senda en la que se adentra tras una carrera que se acercaba más al pop

El cantaor Juan Valderrama, hace unos días en Cádiz.
Tamara García / Cádiz

25 de noviembre 2011 - 05:00

Juan Valderrama. Es el primer disco en el que vemos su nombre rotulando la portada. Quizás porque se acerca a sus orígenes, de donde viene, donde quiere ir. Sus Sonidos blancos como carta de presentación, no de una carrera profesional, por la que transita dede hace ya tiempo, sino en el flamenco. El lugar de donde bebe Valderrama y al que, después de muchos años, llega en plenas facultades. Su carta de presentación también en el Gran Teatro Falla, "una espinita clavada" para el cantaor y periodista hijo de dos de los grandes artistas de nuestra historia, que "nunca se olvidaban de Cádiz", según el hijo de Juan Valderrama y Dolores Abril. "Por fin estoy aquí", dice satisfecho y agradecido al Festival de Música Española de Cádiz.

-Me llama la atención lo de 'Sonidos blancos' cuando el flamenco siempre se identifica con lo oscuro, con la pena negra, que se dice.

-Justo por eso. El disco se llama Sonidos blancos porque quiero reivindicar que el flamenco no es sólo negro, no es sólo tragedia. En los años cincuenta, por ejemplo, hubo muchos cantaores que poseían otro tipo de sonidos. Lo que ocurre es que en el flamenco, como en el periodismo, la tragedia vende. Bueno, y también es influencia del mito lorquiano, que está muy bien, pero el flamenco no es sólo eso. Vengo un poco a reinvindicar esos otros sonidos, esa otra manera de entonar, que también es flamenca.

-¿Se considera heredero de esa escuela?

-No, me considero seguidor de esa escuela, de Valderrama, mi padre, de Vallejo, es la línea que me gusta y de la que he bebido.

-Profesionalmente, ha realizado el camino inverso al de otros artistas. Se acercó primero a otros géneros y, ahora, con el flamenco.

-He vuelto de donde procedo. A mí siempre me ha gustado el flamenco, es lo que he escuchado desde pequeño y lo que me llama pero cuando empecé mi carrera profesional, no me sentía preparado para el reto que supone ser cantaor ni para la dureza del mundo de la crítica, que en el flamenco es feroz y despiadada. A veces parece que los críticos no quieren estar allí viendo un espectáculo. Y es que ningún espectáculo se critica con tanta fiereza como el flamenco y el fútbol. Y a mí eso me afecta mucho, tanto en lo bueno como en lo negativo.

-¿Y ahora se siente preparado?

-Ya tengo 39 años, un camino recorrido y bastante experiencia. Le tengo mucho respeto al flamenco pero creo que soy buen aficionado. Ahora me veo preparado.

-¿Su sello reside en su técnica vocal o en sus letras?

-Yo creo que todos los géneros musicales tienen que adaptarse, evolucionar, si no corren el riesgo de quedarse como piezas de museo. Están muy bien, muy bonitas, las letras del pañuelo de lunares y esas cosas porque respondían a una realidad de un tiempo. Si antes se cantaba no le pegues a mi padre, era porque en realidad ocurría, pero ahora hace falta hablar de las cosas que ocurren en la actualidad y se puede hacer conservando la profundidad del flamenco. Así que creo mucho en la importancia de las letras. Y de la importancia de la innovación. Paco de Lucía ya lo demostró, con él se abrieron muchas puertas. O mi padre, por ejemplo, que fue prácticamente lapidado por cantar sus propias coplas.

-¿A qué o a quién le canta usted? ¿Qué le preocupa o le importa?

-Pues, en realidad, cambian las formas pero la esencia no cambia y el hombre sigue teniendo sus angustias. Pero, ¿sabes lo que me inspira? La lucha del hombre por buscar la felicidad. La felicidad en el amor, en el trabajo, en la familia... Una lucha que no acaba porque cuando la tiene no se da cuenta y comienza otra vez la búsqueda. Pero no importa, porque lo que cuenta es el camino, no llegar a ningún lugar. Eso me inspira mucho. También me inspiran mis perros, creo que no hay animal con sentimientos tan profundos .

-¿Cómo surge la colaboración con Luis Pastor?

-Luis Pastor es uno de los grandes artistas de este país y viendo casos como el suyo te das cuenta que los buenos no están arriba sino al contrario... Pero, bueno... Respondiendo a tu pregunta, todo surge con mi participación en el festival Suma Flamenca con el espectáculo Maestros. Cuando yo estaba actuando lo vi en el patio de butacas con una libreta, apuntando cosas. Cuando terminó la actuación hablamos y me dijo que había estado escribiendo un tema para mí, que se llamaba Me llamo Juan Valderrama. Es un genio total, compuso la letra allí mismo, en un momento. Me dijo que le pondría música. Y así fue. Al día siguiente tenía un correo suyo con la música La verdad es que me cautivó. Es el único rojo de verdad que he conocido en mi vida, lo respeto mucho porque es muy serio y coherente con lo que piensa.

-¿Ha hecho el disco que usted quería hacer?

-Desde que me fui de la multinacional siempre he hecho lo que quería hacer. Aunque, claro, nunca se llega del todo a donde uno tiene pensado porque la mente crea algo perfecto, algo que idealiza, y la realidad nunca responde a ese patrón. De todas formas, creo que he sacado un disco muy cuidado porque yo soy muy meticuloso, muy curioso con mis cosas, que se dice en Andalucía... Bueno cre oque a todo el mundo le gusta tener su casa arreglada antes de enseñarla.

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