Un debut con alma

Mapa de Músicas | Francisco José Cantó y Ángela Moraza. Entrevista

El clarinetista Francisco José Cantó y la pianista Ángela Moraza debutan en disco con un recital de estética neoclásica

Francisco J. Cantó y Ángela Moraza esta misma semana en una calle de Sevilla.
Francisco J. Cantó y Ángela Moraza esta misma semana en una calle de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Mientras en julio del año pasado Fran y Ángela se sumergían en el Conservatorio Superior de Sevilla en las sesiones de grabación de su primer disco, su hija Aitana, de 12 años, dibujaba lo que sería la base del diseño para el CD. Ese dibujo, que representa la parte superior de un traje de etiqueta con pajarita y un ramo de flores por cabeza, fue serigrafiado directamente en el disco y posteriormente utilizado por el fotógrafo Luis Castilla para desarrollar la portada final del álbum, que ha publicado Calle 440, el sello del saxofonista manchego Pedro Pablo Cámara.

Francisco José Cantó y Ángela Moraza son matrimonio, pareja artística desde hace muchos años y compañeros del Superior de Sevilla, donde él es catedrático de clarinete y ella de repertorio con piano para instrumentos. Aunque llevaban tiempo manejando la idea de dejar testimonio de su trabajo como dúo, la motivación para este álbum les llegó por el compositor Manuel Bernal “que nos dijo que quería escribir una obra para nosotros, y entonces decidimos que era una buena ocasión para el disco, porque él nos pedía hacer un vídeo con la obra o algo así”, me comentan en la mesa de una cafetería sevillana. El álbum “contendría alguna pieza ya muy difundida como Vibraciones del Alma de Miguel Yuste [que acabaría dando título a todo el CD] o la Sonata de Salvador Brotons junto a la versión para clarinete y piano de Orippo de Manuel Castillo, que no se había grabado nunca [la obra es original para clarinete y orquesta de cuerda], la obra de Bernal, novedad absoluta, y la Sonatina de Luis Barroso, un compositor madrileño que nos había remitido la obra hacía poco y era completamente nueva también”.

Manuel Bernal Nieto (San Fernando, 1980) es un músico militar, gaditano como Cantó, que escribió esta Granada-NY in Blue intentando “reflejar el mundo sonoro que envuelve a Federico García Lorca en su estancia americana durante la concepción de su Poeta en Nueva York”, y la partitura, en tres movimientos, destila gotas de jazz. “Conocíamos sus obras para banda, sabíamos que componía muy bien, y la verdad es que esta pieza nos encantó”.

Miguel Yuste Moreno (Alcalá del Valle, 1870 - Madrid, 1947), también gaditano, es una figura esencial del clarinete español, que presentó en España las últimas famosas obras de Brahms para el instrumento, fue miembro fundador de la Sinfónica de Madrid y Catedrático de su Conservatorio desde 1910. “Vibraciones del Alma es un superclásico para los clarinetistas –comenta Cantó–, una obra muy exigente, que se pone en los últimos cursos de Grado Superior, y algunos alumnos prefieren eludir”. “La tocamos por primera vez en 2010, en Cádiz, aunque tú la habías tocado ya antes”, tercia Ángela. “Sí, desde entonces la hemos tocado mucho, y Estudio melódico, otra obra suya, también”.

Los dos músicos andaluces el pasado martes en el centro de Sevilla
Los dos músicos andaluces el pasado martes en el centro de Sevilla / Juan Carlos Muñoz

Editada en 1945, Vibraciones del Alma es una obra de naturaleza tardorromántica, la más antigua de un álbum que se centra luego en el último medio siglo, pero eludiendo la música experimental y de vanguardia. La Sonata de Salvador Brotons es de 1988, Orippo fue escrita por Castillo para el Concurso de Dos Hermanas de 1991, la Sonatina de Luis Barroso (Madrid, 1960) es de 2021 y la pieza de Bernal fue estrenada en 2023. “A mí me gusta mucho la música más vanguardista, pero es verdad que en este caso queríamos hacer algo un poquito más tradicional; hay elementos modernistas, sobre todo en Castillo y Brotons, pero domina la melodía. Queríamos que ese elemento melódico estuviera presente en todo el disco”.

Se nota que a la pianista sevillana no le motiva tanto la música de vanguardia: “La melodía es fundamental para mí, pero el ritmo también tiene mucha importancia en el disco: en Brotons o en la Rapsodia de Bernal [tercer movimiento de su obra], por ejemplo. Y es verdad que para estudiar y presentar las obras en concierto, que hay que echarle muchas horas, yo prefiero música con la que me sienta más cómoda y pueda disfrutar”.

La ocasión de trabajar directamente con los compositores es una oportunidad extraordinaria. “Hablamos con los tres que están vivos. Brotons fue muy claro. Nos dijo que había varias cosas que no quería que volvieran a pasar con su Sonata: primero, el motivo inicial es muy susceptible de ser interpretado demasiado romanticón, con mucho rubato, y nos dijo que eso era a tempo; segundo, que no quería el uso del vibrato en el clarinete en el segundo movimiento, y yo tampoco soy un clarinetista de mucho vibrato, por lo que por ahí no me costó trabajo; y tercero, que el Allegro final no debería empezar muy rápido, porque al final hay un più mosso que nunca se destaca si la velocidad es excesiva al principio. Lo grabamos. Se lo mandamos con un poquito de miedo y nos llamó entusiasmado, que le parecía perfecto. Para nosotros fue un piropazo, porque Salvador es una eminencia”.

La salida de esta música en concierto la sienten limitada por varias razones: “En España ser catedrático de conservatorio es un obstáculo. No sólo ya por la cuestión administrativa que te impone límites, sino porque te quita prestigio. Esto en Alemania no pasa, pero aquí, sí. Parece que como das clase en un conservatorio, no puedes ser buen concertista o al menos no de nivel top. Y ese es un prejuicio contra el que luchamos. Además, tampoco hay tantos ciclos en los que podamos tocar”, se lamentan a dúo. Esperan que el CD al menos les abra alguna puerta más: “Nuestro último concierto en Sevilla fue en las Noches del Alcázar de 2018. Luego hemos tocado por toda Andalucía, pero también nos gustaría poder movernos de Despeñaperros para arriba, que no es fácil”, comenta el clarinetista gaditano. Y la pianista termina: “Hicimos el disco por nosotros, por tener algo tangible, algo que quede de nuestro trabajo, porque ya sabemos cómo es la música, se va en cuanto se hace. El disco salió a finales de marzo y aún no sabemos qué efecto podrá tener en el futuro, pero si hace más fácil que nos conozcan los programadores, bienvenido será”. Mientras, reconocen que la experiencia les ha gustado: ya piensan en volver a grabar.

Vibraciones del alma. Cantó y Moraza - Calle 440
Vibraciones del alma. Cantó y Moraza - Calle 440

La ficha

VIBRACIONES DEL ALMA

Miguel Yuste (1870-1947): Vibraciones del Alma Op.45 [1945]

Manuel Castillo (1930-2005): Orippo [versión para clarinete y piano] [1991]

Manuel Bernal (1980): Granada-NY in Blue [2023]

Salvador Brotons (1959): Sonata para clarinete y piano Op.46 [1988]

Luis Barroso (1960): Sonatina

Francisco José Cantó, clarinete

Ángela Moraza, piano

Calle 440

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