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El continuo y fructífero viaje de Pérez Villalta de Oriente a Occidente

Regresan las exposiciones temporales al Museo de Cádiz

El artista de Tarifa protagoniza en el Museo de Cádiz la exposición 'Guillermo Pérez Villalta. El signo de Occidente', una selección de obras donadas al CAAC

Guillermo Pérez Villalta ante sus cuadros 'Yo estoy aquí' y 'Víspera de Pascua'. / Lourdes De Vicente

Vuelven las exposiciones temporales al Museo Provincial de Cádiz, y lo hacen además con uno de los nombres propios del arte contemporáneo andaluz y gaditano: Guillermo Pérez Villalta. El signo de Occidente es el título de la muestra que se puede ver en el centro gaditano hasta el próximo 29 de noviembre y cuyas obras proceden del legado que el artista de Tarifa entregó hace unos años al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC). Se trata de una selección de esta producción artística, un conjunto de su obra que el Museo ha repartido por tres espacios de su edificio y que permite al espectador acercarse al personal universo de Pérez Villalta, a su obra rotunda y simbólica y a ese viaje que hace transitar al gaditano, que se define a sí mismo como "un pensador que pinta", entre Oriente y Occidente.

La exposición de Pérez Villalta se reparte entre el patio porticado del Museo de Cádiz, a modo de juego oculto en algunas de las vitrinas de la sección de Arqueología y en una sala independiente de la primera planta del edificio de la plaza de Mina. Así, en el patio se muestran ocho cuadros de gran formato en los que el artista trata distintos temas, con especial incidencia en el mundo religioso y la propia intimidad; en las vitrinas fenicias y romanas se han introducido piezas de orfebrería de Pérez Villalta que conviven armoniosamente con las piezas surgidas de las distintas excavaciones arqueológicas, y en la primera planta se ofrece una selección de los dibujos que el pintor gaditano inició como colección, nunca acabada, en sus viajes por Andalucía, y un audiovisual en el que se suceden las fotografías de la serie 'Arquitecturas encontradas', tomadas por Pérez Villalta entre 1973 y 1985.

La inauguración de la exposición, celebrada esta misma mañana de jueves en el Museo de Cádiz, contó con la presencia del propio Guillermo Pérez Villalta; de la delegada territorial de Cultura, Mercedes Colombo; del director del CAAC, Juan Antonio Álvarez, y del director del Museo de Cádiz, Juan Ignacio Vallejo.

La muestra es una selección de las más de 500 obras que componen el legado que en 2013 hizo Pérez Villalta al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Pérez Villalta ha recordado que estas obras se las fue quedando a medida que las creó porque, de alguna manera, representaban "un momento importante" de su vida. Unas obras a las que les tiene el artista "un cariño especial" y que están entroncadas en su mayoría con los momentos más íntimos y personales de su existencia vital y artística.

Así, en el patio del Museo se han colgado ocho obras de gran formato que viajan de la religión a lo pagano, que muestran el profundo y amplio abanico temático del artista y, también, el uso de distintas técnicas que fue aplicando a sus creaciones a medida que estas lo reclamaban o, simplemente, porque en ese momento creativo Pérez Villalta sintió la necesidad, por ejemplo, de pasar del óleo a una obra más cercana al temple, al fresco.

Todas las obras son significativas, todas ellas guardan algún fragmento de la experiencia más íntima y vital de Pérez Villalta, de su memoria más personal, pero sólo una de ellas, la denominada 'Autorretrato', refleja su "ruptura con el movimiento moderno ortodoxo". Es un cuadro pintado en 1974 que se convirtió, como reconoce el propio Pérez Villalta, en el primero de una nueva etapa con la que dejó atrás el arte abstracto, tridimensional y constructivista. Un cuadro, en definitiva, en el que se adivinan las futuras intenciones de un pintor con un estilo tan propio, definido y completamente identificable.

En las vitrinas de la importante colección arqueológica del Museo se han situado distintas piezas de orfebrería de Pérez Villalta que dialogan con las antiguas demostrando ese viaje vital y creativo del artista tarifeño entre Oriente y Occidente. Vasijas, brazaletes, joyas y otros objetos que, con un cartelito que las distingue, pasarían por piezas arqueológicas de no ser el espectador un avispado observador del conjunto incluido en cada vitrina, como explicó el director del CAAC Juan Antonio Álvarez en su intervención.

Recordó Pérez Villalta, en relación con estos objetos, que él nunca se ha considerado como un pintor, sino más bien como "un artífice. Siempre me ha gustado hacer cosas, artificios, cosas. La invención de cosas es algo que me fascina, igual que el mundo de las joyas que para mí siempre ha tenido un lado muy simbólico".

Y en la primera planta, esa serie de dibujos de un proyecto "inacabado por inabarcable", como explicó Pérez Villalta, como fueron sus viajes por Andalucía. En la breve selección de estos dibujos que se ofrece en Museo el viaje empieza en Despeñaperros y acaba en Torremolinos, con paradas especialmente significativa en Granada y su Alhambra. En el audiovisual, finalmente, se observan las fotografías que Pérez Villata fue tomando de los edificios que más le iban llamando la atención.

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