La gaditana Carla Román se abre paso en el panorama musical español

A sus ocho años de edad ya sabe lo que es ganar en concursos de gran prestigio ante chicos mayores

Los expertos advierten de sus extraordinarias dotes para el piano y su madurez

La pequeña Carla Román Vázquez, de ocho años de edad, ensaya en su casa de cara al certamen de Madrid del pasado viernes que acabó ganando.
La pequeña Carla Román Vázquez, de ocho años de edad, ensaya en su casa de cara al certamen de Madrid del pasado viernes que acabó ganando. / Fito Carreto
Pedro M. Espinosa

19 de diciembre 2016 - 02:02

Cádiz/Posiblemente, el primer sonido que Carla oyó en su vida fue la música parida por un piano. Antes incluso de abandonar el vientre de su madre ya se habituó a convivir entre la musicalidad de un instrumento tan complicado como apasionante. Y con cuatro años y medio, como si de una Mozart gaditana se tratara, pidió sentarse en el taburete y sacarle con total naturalidad, como si no hubiese nacido para otra cosa, las más dulces melodías a esas teclas blanca y negras que desde entonces se han convertido en su pasión, en su juguete preferido, en sus compañeras inseparables.

Carla Román Vázquez tiene ocho años pero una madurez musical y emocional que impresiona a quienes la ven sobre un escenario. Eso es precisamente lo que destacaron los miembros del jurado del Premio Santa Cecilia de Segovia, el más prestigioso para jóvenes del país. Allí Carla fue capaz de alzarse con el primer premio compitiendo con niños de hasta 12 años llegados desde todas partes de España pero también de Rusia, Rumanía y Sudamérica. Las crónicas de los periódicos de la ciudad castellana se deshicieron en elogios hacia una niña con un talento superlativo. Reproducimos el extracto de una de ellas, del digital 'SegoviaDirecto.com', publicada días después de su éxito."No es normal tener seis, siete, ocho años, como Carla Román, ganadora del Premio en la categoría de los más pequeños, y subir al escenario, mirar de reojo al patio de butacas, colocarse las gafas, sentarse sobre el taburete llegando difícilmente con los pies a los pedales y ponerse a tocar Chopin como quien a esos años toca orgulloso con la flauta el 'Cumpleaños Feliz'. La concentración de la pequeña pianista era tal, que le han tenido que preguntar hasta tres veces si necesitaba ayuda para estar cómoda frente al piano. La agilidad de Carla para moverse de un extremo a otro del instrumento era tal, que si hubiese necesitado hacer el pinopuente para tocar, lo habría hecho sin más problema que la incomodez de tener que sujetar de alguna manera sus gafas". Sobran más calificativos.

No era la primera vez que Carla se alzaba con el triunfo en un certamen de este tipo. El año pasado debutó en el IV Certamen de Jóvenes Intérpretes de Sanlúcar y también superó a chicos y chicas de hasta 13 años. Este pasasdo viernes acudió a Madrid para participar en el tercer certamen organizado por EPTA (la Asociación de Profesores de Piano), cuyo premio es dar un concierto en la capital de España el próximo día 22. Y ganó. Porque Carla es mucha Carla.

Por eso, durante la pasada semana, Carla ha pasado muchas horas practicando. Patricia, su madre, profesora de piano, es quien la va guiando por la complicada senda que ha emprendido, porque en casa de Carla la música es parte fundamental desde siempre. Su padre Jaime es profesor de clarinete, y su hermano Jacobo, con cinco años, ya despunta con el piano y el violín. Carla también toca el chelo, aunque su madre reconoce que la velocidad a la que progresa con el piano escapa a lo habitual. "El caso es que es una niña muy normal, que cuando deja el piano se pone a jugar con sus muñecos como cualquier otra. Sin embargo, desde muy pequeñita le ha interesado muchísimo y tiene una capacidad de aprendizaje extraordinaria".

Patricia reconoce que nunca le había dado clases a nadie a una edad tan temprana, porque en el conservatorio no se puede entrar hasta los ocho años, "así que tuve que ir experimentando con un método un poco nuevo. Así me fui dando cuenta que desde el principio lo cogía todo muy rápido".

Con cinco años también comenzó a tocar el chelo, pero es en el piano donde Carla brilla con más fuerza. Sus padres se asombran de la facilidad con la que es capaz de leer una partitura una sola vez y aprendérsela de memoria. "El piano es su medio más natural. Lo que más le gusta desde pequeña, cuando ya actuaba ante mis alumnos, es subirse al escenario. No ha sido una niña de jugar mucho, de hecho podríamos decir que su juego ha sido la música, transportar melodías a otras tonalidades por ejemplo, algo que llama muchísimo la atención en una niña tan pequeña", dice Patricia.

Carla cursa estudios de cuarto de primaria y reconoce, con total normalidad, que hay días en que ensaya cinco horas. "Me encanta. Desde siempre, desde que era muy pequeñita. Cuando estoy ante el piano puedo llevarme horas". "¿Cuántas horas ensayo mamá?", pregunta a Patricia.

¿Y no te pones nerviosa cuando subes a los escenarios delante de tanta gente?, le preguntamos. "La primera vez que actúe ante tanto público sí que me puse un poquito nerviosa, pero ya no, estoy acostumbrada", dice la jovencísima virtuosa, toda una promesa de la música con raíces gaditanas.

De cara al certamen en el que tenía previsto participar en Madrid reconocía antes de viajar que se había preparado bien. "No sé si ganaré otra vez, me gustaría claro, pero siempre hay mucho nivel entre todos los participantes". Eso decía antes de saber que volvería a salir airosa.

Uno de los problemas con los que se encuentran Carla y sus padres es continuar con su preparación. Debido a su nivel es ilógico que entre en el conservatorio, en todo caso tendría que hacerlo con jóvenes de 15 o 16 años, lo que tampoco aconsejan los expertos. "Me dijeron que para alguien tan excepcional no es bueno". Además, al contrario que en otras materias, no hay ningún tipo de becas a las que Carla pueda acogerse para seguir su preparación. "Resulta caro porque los viajes a los concursos también los sufragamos nosotros", dice Patricia. Sus padres, en su afán por abrir aún más los horizontes -ya amplios de por sí de Carla-, le han procurado diversas masterclass con algunos de los mejores especialistas. "Gente como Graham Jackson, Guillermo González, Benedicte Palko, Nino Kereselizde, Luis Fernando Pérez o Galina Eguiarazova", cuenta Patricia.

Además de talento, Carla tiene un gran amor propio, un afán de superación que la hace destacar, tanto como su madurez musical, en la que coinciden todos los expertos que la han visto en acción. "El problema es que aquí no va a encontrar muchas facilidades, en Rusia o EEUU, cuando sale un niño así, hay muchas más opciones.

En cuanto a sus compositores preferidos, Carla se decanta por Albeniz, Mozart y Chopin, y verla actuar en los vídeos colgados en el canal Youtube son una experiencia de lo más enriquecedora. Porque cuando Carla cierra sus ojos y se coloca frente al piano, deja de ser una pequeña de ocho años para convertirse en alguien muy grande, en alguien capaz de reconciliarte con el género humano.

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