El otro gran triunfo de Spain

El cuarteto liderado por Josh Haden arrolla en la tercera y última jornada del encuentro, salpimentado por la mayestática actuación de Syd Matters

Isaac Lobatón / Puerto Real

30 de junio 2008 - 05:00

Finalizó la primera edición -esperemos que de muchas- del Tanned Tin Sur. Y lo hizo a lo grande. Si Josh Haden había abierto el cartel el jueves en solitario, él mismo fue el encargado de ponerle el broche comandando a Spain en un concierto memorable.

La tercera jornada había comenzado con un nuevo ejercicio de purismo folclórico extremo. Esta vez, de la mano de Laura Gibson, cantautora de Portland poseedora de una voz y técnica exquisitas, sí, aunque no de un repertorio tan resultón como para evitar que moviese a la pereza escucharla sin banda a estas alturas del festival, más cuando no se puede evitar añorar los elegantes arreglos de su disco, If you come to greet me. Tal vez por eso, el tradicional All the pretty horses fue el tema que más lució con un acompañamiento de guitarra de cuerdas de nylon y botas.

James Yorkston también perdió algo por el camino al comparecer sólo con guitarra y, a Dios gracias, armónica ocasional. No en vano, Yorkston ha tenido a la producción de sus discos a figuras de peso como Kieran Hebden (Four Tet), por lo que la propuesta acústica representaba una ocasión para comprobar la validez de un cancionero que fue de menos a más, revelándose más sólido a medida que avanzaba el concierto.

La anomalía del ciclo vino protagonizada por Syd Matters, un entusiasta francés que ha fundido en su apellido artístico los de Syd Barret y Roger Waters. Y digo anomalía porque Jonathan Morali (así es como se llama realmente) y su banda protagonizaron un concierto particularmente efectista para los parámetros de este Tanned Tin. Merced a un directo medido al milímetro, sin ningún espacio para la improvisación, con una multiplicidad de arreglos y unos preciosistas juegos de voces, en los que Morali a veces se traviste con la languidez ornamentada de Rufus Wainwright, los franceses cautivaron a un público que se mostró muy receptivo ante el conato de rebelión barroca que amenazó con quebrantar el orden establecido en el Teatro Principal de Puerto Real.

Si Syd Matters se enmarcaba en el capítulo de los descubrimientos, Darren Hayman y Jack Hayter lo hacían en el de deudas. El tipo de gratitud eterna que se siente hacia el entertainer, hacia el juglar que lo da todo en el escenario, desde un acorde suelto en un ínterin, que rápidamente le lleva a acercarse al micro a reivindicar un parecido razonable (Oh! It's been a hard day's night!, no?), hasta las bromas con sus compañeros, el público o él mismo como protagonista. Todo eso hasta ponerse casi serios para lanzar un alegato contra Margaret Thatcher, una sombra de la que el Reino Unido no se ha acabado de librar.

Algo más que gratitud, probablemente admiración y reverencia es lo que el público que se concentró el viernes en Puerto Real debió de sentir a lo largo del directo de Spain, el momento más esperado del festival. Un concierto técnicamente perfecto; propicio para cerrar los ojos y dejarse envolver, llevar y flotar. Los comienzos de temas como Untitled Nº 1 eran celebrados por un público absolutamente entregado al magisterio de Josh Haden y sus renovados acompañantes. Rock de cámara interpretado a velocidad de crucero, desde esa atalaya privilegiada donde el virtuosismo es sólo una cualidad y no un ejercicio de insolencia.

Gozar de la presencia en directo de Spain fue el mayor privilegio, pero no el único, de un festival que ha proporcionado unas cotas de calidad altísimas, donde la exploración y el riesgo no sólo no han estado reñidos con el deleite, sino que han supuesto un plus de satisfacción. En la memoria quedará la clase de The Clientele o Dolorean, las controversias nacidas de la exuberancia de Matt Elliott y Chris Adams o, para el arriba firmante, el genio de Bart Davenport… pero también la falta de compromiso del público del entorno de la Bahía. Porque hay público para que este evento se consolide y desarrolle en los próximos años. Que se sepa, el viernes y el sábado no jugaba España, pero parece que para algunos Puerto Real queda muy lejos. Increíble. Luego nos quejaremos.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último