"No hace falta esforzarse mucho para ver el absurdo"
Luis Goytisolo. Escritor
El autor acude hoy a Cádiz a presentar su antología de relatos. Su próxima novela, 'Coincidencias', verá la luz a primeros de año.
Ganador de los más importantes premios de la literatura española y autor de un título tan fundamental como Antagonía, Luis Goytisolo (Barcelona, 1935) será el encargado de abrir hoy en la Biblioteca Provincial la programación del CAL. Una cita en la que presentará los relatos de El atasco y demás fábulas: colección en la que analiza con crueldad, humor y acierto la sociedad en la que nos movemos.
-¿A cuántas esferas afecta ese "atasco" que refleja el relato que abre el libro y dónde diría que está su origen?
-Primero está el atasco real, que recibe a una persona que regresa a su ciudad natal como turista después de muchos años. Y después está todo lo que sugiere, el atasco que vivimos como sociedad. Su origen está en las demás fábulas, recogidas en el libro. Con este relato intento actualizar un tipo de género que había dejado hace años. Y aunque el tipo de humor está presente en mis últimas novelas, en El atasco es dominante, yo mismo me reía mucho al escribirlo, aunque sea un tipo de humor del que es difícil encontrar similitudes (yo tampoco las encuentro).
-En Ojos, círculos, búhos, que es la primera de las recopilaciones de relatos, escrita a finales de los sesenta, dice: "Construya usted mismo, en su hogar, a ratos libres, cómodamente, su propia jaula". Ya que las fábulas siempre señalan una falta, parece que las inercias que aparecían hace décadas no han hecho más que acelerarse.
-Estas fábulas, por supuesto, no lo son en sentido estricto: no proponen un mensaje moral sino una invitación a la reflexión del momento en el que vivimos. Vernos como personajes y ver la realidad con un poco de distancia. Sí es cierto que creo que esta realidad es cómodamente boba.
-¿Y cuál podría ser el revulsivo, la solución?
-Si la conociera, la hubiera propuesto. España vive en un atasco, cada país vive en sus propios atascos. Creo que eso está bastante bien reflejado, aunque siempre en un tono que cultiva lo absurdo la mayoría de las veces. Aunque en ocasiones, no hace falta esforzarse mucho para ver lo absurdo.
-Precisamente Eduardo Galeano decía que el mundo se está convirtiendo, por un lado, en un matadero y por otro, en un manicomio. Acudió ayer a Chiclana a un acto de recuerdo al escritor, ¿cómo fue su relación?
-No nos vimos muchas veces pero existía mucho aprecio mutuo, aunque éramos contrapuestos. A veces, entre contrarios se estable una afinidad especial y un gran respeto profesional. Recuerdo que ya en la época de Las afueras. mi primera novela, me interesaba mucho lo que hacía Galeano, aunque yo siempre todo lo que he hecho ha estado muy centrado en la narración, en la novela, en la teoría de la novela... mientras que Eduardo Galeano era un escritor transversal, que pasaba del artículo al ensayo, a la poesía, al relato, con una gran facilidad. En el aspecto político también había diferencias, sobre todo en lo referente a la evolución del castrismo, con el tema de los desertores y el caso Padilla, que provocó una recogida de firmas... García Márquez también era muy firme a ese respecto. Nosotros, aunque nos definíamos como comunistas, conocíamos la realidad de los países del Este, que era casi Rebelión en la granja, y ellos veían esto muy distante, porque lo que tenían encima eran dictaduras tremendamente reaccionarias. No se entendía otra cosa que no fuera un compromiso absoluto. Cortázar también acudía bastante a la Barcelona de la época, y también tenía este perfil, pero nunca sabías de qué hablar con él, la verdad, era un personaje muy raro...
-Comprenderá que, desde fuera, llama mucho la atención un caso como el de los hermanos Goytisolo. ¿La creación literaria ha sido parte de su relación familiar, ha habido retroalimentación, competitividad...?
-La primera noticia que tuvieron de que yo escribía con consistencia fue cuando gané el Biblioteca Breve. Desde muy jóvenes, Juan y yo escribíamos en la misma habitación, que compartíamos, y ninguno sabía lo que hacía el otro. De vez en cuando, José Agustín nos leía algún poema pero cada uno estábamos en un punto cardinal distinto de la literatura. Yo creo que el origen de esta coincidencia es genético, y que tiene su raíz en una tatarabuela malagueña que escribía novelitas románticas a finales del XIX. A partir de ella, casi siempre por vía femenina, ha habido alguien que ha escrito. En la generación anterior, la hermana de mi madre, por ejemplo, hacía poemas muy buenos.
-¿En qué estado se encuentra ahora la Fundación Luis Goytisolo de El Puerto?
-Pues en stand by, porque dependía de subvenciones. Tuvo una actividad estupenda y llevo un tiempo tratando de buscar una solución. Lo que quiero es que terminen las obras y que se retome el funcionamiento propio de una fundación. Yo, desde luego, estoy dispuesto a proporcionar facilidades de todo tipo.
-Tengo entendido que publicará una nueva novela a finales de año.
-Pues está más que escrita, sí. Se llamará Coincidencias y la verdad es que tiene mucho que ver con El atasco. En un principio, iba a salir para este otoño, pero el editor es partidario de colocarla a primeros del año que viene, de invierno a primavera.
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