¡Hey, tú, atrapa esa bola!
Llega a las librerías ‘Bola Ocho’, un tomo integral con toda la trayectoria de esta singular revista creada por el genial Daniel Clowes
Por si no os suena su nombre, cosa que dudo a estas alturas de la película, Clowes es, junto Robert Crumb, los Hernández Bros o Peter Bagge (entre otros), uno de los grandes nombres del comic independiente norteamericano, el underground.
Y al igual que ellos, su talento comenzó a llamar la atención de los lectores cuando comenzó a publicar una revista, Eigthball, donde volcó todo ese personal universo que le caracteriza como uno de los autores de cómic más personales del panorama mundial.
Aquí en España, la verdad es que hemos sido muy afortunados, ya que su obra ha sido publicada casi en su totalidad. Pero ese ‘casi’ ha sido completado gracias a la labor de la editorial Fulgencio Pimentel, que nos hace un tremendo regalo a todos los seguidores del autor nacido en Chicago. Nada más y nada menos que una edición integral, tremendo volumen, que contiene toda la trayectoria de la publicación Bola Ocho, del número 1 al 18.
Sí, para los listillos, los completistas que alcen la voz diciendo que la revista llegó hasta la entrega 23, el propio Clowes explica que esos números ya no pueden considerarse ‘revista’, ya que recopilaban historias completas.
Así que, ya una vez aclarado esto, ponte tu mejor batín, siéntate en un mullido butacón y con tus gafas 3D puestas lánzate a la experiencia que es sumergirse en el Universo Clowes.
Pero una advertencia, si eres de aquellos que se ofende por todo, que debajo del jersey llevas una camiseta donde pone “Amo la corrección”, más vale que lo dejes, ya que la mayoría del material, por no decir todo, que te vas a encontrar dentro de este tomo lleva una gruesa capa de ironía, ya que con esos planos frontales tan característico de los personajes de Clowes, o de él mismo convertido en protagonista de la historia, el autor nos va a explicar por qué odia a la mayoría de la gente que se cruza con él, ya sea en el metro, o hablando de su ciudad de origen, sin dejar títere con cabeza.
Como servicio público, Bola Ocho es un vehículo en el que vamos a conocer cómo será el futuro pasado por la vitriólica túrmix del autor, que nos deja con una media sonrisa en los labios, y preso de irrefrenables escalofríos.
Aunque, una de mis historias cortas favoritas incluidas en este volumen es la que nos lleva de la mano al peculiar mundo de las escuetas de arte, por la que el mismo Clowes pasó en su momento. Art School Confidential retrata a la perfección a la fauna que te vas a encontrar en estos lugares en los que, por desgracia, no abunda demasiado el talento, más bien todo lo contrario…
Clowes es un auténtico genio a la hora de crear esa pequeñas píldoras rellenas de bilis donde vuelca toda su mala baba, metiendo el dedo en ojo del lector, como por ejemplo las tituladas Materia prima, donde hace un repaso por un divertido catálogo de especímenes con los que se cruzaba en su momento.
Otra de sus habilidades como creador es la de dar a la luz personajes únicos, cuyos nombres se nos van a quedar grabados en la memoria y su aspecto en la retina. Tipos como Lloyd Llewellyn, Pollafina el Follabichos, Zubrick y Pogeybait, Grip Glutz, Octomorfo, Hippypants y Peace Bear o Rey Ego son algunos de los peculiares tipos que van a pasearse por estas páginas.
Pero como decía aquel, “¡Nos se vayan todavía, aún hay más!”. Y es que junto a este puñado de relatos cortos, Daniel Clowes serializó obras que lo alzaron al Olimpo de los grandes del Noveno Arte, como esa surreal y bizarra maravilla titulada Como un guante de seda forjado en hierro, donde seguiremos las pesadillescas peripecias de su protagonista, Clay Loudermilk.
Por no hablar de Pussey, cuyo protagonista, un tipo tan inexpresivo como talentoso, se va a ver metido de cabeza en la peculiar industria de los comic-books, de la mano de personajes tan pintorescos como el Doctor Infinity o Gummo Bubbleman… ¿Qué puede salir mal?
Y tal vez la que sea una de sus obras más famosas y exitosas, tanto que hasta tuvo una versión para la gran pantalla. Ghost World, en la que conoceremos a sus dos protagonistas, Enid y Rebecca Doppelmeyer, dos chicas, grandes amigas, que viven el día a día con una fuerte carga de cinismo y junto a ellas vamos a recorrer el inevitable camino que conduce de la juventud a la madurez, con todo lo que esta experiencia vital conlleva.
Una auténtica maravilla esta aventura que se inició en el ya lejano año 1985 y que, recorriendo sus coloridas páginas, no ha perdido nada de frescura, convirtiéndose en un bálsamo contra el aburrimiento. Tan solo hay que pasearse por la sección de correo para leer las divertidas, alguna veces, y ofendidas, en otras ocasiones, opiniones de los lectores. Entre ellas vais a reconocer algún que otro apellido…
Sin pensarlo dos veces lanzaos a esta experiencia única, os aseguro que merece la pena y al terminar, gritareis a los cuatro vientos ¡¡Gracias, Daniel Clowes; gracias, Fulgencio Pimentel!!
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