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Un homenaje al mejor músico posible

La banda portuense Bone Machine rinde tributo a Tom Waits en la Sala Milwaukee

Pablo Bernardo Caveda / Cádiz

23 de diciembre 2010 - 05:00

Siempre que se piensa en los grandes de la música uno tiene la bizarra tendencia a imaginarlos enterrados en Pere Lachaise o en algún otro cementerio romántico. Algún absurdo silogismo nos lleva a identificar al genio con la muerte prematura y los libros de historia. Pero cuando se escucha a Tom Waits, una voz de aguardiente y cuerdas vocales gruesas como tuberías nos sacan del error. Hay genios vivos. Pocos, pero los hay. Y Waits es uno de ellos.

El artista californiano goza además de una salud de hierro. Frente a otras vacas sagradas de la historia de la música como Paul McCartney o Neil Young, que parecen pacer en las praderas de la consagración universal, el responsable de obras maestras como Rain Dogs sigue publicando discos que están a la altura de sus mejores trabajos, como el aún reciente Orphans.

Hace ya unos tres años, en una noche veraniega de cervezas y festejos, Pedro Fernández Perles (responsable, entre otros proyectos, de Ledatres) tropezó con el cantante Alan Bike, al que escuchó cantar, e inmediatamente le propuso montar un grupo de tributo a Tom Waits. Él se encargaría de la guitarra, Alan de la voz y las percusiones, Esteban Fernández Perles de la batería, y Daniel Escortell del bajo. Y así surgió la mejor banda de tributo a Tom Waits, Bone Machine, que toma su nombre del que es considerado como uno de los grandes discos del artista californiano.

Pero lo de Bone Machine no es un tributo a la vieja usanza. No se interpretan las consabidas loas al artista difunto o al genio que ya no hace nada, que está ausente de una manera u otra. De hecho, no creo que la banda portuense se tome demasiado en serio esto de lo póstumo, lo presente y lo ausente. Sólo hay que verlos encima de un escenario para comprender que lo que ellos hacen es una invocación del espíritu salvaje de Tom Waits, que lo suyo consiste en pasar un buen rato repasando lo más destacable de un genio que sigue vivo.

Esta noche en la Sala Milwaukee, un directo imprescindible para uno de los últimos grandes músicos sin fecha de caducidad.

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