Los tesoros del instituto Columela
Fondo histórico y artístico
La Consejería de Cultura plantea crear un Centro de Interpretación de la Educación en el histórico centro gaditano
“Este cuadro debería estar en un Museo, pero está aquí, y desde su lugar me gusta pensar que sigue viendo cómo los niños aprueban o suspenden”. Sencillo, en pose relajada, con un libro en la mano señalando su condición de hombre formado, culto, todo armonía, todo paz, Vicente Rubio, artífice de la creación del instituto Columela y primer director del centro que hunde sus raíces en 1863, preside todavía, en el siglo XXI, las sesiones de evaluación desde el lienzo creado por el ilustre artista Eduardo Godoy. La pincelada suelta, los colores neutros, la profundidad psicológica de la obra, y quien la firma, claro, convierten al retrato de Vicente Rubio y Díaz de Godoy en una de las joyas del tesoro artístico y documental que custodia el IES Columela. Un conjunto patrimonial que la Consejería de Cultura y Patrimonio tiene la intención de poner en valor con la creación de un Centro de Interpretación de la Educación.
Así lo expresó esta semana la delegada del ramo en Cádiz, Mercedes Colombo, a la directora del Columela, Coral González, durante una visita que se produjo a instancias del centro. “Nosotros somos muy conscientes de lo que tenemos aquí, por eso hemos insistido en que vinieran de Cultura a conocerlo de primera mano y la verdad es que no se esperaban todo lo que se han encontrado”, explica la segunda directora en la historia de los más de 150 años del instituto que le arrancó a la delegada “el compromiso” de convertir “al Columela por dentro, de alguna manera, en un centro de interpretación donde convivan la Historia de la Educación en España con con la Educación moderna que estamos impartiendo ahora en nuestras aulas”, explica González que, además de la biblioteca, los departamentos “como el de Biología y Física y Química” y los propios pasillos del instituto, informa de que “tenemos dos espacios también disponibles” para tal fin con el objetivo de que “la gente vea y disfrute” del amplio patrimonio.
Una herencia histórica que la profesora Inmaculada Gavira conoce y transmite con dedicación y pasión. Por ello, quién mejor que la docente para emprender un recorrido por una pequeña muestra del contenido del arcón de la memoria del centro.
“Este cuadro debería estar en un Museo (...)” Nuestra cicerone decide iniciar el descubrimiento por la obra donde se inmortaliza a Vicente Rubio para explicar cómo la noticia de la creación de un centro educativo público “ilusionó profundamente” a la sociedad gaditana que “se volcó” con el proyecto haciendo numerosas donaciones.
Muchas de ellas, conforman el núcleo del patrimonio del Columela del que sólo está visible “una mínima parte”, confirma Gavira, y que está pendiente de estudio y catalogación por parte “de los técnicos de Cultura”.
“Creo que la idea es que vengan los técnicos del Archivo Provincial para ver todo lo que hay aquí, pero vamos, es una tarea ingente”, valora Gavira que junto al cuadro de Godoy señala “cuatro cuadros de Prieto (el artista vallisoletano pero que vivió en Cádiz Francisco Prieto Santos)” como el patrimonio pictórico “más interesante” del centro educativo. “Entre los años 20 y 30 se tomó la iniciativa de que el profesor de dibujo de turno retratara al director, de ahí los cuadros de Prieto. El de Vicente Rubio fue iniciativa personal y lo donó la familia del director al instituto”, detalla la profesora momentos antes de descubrir otra de las grandes rarezas que guarda el Columela.
De una curiosa caja fuerte –“que es otra joya en sí misma”, acierta Gavira– la docente extrae con cuidado el primer tratado de arte de la pintura que se hace en España, el Palomino acerca de la pintura. “Sólo existen dos ejemplares en toda España de esta segunda edición, y uno es éste que ves”, muestra Gravina con orgullo y sumo cuidado los ajados dos tomos que compilan los tres volúmenes de la valiosa obra del pintor Antonio Palomino. Una edición de 1797 –las tres partes se editaron entre 1715-1724, después un resumen de la obra original fue publicado en Londres en 1742, se tradujo al francés en 1749, al alemán en 1781 y ésta segunda edición en español salió a luz en Madrid en 1797– que será “por su indudable valor histórico y documental una de las obras que nos tendrá que restaurar Cultura”, supone la profesora.
Instrucciones sobre las diferentes técnicas de pintura, los utensilios a utilizar y un ilustrativo diccionario tanto de palabras como de índice de los importantes pintores de la historia hasta entonces se suceden hoja tras hoja ilustradas por J. A. Palomino, sobrino del autor, que reproduce de forma gráfica las enseñanzas que explica su tío.
Pero no sólo el Palomino de la pintura es custodiado en la llamativa caja fuerte. Elementos de aritmética de 1822, Tratado de filosofía de 1846; la Geometría editada por Callejas a finales del XIX conviven con curiosos programas de enseñanza primaria y secundaria de 1907, con libros en francés, alemán e italiano del siglo XVIII, con la Historia de Roma en latín de 1707, por ejemplo, o con una joya más reciente y, no por ello, menos joya, las Coplas de Juan Panadero. Vida bilingüe de un refugiado español en Francia, un regalo de Rafael Alberti, que firma y dedica la obra, en 1977.
Estas obras compiten en interés con las que se exhiben en la biblioteca del centro, hacia donde Gavira nos guía para no perdernos por los cerca de 5.000 volúmenes, alguno de ellos del siglo XVII, apilados en los anaqueles o, por contra, ofrecidos por las mesas.
Por los ojos entran los diferentes estudios de mariposas exóticas africanas, asiáticas y americanas (con magníficas ilustraciones pintadas a mano) de 1782, la Fisiología del gusto –“sin duda alguna es el pavo el mejor regalo que el Nuevo ha hecho al Viejo mundo”, se puede leer en sus páginas del siglo XVIII–, un manual sobre lenguaje de signos de 1795 o un tomo del Teatro Crítico Universal de Benito Jerónimo Feijoo de 1737, entre la laberíntica oferta patrimonial del Columela donde tampoco faltan intereses en el sótano donde está su archivo con expedientes de sus estudiantes de renombre como el músico Manuel de Falla o el político Alejandro Lerroux o el psiquiatra Carlos Castilla del Pino, por citar sólo algunas referencias.
“Esto a nivel de documentos pero de objetos e instrumentos también tenemos muchísimas curiosidades. Algunos, de hecho, ni sabemos para qué sirven”, toma el relevo de la visita Jesús Rojas que nos muestra tanto el cuidado departamento de Biología –enormes vértebras de ballena, pequeños peces y reptiles en formol desde principios del siglo pasado...– que contrasta con el, “en proceso de reordenación”, departamento de Física y Química, que comanda el profesor que llegó al Columela hace dos años y que desde entonces se ha propuesto “poner en valor” los fondos de este área.
Un primitivo tubo de rayos X –“esto sale en la serie The Knick”– , los hemisferios de Magdeburgo, una máquina de vapor, un carrete de Ruhmkorff, material de vidrio también de principios de siglo, diversas colecciones de modelos atómicos, un magnífico amperímetro, un modelo de pila de volta de los primeros que se hicieron... “El problema de todo esto es que está sin catalogar, Esto requeriría de tiempo para organizar y de algún experto que pudiera analizarlo”, anhela Rojas que saca un ejemplar de la obra Instrumentos históricos del CSIC de Esteban Moreno, donde el investigador retrata un amperímetro y tubo de rayos X iguales que los que posee el Columela, y al que le gustaría “que se pudiera llegar a algún acuerdo con la Universidad de Cádiz para que se hicieran tesis o investigaciones sobre este material, por ejemplo”, idea.
Por ahora, es la Junta de Andalucía la que parece mostrar interés por estos fondos históricos del centro que espera, “con mucha ilusión y con mucho interés” que la Consejería de Cultura dé los primeros pasos para la creación de ese futuro Centro de Interpretación de la Educación en su sede.
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