"Me interesa la libertad más que los dogmas"
Soleá Morente. Cantante
La hija mediana de Enrique Morente, heredera del espíritu transgresor de su padre, lanza su primer disco en solitario 'Tendrá que haber un camino'.
Despacito, le dijo su padre. Que las prisas no son buenas consejeras para encontrar el camino. Despacito le dijo Enrique Morente a Soleá y la hija mediana, la que luego predicaría la palabra del maestro con Los Evangelistas, hizo el acto de fe y esperó. Podría decirse que Tendrá que haber un camino es el resultado de esa espera, de esa búsqueda y, sin embargo, esta afirmación no sería del todo cierta ya que el primer disco en solitario de Soleá Morente no es una consecuencia, es un proceso mismo. "Es la búsqueda, es la investigación", en sus propias palabras. "Es que "tendrá que haber un camino que nos lleve a un lugar donde se pueda estar" pero hay que buscarlo, ser uno mismo y hacer lo que te haga feliz. Eso es este disco".
La caña que Morente interpretara en La leyenda del espacio de Los Planetas le ha servido de inspiración a la granaína para rotular un título "metafórico" donde sintetizar su declaración de intenciones, "me interesa la libertad más que los dogmas", se aplica rotunda.
Soleá -pocos nombres tan flamencos como el suyo- continúa así homenajeando al espíritu transgresor de su padre y del que, según dicen los entendidos, es su principal legataria. "Es un honor que la gente piense eso aunque, realmente, no me gustan las etiquetas porque me parecen perecederas".
A la voz indie del flamenco lo único que le interesa "desde pequeñita" es "sentir la música". La que escuchó en casa y la que escuchó en la calle. La de los gitanos, como lo es su madre, y la de los gachós. La de los más grandes flamencos de la historia y de la de los grandes artistas que ha escuchado en concierto, también desde chica, de la mano de su padre.
El padre... Una figura que se alza no como sombra alargada para ensombrecer los primeros pasos sino como faro que ilumina el camino, porque Tendrá que haber un camino. Porque con Enrique Morente Soleá preparaba el que hubiera sido su primer trabajo, un disco que la joven paró a su muerte pero que ahora asegura que lo está retomando.
"Fue mi padre también quien me dijo que le gustaría mucho que estudiara una carrera, me animó a estudiar y le estaré por ello agradecida eternamente", se congratula esta licenciada en Filología Hispánica que, además del título, se lleva de estos años formativos "el hábito de la lectura y la disciplina", valora para, de seguido, lanzar esta reflexión, "la literatura es lo que nos ayuda a entender de dónde venimos".
Y si de algún lugar viene la cantante/cantaora es del maridaje. No es una flamenca metida a indie; no es una indie metida a flamenca. No. Musicalmente hablando, Soleá Morente ya nació fusionada, sin prejuicios, sin tics y sin miedo. Si en 1991, esta chica que hoy tiene 29 años, ya hacía los coros y palmas en la Misa flamenca de su padre, su primera colaboración de muchas; en 2012 despegó su carrera como cantante con la colaboración en el discoHomenaje a Enrique Morente de Los Evangelistas, un proyecto creado por miembros de Los Planetas junto a Antonio Arias de Lagartija Nick. Con ellos, amigos que no podían faltar en su disco debut, grabó en 2013 el miniLP Encuentro pero, además, en ese mismo año dio el salto a la escena con la Yerma, de Miguel Narros, y en la actualidad con Clara Bow, el nuevo proyecto de Secun de la Rosa. "Todo está interrelacionado en el arte. Cuanto más conocimiento y más experiencia en la vida mejor para el arte", explica Soleá su interés por la interpretación.
Esa condición de vasos comunicantes donde está vertido el arte también tiene su reflejo en Tendrá que haber un camino. Un disco "circular" donde un tema lleva a otro y donde una canción completa a la siguiente. "Sí, el orden cuenta una historia . Desde la cadencia melancólica del primer tema, Yo escucho los cantos, un poema de Antonio Machado, pasando por Oración, una llamada a la libertad de expresión, hasta llegar a Todavía, donde vengo a contar que mientras uno esté vivo y tenga inquietud se pueden descubrir muchas cosas", desgrana la artista.
"Realmente lo que ocurrió es que me encontré con unas cuantas canciones que me gustaban y he decidido compartirlas con la gente", resume Soleá. Compartirlas con la gente en dos sentidos. El público, claro está; y su gente, su familia y sus amigos, a veces en las voces, a veces en los instrumentos, a veces en la composición ("a mí me gusta componer, y voy componiendo cosas, pero lo respeto muchísimo", apostilla) y en la producción.
Así, por Tendrá que haber un camino desfilan Jota, La Bien Querida, Largartija Nick, Pájaro Jack, Lori Meyers, la Orquesta Chekara, sus hermanos Estrella y Enrique Morente, su madre Aurora Carbonell, su tío Montoyita... "Y seguro que se me habrá quedado gente fuera", bromea la intérprete.
Y Enrique Morente, claro. El espíritu Morente en el título del disco y en su contenido con las versiones de Winter Lady y Hey y that's no way to say goodbye de Leonard Cohen. "Son dos versiones que mi padre hizo de esas dos canciones y siempre me han encantado, Dama Errante y Esta no es manera de decir adiós. Estos temas estaban previstos para Omega y, finalmente, no entraron en el álbum. Admiro muchísimo a Cohen y me apetecía mucho grabarlas con Lagartija Nick".
¿Qué es el flamenco para usted, Soleá?, curioseamos antes de dar por cerrada la entrevista. "La música de Andalucía. La música que permite expresar el alma del pueblo. El flamenco es la música que nos permite cantar las penas y las alegrías que se llevan escondías".
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