La suprema esencia de lo real
Artistas de Cádiz | José Carlos Naranjo
El historial artístico del pintor José Carlos Naranjo, natural de Villamartín, no es escaso
Hemos venido afirmando desde unos años atrás que estamos en uno de los momentos más dulces del arte en general y de la pintura en particular en esta provincia de Cádiz que, siempre, ha sido vasta en extensión artística y dinámica en el hacer de una plástica que, aquí, no pasa desapercibida. La nómina de los actuantes en este arte de muchos quilates está en el ánimo de todos: Javier Velasco, Eduardo Millán, Nacho Estudillo, Ana Barriga, Cristina Mejías, Pepe Baena, Daniel Silvo, Alejandro Botubol, Fátima Conesa, Pablo Fernández-Pujol, Yeyo Argüez, la pareja de artistas Julia Fuentesal y Pablo Muñoz de Arenillas, onubense ella y gaditano él que, con los más veteranos, en plena madurez creativa, Lita Mora, Miguel Ángel Valencia, Juan Ángel González de la Calle, Carmen Bustamante, Manolo Cano, Cecilio Chaves, Ricardo Galán Urréjola, Garikoitz Cuevas, Augusto Arana, Magdalena Bachiller y un larguísimo etcétera, configuran una historia artística que sitúa la provincia de Cádiz entre lo más selecto del arte que se hace hoy en España. Entre estos se encuentra, por derecho propio, José Carlos Naranjo; un pintor nacido en Villamartín, en 1988 y que, por maneras, reconocimientos, proyectos, y exposiciones de trascendencia en muy buenos espacios, es un artista con el que hay que contar porque vive un momento espléndido y porque hace participar de un trabajo sin fisuras donde a la potencia creativa, a los valores del arte perfectamente asentado en los argumentos plásticos de siempre, hay que sumar una preclara visión de la pintura pintura, aquella que es clásica y moderna; es decir, eterna. A José Carlos Naranjo lo hemos visto en muchos buenos proyectos expositivos que han tenido una gran repercusión en un arte, ávido siempre de circunstancias solventes, que lo alejen de tanto adocenamiento como, habitualmente, existe en la plástica actual donde todo tiene que ver con todo.
El historial artístico del pintor de Villamartín no es, ni mucho menos, escaso. Obtuvo en el año 2011 el Premio BMW de Pintura, uno de los grandes en España y al que tantos aspiran; obtuvo, asimismo, el Figurativas´11 de Barcelona, además, del primer premio en el Griffin Art Prize Iberia de Londres y el del Club del Arte Paul Ricard, en Sevilla. Su obra forma parte de colecciones como CAC Málaga, UNIA Universidad Internacional de Andalucía, BMW Ibérica, Paul Ricard. MEAM de Barcelona, Museo Alcalá de Guadaira y colecciones privadas en España, Portugal, Estados Unidos y Reino Unido. Tampoco está falta de importantes comparecencias. Es pintor asiduo de la galería Birimbao de Sevilla, espacio que vio colgada su obra hace unos meses; también ha expuesto individualmente en la galería Yusto/Giner de Marbella, una de las andaluzas que mejor lo están haciendo últimamente; así como en la Sala Rivadavia de Cádiz.
Colectivamente su obra ha sido seleccionada en Houston, Texas, Unit Gallery de Londres, en Fundación Casa Vila de Casa en Barcelona, CAC de Málaga, Fundación Valentín de Madariaga de Sevilla, ICAS Sevilla o la Galería Luis Adelantado de Valencia. Ha sido elegido para participar en el programa ‘A Secas’ en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla; un proyecto que avala los trabajos de los artistas andaluces de mayor proyección y, no cabe la menor duda de ello, José Carlos Naranjo es uno de los más acertados y lúcidos.
Tras una estancia en Londres donde presentó en el SCAN Projects Room su último proyecto ha vuelto a su tierra donde se ha instalado para seguir con esa esclarecedora pintura en la que lo real evidencia sus múltiples puntos de vista y sus mediatas posiciones significativas. La obra de José Carlos Naranjo bebió de las mejores fuentes figurativas, esas que magnifican la realidad trocando sus escenarios ilustrativos por un profundo análisis personal de lo que la mirada capta. Desde un principio su pintura nos ha parecido rigurosa, pulcra, convincente y llena del más absoluta sentido plástico. En ella las bases de la figuración se configuran con ese planteamiento serio que establece la gran pintura de siempre; la que descubre al gran artista y la que señala los registros del creador nato y sin medias tintas. Su obra es seria en fondo y forma. Establece una acertadísima disposición formal y una estructura compositiva sin resquicios, sabiamente posicionada para que los principios de la mejor pintura sobresalgan sin desvirtuación alguna. Desde ahí nos sitúa en los diversos estamentos conceptuales que una mirada contundente hace potenciar lo representado, dejando claro que para él es infinitamente más importante el asunto mediato, lo que se intuye y presiente que la representación fiel y exacta de lo real.
La obra de José Carlos Naranjo no pasa desapercibida para los buenos aficionados; hace una pintura distinta, personal, con las imágenes marcando rutas novedosas en las que adivinar estancias emotivas que llegan a mostrar situaciones de suma esencialidad. Parece como si el autor hubiese ido despojando a la realidad de todos sus aditamentos para dejarle sólo aquello que emociona y valida el concepto. En sus últimas obras el artista somete a la pintura a un proceso de mínimos, dejando sólo la sustancia que hace presentir, dejando que la mirada asuma sensaciones más que muestrarios formales de lo real.
José Carlos Naranjo es, sin duda, un artista importante; un pintor que ha ido conquistando parcela hasta posicionarse en una joven madurez que nos lleva a la conciencia creativa de un pintor sin trampa ni cartón.
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